Balances en las tarjetas y otros mitos

Algunas de las ideas que tenemos sobre las finanzas personales no son del todo correctas. Conozca cuáles.

Equivocarse es humano y en materia financiera somos muy humanos. Hay muchos mitos, conceptos equivocados, consejos bienintencionados pero erróneos y siempre algo que aprender o rectificar.

Por ejemplo, y según datos de Creditcards.com 43 millones de personas están equivocadas con respecto a algo que les sale caro y sin beneficio a cambio. Estas personas, que son uno de cada cinco usuarios de tarjetas, creen que mantener un balance, es decir no pagar por completo lo que se debe mensualmente en la tarjeta de crédito, ayuda a mejorar la calificación crediticia.

Tener un balance no es uno de los factores que se analizan por FICO y tiene dos resultados negativos. El primero es que se pagan intereses por ese dinero que se debe y el segundo es que ayuda a elevar el ratio de deuda sobre la línea de crédito que se tiene (el límite máximo que se puede tomar prestado con una tarjeta). Lo primero sale caro, lo segundo resta puntos en la calificación de crédito.

Pero además de este hay otros mitos que conviene despejar:

  • Los inevitables cargos o comisiones de los bancos hay que pagarlos sin protestar.

No todos los cargos son inevitables. Se puede y debe buscar la entidad financiera que le ofrezca el mejor plan para el dinero que tenga o sus necesidades precisas. Cuanto más dinero se tiene menos comisiones se pagan porque es una deferencia que se tiene con quienes depositan grandes cantidades de dinero en los bancos.

Pero si no es su caso entérese en su banco, unión de crédito o banco comunitario, cuáles son los costos de mantener el dinero, usar los servicios y si ofrecen productos financieros de los que se pueda beneficiar como por ejemplo, ayudar a mejorar el historial de crédito con un pequeño crédito prepagado. En uniones de créditos y bancos comunitarios se ofrecen servicios más baratos.

Además, muchas veces los bancos perdonan algunas de las comisiones. La clave está en pedirlo. Por ejemplo, lo que se paga por un sobregiro — cuando no se tiene suficiente dinero en la cuenta para hacer frente a una transacción y el banco la paga de todos modos (un servicio que no es obligatorio) puede ser más de $30 y si se habla con la entidad, pueden tener la cortesía de eliminarla si el cargo no es repetido.

Eso si, en caso de que quiera que le eliminen algunos cargos no olvide que al hablarlo con su banco, un supervisor tendrá más capacidad de atender su petición que otro empleado. No de la oportunidad de que le digan que no. “¿Cómo podríamos eliminar este cargo?” abre una conversación más productiva que “¿puede perdonarme esta comisión?”. Si es el caso, recuerde los años que lleva siendo un leal cliente.

  • Pagar al contado es mejor que tener deudas.

Hay una cosa clara. No se puede vivir por encima de las posibilidades. Además es muy difícil prever a largo plazo cuál es o será la situación financiera de cada uno. No obstante, sin llegar a extremos imposibles es mejor endeudarse en muchas compras que pagar al contado sobre todo si las tasas de interés son bajas y el bien no se deprecia (pierde su valor) rápidamente.

Hay que tener en cuenta que tener liquidez a mano es siempre una buena estrategia y que hay compras grandes que pueden dejarla maltrecha. Las compras de muebles, aparatos de electrónica, entre otros bienes, pueden ser financiados de forma cómoda y no suponer un sobrecargo muy elevado por las tasas de interés. Por otro lado, comprar con tarjetas de crédito protege al comprador con garantías y protección frente al fraude además de abrir puertas y facilidades cuando se viaja, por ejemplo, y a recompensas en formas de puntos o millas.

Y a la hora de perder un bolso con dinero o con una tarjeta, lo segundo siempre es mucho más seguro.

  • Si no se usa la tarjeta, mejor cancelarla.

A no ser que la comisión anual sea elevadísima, no conviene cerrar tarjetas por más que no se necesiten o no se quieran utilizar. La razón es que se pierden líneas de crédito y con ello se rebaja el ratio de utilización de este. Lo aconsejable es no endeudarse por más del 30% de lo que ofrecen las tarjetas. Cuanto más bajo sea el porcentaje mejor puntuación crediticia tendrá y eso se puede lograr no usándolas mucho o ampliando las líneas de crédito. Si cierra una tarjeta hace lo contrario: disminuye su capacidad de endeudarse.

Además, si ha tenido la tarjeta y la ha pagado bien durante tiempo, en caso de que la cancele, elimina años de su historia crediticia y eso también resta puntos.

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