Cómo prevenir los resfriados y la influenza en adultos mayores

A medida que envejecemos, nuestro sistema inmunológico a menudo se vuelve incapaz de combatir las infecciones tan eficazmente como lo hacía antes. Eso hace que el invierno, cuando los virus como los resfriados y la influenza puedan circular ampliamente, sea un momento potencialmente peligroso para los adultos mayores.

Ni un resfriado ni la influenza es algo agradable. Los resfriados pueden causar dolor de garganta y estornudos, y la influenza provoca fiebre alta, congestión, dolor y escalofríos. Ambas pueden convertirse en neumonía, una enfermedad grave que mata a decenas de miles de personas en los Estados Unidos cada año.

La investigación reciente sugiere que la influenza también puede aumentar el riesgo de un ataque cardíaco o un derrame cerebral. Por ejemplo, un estudio de 2018 en el European Respiratory Journal evaluó los registros médicos de adultos escoceses y encontró que aquellos que tuvieron neumonía o influenza eran varias veces más propensos a tener un ataque cardíaco o un derrame cerebral en los siguientes 28 días.

La temporada de influenza del año pasado fue una de las más severas en años. Y cómo será esta temporada no lo sabemos, porque la influenza es muy difícil de predecir.

La misma cepa de influenza ha predominado en las últimas dos temporadas, lo que podría significar que la mayoría de las personas han desarrollado inmunidad contra ella, según Brendan Flannery, PhD, epidemiólogo de la división de influenza de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Pero, “si el mismo virus vuelve a circular, puede significar que se ha vuelto muy bueno para evadir la respuesta inmune”, dice.

Como sea que se vea esta temporada, puedes tomar algunas medidas para reducir tu riesgo y cuidarte adecuadamente si te enfermas.

Vacúnate contra la influenza

Es posible que te preguntes si la vacuna anual contra la influenza vale la pena, porque la vacuna no es una garantía; su efectividad el año pasado fue solo del 40%.

Aun así, significó que se redujeron las posibilidades de que una persona contraiga la enfermedad, dice Ann Falsey, Maestra en Medicina, profesora de medicina en el Centro Médico de University of Rochester. Y si te vacunas y contraes la influenza de todos modos, “es mucho menos probable que termines en el hospital, contraigas neumonía y mueras a causa de la influenza”, agrega Falsey.

Si aún no te has vacunado contra la influenza, ahora es el momento. La vacuna se tarda aproximadamente dos semanas para volverse completamente efectiva, por lo que es ideal que te la pongan antes de que se expanda la temporada de influenza, según los CDC. Pero si la pospones, no es demasiado tarde para vacunarte más tarde en el otoño o el invierno.

¿Qué tipo de vacuna deben administrarte? La vacuna estándar contiene 3 o 4 cepas de la influenza que los científicos predicen que pueden circular con mayor probabilidad.

Pero si tienes 65 años o más, tienes otras opciones diseñadas específicamente para que los adultos mayores produzcan una respuesta inmunológica más fuerte.

Una de ellas, la vacuna llamada Fluzone High Dose (Fluzone de dosis alta), es 4 veces más fuerte que la vacuna estándar. Otra es la vacuna Fluad, que contiene una sustancia adicional que provoca una respuesta inmune potenciada.

Los primeros datos sugieren que estas vacunas brindan una mejor protección para los adultos mayores que las vacunas tradicionales contra la influenza. Pero si no están disponibles en el consultorio de tu médico o en la farmacia, una vacuna estándar también reducirá tu riesgo a contraer la influenza.

Las vacunas contra la influenza tienen cobertura de Medicare y la mayoría de los planes de seguro privado, pero la tarifa que pagas puede variar según el tipo de vacuna.

Vacúnate también contra la neumonía.

Además de una vacuna anual contra la influenza, es necesario que te vacunen contra las bacterias neumocócicas. La neumonía, o inflamación de los pulmones, causa del 30 al 40% de todas las hospitalizaciones en adultos mayores.

Los virus y los hongos pueden causar la enfermedad, pero lo que más preocupa en cuanto a los resfriados y la influenza son las infecciones bacterianas secundarias, especialmente de las bacterias neumocócicas. Esto puede ocurrir durante la recuperación de un resfriado o de la influenza. Suele ocurrir de esta manera: Empiezas a sentirte mejor, pero luego empeoras y la fiebre comienza a subir y vuelve la tos.

Dos vacunas protegen contra algunas cepas de bacterias neumocócicas: la PCV13 (Prevnar) tiene aproximadamente 75% de efectividad para prevenir infecciones neumocócicas graves, y la PPSV23 (Pneumovax) tiene una efectividad de 50 a 85% contra enfermedades graves.

Al cumplir los 65 años, es recomendable que te administren las dos. Primero deben administrarte la PCV13 y la PPSV23 un año después.

