Continúan los ‘sartenazos’ entre Anaya y López Obrador
Analistas califican de guerra sucia los ataques que se dirigen estos dos candidatos
MÉXICO – La dinámica de descalificaciones entre los candidatos presidenciales Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya, de las coaliciones Juntos Haremos Historia y Por México al Frente respectivamente, que inició en el Segundo Debate del pasado domingo y que continúa hasta el momento deja un halo negro en la democracia mexicana, coinciden politólogos.
“Lo que dejan estos enfrentamientos es un desánimo y alejamiento de la política y esto no ayuda a las contiendas democráticas’’, dijo Enrique Gutiérrez, director de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Iberoamericana.
“Estamos viendo a dos payasos en el ring que se dan con todo porque no quieren dar argumentos, sino complacer a un público que se guía por las simpatías y no por el análisis de las propuestas’’, agregó el analista político de la Universidad Autónoma Metropolitana Jorge Javier Romero.
Los dimes y diretes de los políticos no han parado desde los días posteriores al fin de semana en que ambos candidatos se dijeron ladrones y corruptos, cuando López Obrador apodó a su contrincante “Ricky Riquín Canallín’’ —un nombrete que conlleva una carga de resentimiento social: Anaya es rubio y de clase alta; el partido del otro se llama Morena— mientras Anaya a su vez llamó mentiroso al tres veces candidato presidencial.
López Obrador siguió con el tema en un acto de campaña en Jalisco en el que explicó los ataques a su rival porque éste “desde un primer momento se mostró agresivo y lo volvió a llamar mentiroso y apantallador (impostor)”.
Mientras el candidato de izquierda hacía tales declaraciones, sus asistentes publicaron el pasado lunes en las redes una versión electrónica del libro “Las mentiras de Anaya” en el que se hace un recuento de argumentos de prensa en contra del candidato de Por México al Frente.
Anaya también continuó con el mismo tono en un acto público y dijo que López Obrador se refugia en chistes malos al ser confrontado con cifras y datos. “Cuando se acaban las ideas empiezan los insultos y las descalificaciones personales’’.
El analista Romero concluyó que ambos políticos “son un par de demagogos, pero quien más pierde es Anaya porque él ha preferido este show en lugar de argumentar, que es donde tiene ventaja; López Obrador acude a estas dinámicas de pastelero porque debatir no es su fuerte. Lamentablemente en adelante vamos a ver esta dinámica porque quieren llevar la contienda a dos rivalidades y José Antonio Meade sólo plantea continuidad’’.
El analista Gutiérrez, de la Universidad Iberoamericana detalla: “están empleando diferentes estrategias para posicionarse en una guerra sucia y poder restar la mayor cantidad de votos al rival’’.