El pez se empieza a pudrir desde la cabeza
¿Se dan cuenta Trump y su administración de que sus familias llegaron a este país en circunstancias muy similares, escapando de la opresión, la violencia o la miseria?
Le cuento un secreto. Estoy escribiendo esta columna en español. No se lo diga a nadie, ahora que está abierta la veda contra nosotros los inmigrantes, sobre todo hispanos.
Pierde uno la cuenta de los abusos y vejaciones que estamos sufriendo casi a diario:
- Un abogado amenazó condelatara ICE a los trabajadores de un restaurante de Nueva York por hablar en español con sus clientes.
- En Montana, ICEdetuvoa dos ciudadanas estadounidenses en una gasolinera por hablar español.
- La Secretaria Federal de Educación indicó que cada escuela tiene derecho a decidir sidelatara estudiantes indocumentados a ICE, etc., etc., etc.
Pero el mayor escándalo es el inhumano trato al que las autoridades migratorias someten a las familias de inmigrantes que tratan de entrar en Estados Unidos. Desde octubre, ICE ha separado a unos 700 niños de sus padres cuando trataron de cruzar la frontera, para luego llevarlos a centros de detención donde incluso son enjaulados, pateados, golpeados, amenazados con abuso sexual y, en el caso de una joven guatemalteca, muerta a tiros.
Los menores son transferidos más tarde al “cuidado” del Departamento de Salud y Servicios Humanos que les debe relocalizar. Pero, como si arrancar a un hijo de los brazos de sus padres no fuera suficiente, el Departamento recientemente reconoció que, de los 7.000 niños entregados a patrocinadores para su cuidado a finales de 2017, desconoce qué se hizo de 1.475 de ellos.
El pez empieza a pudrirse desde la cabeza. Al Presidente Trump ya no le queda dignidad tras decir que los indocumentados “no son personas, son animales”.
Este abuso no es nuevo. Un estudio de la Universidad Estatal de Washington develó que los inmigrantes que no hablan inglés es el grupo más expuesto a contaminación mortal del aire. Otro reporte de la Universidad de Minnesota concluyó que los hispanos en general respiramos el aire más sucio del país.
Aún así, el aporte de los indocumentados a esta sociedad es enorme. Cada año contribuyen con $11,600 millones en impuestos a la economía nacional, a un índice contributivo superior al 1% de los estadounidenses más ricos.
¿Se dan cuenta Trump y su administración de que sus familias llegaron a este país en circunstancias muy similares, escapando de la opresión, la violencia o la miseria?
Solo hay una opción, resistir. El Sierra Club ha presentado un documento legal de apoyo a la oposición de casi 80 grupos contra un pleito de la administración Trump que pretende anular tres “leyes santuario” en California, las cuales ofrecen importantes protecciones a los inmigrantes indocumentados del estado.
La historia nos juzgará todos, quiénes resistimos y quiénes se rindieron.
Javier Sierra es columnista del Sierra Club. Sígalo en Twitter @javier_SC