Si ya te administraron la PPSV23 debido a otra condición de salud, pueden administrarte la PCV13 en segundo lugar, siempre y cuando esperes al menos un año entre las vacunas.

Un buen momento para preguntar acerca de las vacunas contra el neumococo es cuando te vacunan contra la influenza. Según los CDC, es seguro que te administren cualquiera de las dos al mismo tiempo que la vacuna contra la influenza.

Practica hábitos saludables

Estos consejos también pueden ayudar a no enfermarte:

Lávate bien las manos. Utiliza jabón y agua, y frótate las manos por lo menos durante 20 segundos. Lávate antes y después de comer o cocinar, y después de ir al baño, cuando estés cerca de alguien enfermo o después de sonarte la nariz, toser o estornudar.

Sé inteligente con los gérmenes. Trata de evitar tocarte los ojos, la nariz y la boca, estos son lugares por los cuales los gérmenes pueden ingresar fácilmente a tu sistema. Y limpia con diligencia las superficies que tocas con frecuencia en tu hogar, como las manijas de las puertas, especialmente si alguien está enfermo.

Mantente alejado de personas enfermas. Debido a que los  sistemas inmunológicos de los adultos mayores pueden ser menos robustos y es más fácil para ellos contraer resfriados e influenza, es fundamental que eviten el contacto con personas enfermas. Eso incluye a sus nietos y otros miembros de la familia. Y si te enfermas, limita el contacto con otras personas, tose o estornuda contra el antebrazo o sobre un pañuelo para proteger a quienes te rodean.

Mantente en forma. Mantener un estilo de vida saludable, que debe incluir ejercicio regular (procura hacer 150 minutos de actividad moderadamente intensa, como caminar a paso ligero, por semana) y una dieta nutritiva, pueden ayudar a protegerte de una infección.

Evita los suplementos. Muchos productos afirman aumentar la inmunidad. Pero, para la mayoría hay poca o ninguna evidencia que respalde esta afirmación, dice Namita Ahuja, MD, directora médica en jefe del Plan de Salud UPMC en Pennsylvania.

Si te enfermas

Incluso si eres diligente, es posible que te resfríes o contraigas influenza. Si te enfermas, esto es lo que debes hacer:

Presta atención a tus síntomas. Los resfriados y la influenza no son lo mismo; por lo general, se presentan de manera diferente. Con un resfriado los síntomas aparecen gradualmente y es probable que no presentes fiebre, pero tendrás dolor de garganta seguido de estornudos, congestión o secreción nasal y tos. Con la influenza, también puedes desarrollar tos, pero los síntomas iniciales, como fiebre, escalofríos y fatiga, por lo general aparecen repentinamente. Los resfriados suelen resolverse después de unos días, pero la influenza a menudo dura más de una semana.

Cuídate correctamente. Los adultos mayores que consideren que podrían tener influenza deben acudir al médico de inmediato. Esto se debe a que los adultos mayores se encuentran entre las personas expuestas a un mayor riesgo de padecer complicaciones causadas por la influenza, como la neumonía, y podrían beneficiarse de tomar medicamentos antivirales como el oseltamivir (Tamiflu y genéricos).

Estos medicamentos con receta pueden reducir la gravedad de la enfermedad, pero son más efectivos cuando se toman dentro de un lapso de 48 horas después del inicio de los síntomas. Un médico puede usar una prueba de laboratorio para ayudar a diagnosticar la influenza, pero si tienes síntomas, no es necesario un resultado positivo de la prueba antes de tomar un antiviral.

Ya sea que tengas influenza o estés resfriado, los medicamentos de venta libre pueden aliviar las molestias. El acetaminofeno (Tylenol y genérico), el ibuprofeno (Advil y genérico) y el naproxeno (Aleve y genérico) pueden disminuir la fiebre y aliviar el dolor. Si tomas otros medicamentos a menudo, pregúntale a tu médico sobre ellos y cualquier otro medicamento de venta libre para los síntomas del resfriado y la influenza, ya que pueden interactuar.

Y no subestimes el poder de un tazón de caldo de pollo. Las investigaciones sugieren que en realidad puede ayudarte a sentirte mejor.

Es necesario que sepas cuándo obtener ayuda de emergencia. La mayoría de las personas se recupera bien de los resfriados y la influenza. Sin embargo, ambos pueden convertirse en una emergencia. Busca atención médica de inmediato de un médico o en una sala de emergencias si se te dificulta respirar, te duele el pecho, te sientes confundido o mareado, vomitas de forma persistente o si vas mejorando pero de repente comienzas a sentirte peor. Incluso si no notas nada de lo anterior, es una buena idea llamar a un médico si tus síntomas no mejoran después de una semana más o menos.

Nota del editor: este artículo también apareció en la edición de noviembre de 2018 de Consumer Reports en temas de Salud.

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