Fiscal General de D.C. investiga posible encubrimiento de curas pederastas

Una red de sobrevivientes de abusos sexuales a manos de sacerdotes lidera una campaña para que los 50 estados investiguen esos abusos

El fiscal general del Distrito de Columbia, Karl Racine.

El fiscal general del Distrito de Columbia, Karl Racine. Crédito: Mark Wilson/Getty Images

WASHINGTON — El fiscal general de la capital estadounidense, Karl A. Racine, se sumó este martes a la creciente lista de entidades que investigan el posible encubrimiento del abuso sexual de menores a manos de curas pederastas, mientras una red de víctimas exige castigos contundentes.

Durante una reunión con líderes capitalinos, Racine anunció el lanzamiento de una investigación civil sobre si el liderazgo de la Iglesia Católica en el Distrito de Columbia, sede de la capital estadounidense, violó las leyes al encubrir el abuso sexual de menores.

Un portavoz de Racine, Rob Marus, explicó a la prensa que la investigación civil examinará si la arquidiócesis capitalina, que abarca también los suburbios de Maryland, violó una ley que rige a entidades sin fines de lucro mediante el posible encubrimiento de acusaciones de abuso sexual de menores.

Según el “Acta de Grupos sin Fines de Lucro”, estas entidades deben trabajar por el bien común, y si se demuestra que la archidiócesis encubrió el abuso sexual de menores, entonces “claramente eso no está en el interés público”, afirmó Marus.

Bajo las leyes locales, Racine tiene autoridad para emitir citaciones judiciales e imponer sanciones contra grupos sin fines de lucro que hayan abusado de su autoridad o violado sus objetivos fundacionales. Racine podría incluso disolver la institución.

En el marco de la investigación, la oficina de Racine puede investigar si la archidiócesis usó indebidamente donaciones para encubrir el escándalo o si, a través de sus 93 instituciones educativas, violó las leyes al no denunciar esos presuntos abusos, según Marus.

Mientras, la fiscal federal en Washington, Jessie K. Liu, anunció el establecimiento de una página web para reportar abusos por parte de sacerdotes, además de una línea telefónica para las víctimas (202) 252-7008.

Bajo fuertes presiones públicas, Racine anunció la investigación días después de que el Papa Francisco aceptara la renuncia del cardenal de Washington, Donald Wuerl, tras un informe reciente de un jurado de investigación que reveló que éste encubrió una cadena de abusos en Pittsburgh (Pensilvania), cuando fue obispo en esa ciudad.

El antecesor de Wuerl, Theodore E. McCarrick, fue retirado del Colegio de Cardenales en julio pasado ante acusaciones de que abusó sexualmente de menores de edad y de seminaristas adultos durante décadas.

Cuando salió a la luz la primera ola de abusos sexuales en el seno de la Iglesia Católica a principios de 2000, McCarrick no sólo fue uno de los líderes religiosos más vocíferos contra curas pederastas sino que contribuyó a la adopción de una política de “tolerancia cero” al abuso de menores.

McCarrick, de 88 años,  ya había sido retirado del ministerio público en junio pasado por acusaciones de que violó a un monaguillo hace 47 años cuando fue sacerdote en Nueva York, y es además el primer cardenal en la historia en perder su prestigioso título en la cúpula de la Iglesia debido a acusaciones de esa índole.

Para junio de 2017, había un total de 4,268 líderes religiosos acusados formalmente de abuso sexual, entre sacerdotes, obispos, hermanos, monjas, diáconos y seminaristas, según una página web que rastrea los escándalos.

La cifra podría ser mayor, tomando en cuenta que la Iglesia ha recibido acusaciones de presunto abuso sexual contra 6,721 sacerdotes entre 1950 y 2016, o el 5,8% de los 116,690 sacerdotes activos en ese período en EEUU, indicó la página.

Hasta la fecha, 13 fiscales generales han abierto investigaciones estatales sobre abusos sexuales,  incluyendo Nueva York y Maryland.

Víctimas exigen justicia

La Red de Sobrevivientes de Abuso de Sacerdotes, conocida por su sigla en inglés “SNAP”, que representa a más de 25,000 sobrevivientes y partidarios, dio la bienvenida a la investigación de Racine y a las herramientas que puso en marcha Liu para denunciar abusos.

“El crear esta fuente confidencial para que los sobrevivientes hagan denuncias sobre lo que hayan visto, sospechado, o sufrido en Washington, D.C. les da a los sobrevivientes una nueva oportunidad de relatar sus experiencias y podría conllevar a que haga justicia”, dijo SNAP en un comunicado.

La organización lidera una campaña nacional para que todos los 50 estados de EEUU abran investigaciones similares y exijan justicia para las víctimas de abuso sexual por parte de líderes religiosos.

Zach Hiner, director ejecutivo de “SNAP”, dijo a este diario que el próximo 3 de noviembre su grupo organizará el “Día de Todos los Sobrevivientes”, para reconocer a toda persona que fue víctima de abuso sexual, sin importar dónde haya ocurrido, ya sea en el hogar, la escuela, o el templo.

“Es una oportunidad para que estas personas saquen a la luz sus historias, despertemos conciencia sobre la naturaleza de estos abusos y nos organicemos para cambiar la cultura que permite que éstos continúen”, explicó Hiner.

La lista de ciudades que han programado eventos para el día de acción nacional incluye Filadelfia (Pensilvania), Phoenix (Arizona), Londres y Viena, además de que “SNAP” estará activa en las redes sociales con la etiqueta “#AllSurvivorsDay”.

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