Las formas invisibles en que tu trabajo “te está matando”
Los riesgos laborales, según un estudio de 2015, son tan perniciosos para la salud como fumar de forma pasiva
Un ingeniero de software de Uber que ganaba mucho dinero se suicidó en 2016. Su familia culpó al estrés laboral.
Un becario del banco Merrill Lynch de 21 años colapsó y murió en Londres después de trabajar 72 horas seguidas.
Cuando la compañía ArcelorMittal cerró una planta de acero que había adquirido, un empleado de 56 años murió de un ataque al corazón tres semanas después. Su familia dijo que se debió al shock.
La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo ha informado que más de la mitad de los 550 millones de días laborales perdidos anualmente por ausentismo “están relacionados con el estrés”.
En 2015, un análisis de casi 300 estudios encontró que las malas prácticas en el lugar de trabajo influían mucho en la mortalidad y probablemente conducen a una enfermedad diagnosticada, como el humo de segunda mano, un carcinógeno conocido y regulado.
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Las prácticas laborales perjudiciales incluyen largas jornadas de trabajo, conflictos entre el trabajo y la familia, inseguridad económica derivada de la pérdida de empleos, no tener horarios regulares, ausencia de control laboral y, en EE.UU., no tener seguro médico.
El lugar de trabajo está enfermando a las personas e incluso matándolas, y eso debería preocuparnos.
Con los crecientes costos de atención médica en todo el mundo, el lugar de trabajo se ha convertido en un importante problema de salud pública.
“Según la clínica Mayo, tu supervisor es más importante para tu salud que tu médico familiar”, dice Bob Chapman, director ejecutivo de la firma de manufactura Barry-Wehmiller.
El Foro Económico Mundial estima que aproximadamente las tres cuartas partes de los gastos de atención de la salud a nivel mundial corresponden a enfermedades crónicas y enfermedades no contagiosas que representan el 63% de todas las muertes.
Las enfermedades crónicas provienen del estrés y comportamientos poco saludables como fumar, beber, consumir drogas y comer en exceso a causa del mismo estrés.
Numerosas encuestas muestran que el lugar de trabajo es una de las principales causas de estrés y, por lo tanto, es una causa importante de la crisis de sistema de salud.
El Instituto Estadounidense del Estrés afirma que el estrés en el lugar de trabajo le cuesta a la economía estadounidense unos US$300.000 millones cada año. Un artículo que escribí en una revista científica estimó que hubo 120.000 muertes anuales adicionales en EE.UU. debido a prácticas de gestión nocivas, y que los costos adicionales de atención de la salud fueron de US$190.000 millones cada año.
Eso convierte al lugar de trabajo en la quinta causa de muerte, peor que la enfermedad renal o el Alzheimer.
En Reino Unido, la oficina de salud y seguridad informó que entre 2016 y 2017 se perdieron 12,5 millones de días laborales por estrés, depresión o ansiedad relacionados con el trabajo.
Nada de esto es necesario, porque las prácticas de trabajo que son malas para las personas tampoco ayudan a la empresa. Las largas jornadas de trabajo están negativamente relacionadas con la productividad.
Aunque puede parecer contradictorio, los despidos no mejoran el rendimiento organizacional y, a menudo, hacen que se pierda los mejores empleados.
Debido a los costos directos tales como despidos, y costos indirectos, como perder personas que tienen relaciones sólidas con los clientes, ni siquiera se ahorra dinero. Durante décadas, las investigaciones han demostrado que otorgar a las personas más control sobre cómo y cuándo hacen su trabajo aumenta la motivación y el compromiso.
No es de extrañar que los empleados estresados tengan más probabilidades de renunciar y la rotación es costosa. La investigación sistemática demuestra lo que debería ser obvio: los empleados enfermos y estresados no son tan competentes o productivos en su trabajo como los que son más saludables.
Todo indica que el trabajo está empeorando. Los recortes de empleos, que solían ocurrir solo en tiempos económicos difíciles, ahora son rutinarios.
Cuando 3G Capital unió a los gigantes de alimentos Heinz y Kraft, el 20 % de los empleados quedó fuera a medida que la compañía fusionó procesos y eliminó cargos que se superponían.
La “economía de trabajo temporal” significa que la inseguridad económica es más alta, ya que las personas no saben cuáles serán sus ingresos de una semana a otra.
Los programas que permiten a los minoristas y otras empresas, como hoteles y restaurantes, tener solo a las personas que los análisis predicen que serán necesarios, hacen que los trabajadores a menudo enfrenten ingresos fluctuantes y no tengan mucha capacidad para hacer frente a las responsabilidades familiares.
En los años 50 y 60, los directores ejecutivos veían su trabajo como un equilibrio entre sus obligaciones con los accionistas, los clientes, los empleados y la comunidad, el llamado “capitalismo de las partes interesadas”.
Ahora los intereses de los accionistas dominan. Pocos líderes parecen entender que cuando las personas trabajan para ellos, esas personas ponen su bienestar físico y psicológico en sus manos.
Pero algunos líderes están tomando otro camino. Compañías como Patagonia, Collective Health, SAS Institute, Google, John Lewis Partnership, que es propiedad de los empleados, y Zillow dan un ejemplo de lo que podría ser una alternativa.
A las personas se les paga tiempo libre y se espera que lo usen. Los gerentes no envían correos electrónicos ni mensajes de texto a toda hora. La gente trabaja, se va a casa y tiene tiempo para relajarse y descansar.
Estas organizaciones ofrecen comodidades para que las personas puedan tener un trabajo y una vida familiar. Las personas son tratadas como adultos y tienen control sobre lo que hacen y cómo lo hacen para cumplir con sus responsabilidades laborales, sin que haya microgerencia.
Y lo que es más importante, las empresas son dirigidas por personas que toman en serio sus obligaciones para con su gente.
SAS Institute tiene un director de salud cuyo trabajo no es solo controlar los costos, sino también garantizar que los empleados estén lo más saludables posible. Bob Chapman reconoce que todos los que vienen a trabajar a Barry-Wehmiller son el “niño precioso de alguien” o miembro de una familia.
El fundador de Patagonia escribió un famoso libro titulado “Deja que la gente vaya a surfear”. En una industria tan competitiva, todos los empleados de Patagonia obtienen un seguro de salud desde el primer día de trabajo y cada dos fines de semana es un fin de semana de tres días para que la gente pueda disfrutar de actividades al aire libre.
Las personas deben elegir a su empleador no solo para obtener un buen salario y oportunidades de promoción, sino sobre la base de si el trabajo será bueno para su salud psicológica y física.
Los líderes empresariales deben medir la salud de su fuerza de trabajo, no solo las ganancias. Y los gobiernos preocupados por la crisis de los costos de la atención de salud deben centrarse en el lugar de trabajo, porque el estrés en el lugar de trabajo claramente está enfermando a las personas.
Nada de esto es necesario. Nadie debería estar muriendo por un sueldo.
*Jeff Pfeffer es profesor de comportamiento organizacional en la escuela de posgrados en negocios de la Universidad de Stanford.