Un regalo de Navidad; liberan a Dreamer detenido en Adelanto
Osny Sorto estuvo detenido tras ser arrestado por la migra por una orden de deportación pendiente
Faltaba una semana para la Nochebuena y María Vázquez no perdía la esperanza que su hijo mayor, Osny Sorto, llegara para que juntos pudieran poner su arbolito de Navidad, como es su tradición cada año.
“Mi hijo el pequeño sacaba el arbolito y lo volvía a meter y preguntaba, ‘¿Cuándo vamos a poner el arbolito?’…Pero yo esperaba a Osny”, dijo Vázquez, de 40 años.
Eran tiempos difíciles. Ella intentaba ser fuerte. Sorto llevaba dos meses y medio en el centro de detención migratorio de Adelanto, en el condado de San Bernardino.
Sorto, un beneficiario de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) fue detenido a principios de octubre por agentes de inmigración (ICE) que llegaron a su casa.
Vázquez cuenta que su hijo llegó de su natal Honduras a Estados Unidos de forma ilegal en el 2004, cuando tenía 9 años de edad.
Su detención
Por muchos años, madre e hijo desconocían que el entonces niño recibió una cita para presentarse ante un juez de inmigración.
“Los registros revelan que el Sr. Sorto-Vásquez fue detenido por la Patrulla Fronteriza de EEUU en mayo de 2004 y ordenado a retirarse del país en noviembre de 2004, lo que lo convierte en un fugitivo para la inmigración”, indicó en octubre Lori K. Haley, portavoz del Servicio de Inmigración y Control de Adunas (ICE).
Sorto estudiaba en el colegio Mt San Antonio, en Walnut, y trabajaba como asistente de enfermero para el centro médico LAC+USC y como cuidador de una persona de 85 años, quien nunca supo de su detención.
“Le tuvimos que mentir [por su edad] y le dijimos que yo estaba de vacaciones”, dijo Sorto.
Pero tras una intensa espera lo más anhelado llegó. El 17 de diciembre Vázquez terminaba de bañarse cuando escuchó a su hijo menor pegar un grito. Ella no sabía si era de susto o felicidad.
“Entonces salí del baño y vi a Osny en la puerta y me quedé en shock parada por la mesa”, recuerda Vázquez. “No sabía si correr, llorar o reírme”.
Ese mismo día Sorto había sido puesto en libertad y, su ahora esposo, Chance Kidd, fue quien se encargó de recogerlo del centro de detención y llevarlo hasta la casa de su madre.
‘El abogado’
Sorto dijo que su experiencia en el centro de detención fue fuerte.
“Eran cuatro camas en literas y cuando yo las vi todavía no lo podía creer”, dijo Sorto. “Solo me acosté en la cama, me puse muy triste y después llamé a mi mamá. Ella fue mi consuelo todo este tiempo”.
“Nos levantaban para desayunar a las 4:00 de la mañana, después el almuerzo a la 1:30 o a las 2:00 de la tarde y la cena a las 6:00 p.m.”, dijo Sorto. “La calidad de comida era bien mala, mal olor, los vegetales y la fruta seca”, recordó.
Afuera, su madre vivía la misma experiencia. Ella dijo que un día que fue a visitar a su hijo le pidió perdón por haberlo traído de forma indocumentada.
“Yo lloré y le dije ‘Perdóname, pero yo te quería a mi lado’…Y le dije ‘estas aquí porque Dios tiene una razón para ti’”, recordó Vázquez.
Días después de estar detenido, Sorto comenzó a ver las injusticias que cometían con los inmigrantes.
“Les obligaban a firmar papeles y les hablaban muy feo”, dijo Sorto. “A un africano se lo llevaron y lo hicieron firmar un papel diciéndole que lo llevaban al medico, pero nunca lo volvimos a ver”.
Fue entonces que Sorto se dio a la tarea de asesorar y ayudar a todo aquel que necesitara traducciones, cartas y hasta dinero para hacer llamadas telefónicas.
Esos actos le hicieron que se ganara el apodo de “El abogado”.
“A mí no me gustaba que me dijeran así, pero todos me decían el abogado”, relata Sorto, quien ocupaba su mesita de celda como un escritorio.
“Todos los lunes yo iba a las orientaciones legales que daban para que pudiera aprender más y así poder asesorar a los inmigrantes”, dijo Sorto. “Ayudándonos logramos sacar a cinco del centro de detención”.
Su madre, de cierta forma, fue su asistente, pues Sorto le designaba trabajos como buscar información en Internet.
“Así fue como por primera vez aprendí a usar la computadora”, recuerda Vázquez a carcajadas.
Su liberación
Sorto recuerda que ese 17 de diciembre estaba en su celda leyendo cuando escuchó aplausos y no sabía lo que pasaba.
“El [agente] me dio una bolsa para poner mis cosas y me dijo, ‘ya estas libre’”, recordó. “Estaba feliz, nervioso, no sabía cómo sentirme, mis compañeros me abrazaron y me llevaron cargando a mi dormitorio para recoger mis cosas”.
Fue liberado después que sus abogados limpiaron el cargo de DUI (manejar bajo la influencia) que estaba en su récord. Debe presentarse regularmente ante un agente de inmigración.
Él asevera que pese a estar libre y feliz no se olvida de todos los inmigrantes que están detenidos y no pueden salir por falta de recursos, desconocimiento del idioma y falta de educación.
Sin embargo, en su caso Sorto asegura que la ayuda que recibió de propios y extraños fue inmensa.
“En mi trabajo hicieron una carta de apoyo con 200 firmas, en la escuela, el director del Dream Center le hablaba a mi mamá para ofrecerle ayuda y de mi otro trabajo, la esposa del señor que cuidaba siempre estaba pendiente de mi mamá y de mis días de corte”, dijo Sorto.
En Internet también se realizó una recaudación de fondos y ahora cuenta con el apoyo de una barra de abogados de alto reconocimiento.
Sorto dijo que fue dejado en libertad pero todavía tiene una orden de deportación pendiente.
“Tengo que estar yendo a presentarme con un agente de migración”, dijo el joven.
En cuanto fue dejado en libertad se casó con Kidd, y pronto comenzarán a ver las opciones para solucionar su estatus migratorio.
Sorto reconoce que haber estado detenido le cambió la vida y siente que hay mucho por hacer por quienes están tras las rejas.
“Desde acá afuera yo quiero seguir ayudándolos”, dijo Sorto, cuyos planes son continuar estudiando mientras trabaja.
Y la felicidad de Vázquez para estas festividades es completa y dijo que no pudo tener mejor regalo de Navidad.
“Yo siempre decía Dios tiene a mi hijo ahí por una obra y cuando uno hace algo bien Dios lo bendice con la segunda, tercera y hasta la cuarta generación”, dijo Vázquez.