Beneficiarios de visas U celebran Acción de Gracias sin miedo

En la víspera de la celebración, una inmigrante es sorprendida con su visa U, y otras dos están listas para solicitar su residencia

Margarita Hernández recibió su permiso de trabajo y su visa U, que se entrega a las víctimas de crimen. (Araceli Martínez/La Opinión).

Margarita Hernández recibió su permiso de trabajo y su visa U, que se entrega a las víctimas de crimen. (Araceli Martínez/La Opinión). Crédito: Araceli Martínez | La Opinión

Este Día de Acción de Gracias Margarita Hernández tiene mucho que celebrar. En la víspera fue gratamente sorprendida con lo que menos esperaba, su visa U y su permiso de trabajo.

“Estoy muy emocionada, pensé que pasaría otro año sin que me llegara”, dice feliz. Tuvo que esperar tres años después de presentar la solicitud de visa U, para que se la autorizaran.

A esta inmigrante mexicana la citaron en las oficinas del Centro México en Panorama City. Cuando llegó, se sorprendió de ver periodistas y cámaras de televisión. “Miré a Carmen – la persona que la ayudó con el trámite migratorio-  con un papel en la mano, y tuve como un buen presentimiento”, cuenta.

Margarita Hernández parte un pavo en las oficinas del Centro México donde la ayudaron con su trámite de visa U. (Araceli Martínez/La Opinión).
Margarita Hernández parte un pavo en las oficinas del Centro México donde la ayudaron con su trámite de visa U. Carmen Onchi la ayudó con el trámite migratorio. (Araceli Martínez/La Opinión).

Carmen Onchi, coordinadora del Centro México se le acercó y le dijo, “¡Felicidades, llegó tu permiso de trabajo!”.

Margarita se puso muy feliz. Dice que de haber sabido que se la iban a entregar en frente de un grupo de periodistas, se hubiera puesto guapa.

Atacaron a su esposa, pero ella se benefició también

Ella obtuvo la visa U que se entrega a víctimas de crimen, porque su esposo Jorge Hernández sufrió un ataque violento en el año 2001.

“Ocurrió cuando llegó a la fábrica de ropa para la que trabajaba. Estaba esperando tomar el elevador, cuando alguién le llegó por la espalda, y le dio una cuchillada. Estuvo como cinco días inconsciente”, relata.

Pero lo más increíble del caso, es que Margarita no conocía a su esposo en ese tiempo. El ataque violento ocurrió en 2001, se conocieron en 2005, y se casaron en 2008.

Gloria Saucedo, directora del Centro México con las familias beneficiadas con la visa U que se da a víctimas de crímenes. (Araceli Martínez/La Opinión).
Gloria Saucedo, directora del Centro México con las familias beneficiadas con la visa U que se da a víctimas de crímenes. (Araceli Martínez/La Opinión).

“A mi esposo le llegó su visa U en el año 2013. Me siento muy contenta por él. Se merece eso y más”, comenta.

Margarita y su esposo, ambos inmigrantes mexicanos, tienen tres hijos de 11, 8 y 7 años nacidos en Estados Unidos.

“Con mi permiso de trabajo, ya voy a poder trabajar. Antes no buscaba trabajo por miedo, Me sentía triste por mi situación migratoria”, admite.

Para el Día de Acción de Gracias, comenta que tiene muchos motivos para agradecer. “Vamos a cenar y celebrar con mis primos”,  dice fascinada.

Margarita no fue la única que celebrará su primer Día de Acción de Gracias sin miedo, y con la certeza de que finalmente están en camino de ser residentes legales de Estados Unidos.

Rafael Sánchez, beneficiario de una visa U, está en proceso de solicitar la residencia. (Araceli Martínez/La Opinión).
Rafael Sánchez, beneficiario de una visa U, está en proceso de solicitar la residencia. (Araceli Martínez/La Opinión).

Inicia el proceso de la green card

Rafael Sánchez, beneficiario de una visa U, cenará contento porque acaba de iniciar su proceso de residencia. “El año que entra cumplo cuatro años con la visa U, pero las autoridades de migración nos dan la oportunidad de solicitar la residencia meses antes de que se venza”, explica.

Este inmigrante de Jalisco fue víctima de un crimen el 24 de noviembre de 2012. “Dos días después de Acción de Gracias me dieron un cuchillazo en el cuello. Por milímetros no me llegó a la yugular. Si no, no estuviera aquí”, dice mostrando la cicatriz en el cuello.

De 67 años de edad, trabajador de mantenimiento y padre de cuatro hijos, confía que este Día de Gracias agradecerá una vez más haber sobrevivido a la agresión violenta sufrida.

“Voy ajustar seis años que volví a nacer”, dice sonriendo.

Confiesa que su mayor deseo cuando sea residente es poder viajar a México para ver a su mamá en Guadalajara, México.

Julia Hernández muestra el permiso de trabajo que obtuvo con su visa U.(Araceli Martínez/La Opinión).
Julia Hernández muestra el permiso de trabajo que obtuvo con su visa U.(Araceli Martínez/La Opinión).

Julia Hernández, sobreviviente de violencia doméstica (lo que la hizo acreedora a una visa U) está muy entusiasmada porque va iniciar el proceso para su residencia.

El año que entra va a cumplir cuatro años con esa protección.

“Ser residente significa mucho para mi porque quiero ir a Oaxaca a ver a mis papás. Hace 17 años que no los veo”, revela Julia, madre de cuatro hijos, todos nacidos en Estados Unidos.

Gloria Saucedo, directora del Centro México que ayudó a Margarita, Rafael y Julia a obtener la visa U y ahora con la residencia, comenta que es muy importante que la comunidad no tenga miedo. “No crean lo que dicen que el presidente va a hacer esto y aquello. En este país hay leyes, y se respetan. Tenemos un Congreso, y hasta ahorita el Congreso no ha hecho cambios a las leyes.”, destacó.

Y agregó que cuando una víctima de crimen violento recibe una Visa U, prácticamente puede ayudar a toda su familia a arreglar su estatus migratorio.

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