Las mejores y más seguras estrategias para el alivio del dolor

Si pasas el día haciendo gestos por la artritis, dolor de espalda, una cirugía reciente o dolores de cabeza graves, tu médico podría sugerirte que pruebes un medicamento opioide potente. Pero esa no es tu única opción ni debería ser la primera.

De acuerdo con una encuesta realizada en julio en Michigan University, casi un tercio de los adultos de 50 a 80 años de edad reportaron haber surtido tal receta en los últimos dos años.

Estos medicamentos pueden ser riesgosos: hasta un cuarto de las personas que toman opioides a largo plazo terminan combatiendo la adicción; pero los médicos aún así dieron más de 191 millones de recetas de opioides solo en 2017.

“Muchos adultos mayores pueden estar tomando opioides innecesariamente”, dice David Ring, MD, PhD, profesor de cirugía y psiquiatría en la Escuela de Medicina de Dell de la Universidad de Texas en Austin y portavoz de la Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos (AAOS).

Sin embargo, la investigación ha demostrado que para muchos tipos de dolor, los opioides no son más efectivos que los medicamentos no opioides. Un estudio publicado en la revista JAMA en marzo pasado encontró que las personas que tomaban opioides para el dolor crónico de espalda, rodilla o cadera no mejoraban (y en algunos casos tenían peor dolor) que aquellos que tomaban medicamentos no opioides.

E incluso los medicamentos no opioides, como el acetaminofeno (Tylenol y genérico), plantean riesgos. “Es por eso que a menudo preferimos utilizar terapias no farmacológicas como la opción de primera línea”, dice Ring.

A continuación, te ofrecemos lo que puedes hacer para tratar 4 tipos de dolor comunes.

Dolor de la parte baja de la espalda o dolor lumbar

El dolor lumbar afecta a casi la mitad de las personas sanas y activas mayores de 60 años. La mayoría de las veces se puede tratar y controlar con éxito con medidas no farmacológicas: el Colegio Estadounidense de Médicos (ACP) recomienda terapias como almohadillas térmicas, masajes, acupuntura, tai chi y yoga como tratamiento de primera línea.

“El perfil de seguridad es mucho mejor y la efectividad es bastante similar a la mayoría de las terapias con medicamentos”, dice Roger Chou, M.D., profesor de medicina en la Oregon Health & Science University en Portland.

Si te has lastimado la espalda y tienes mucho dolor, toma ibuprofeno (Advil y genérico) de venta libre o naproxeno (Aleve y genérico) durante una semana o dos, dice Chou.

Estas pueden ser una mejor opción que el acetaminofeno, que la ACP no encontró eficaz.

En investigaciones recientes también se ha encontrado que las personas que se mantienen activas, con actividades suaves como caminar y estirarse, tienen una recuperación más rápida y menos incomodidad que las personas que permanecen en cama.

Si el dolor dura más de una semana o dos, consulta a tu médico, que puede recetarte terapia física o, en algunos casos, un curso limitado de manipulación espinal (de 3 a 4 semanas) con un quiropráctico autorizado.

Para el dolor de espalda crónico que no responde a estas medidas o a los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (NSAID) con concentración de prescripción, el ACP recomienda tramadol, pastillas para el dolor de prescripción, (Ultram y genérico) o el antidepresivo duloxetina (Cymbalta y genérico). Pero ambos tienen poco efecto; todavía necesitarás utilizar métodos no farmacológicos.

Dolor post-quirúrgico

Si vas a someterte a una cirugía, tu plan para controlar el dolor después debe comenzar antes de la operación: pregunta a tu equipo quirúrgico si es posible tener anestesia local (en lugar de general), incluido un bloqueo nervioso periférico.

Ambos pueden ayudar a reducir la necesidad de opiáceos después de la cirugía, dice Stavros G. Memtsoudis, MD, PhD, director de servicios de cuidados intensivos en el departamento de anestesiología en el Hospital for Special Surgery en New York City.

Si bien los opioides pueden ser una parte útil en un plan de control de dolor post-quirúrgico a corto plazo, no son una cura para todos.

En una investigación publicada en la revista Anesthesiology en mayo pasado, entre más de 1.5 millones de pacientes quirúrgicos, se encontró que aquellos que recibieron al menos otras dos formas de medicamentos para el dolor, como el acetaminofeno y un NSAID, junto con un opioide obtuvieron mejores resultados en general.

En general, debes tomar opioides solo cuando sea necesario para aliviar el dolor y no por más de 3 semanas después de un procedimiento.

Las personas que salen de la cirugía también deben “tener expectativas realistas, no pueden esperar ir a casa desde el hospital sintiéndose absolutamente libres de dolor”, dice Memtsoudis. “Pero deberían poder leer sin distraerse con el dolor”.

Dolores de cabeza

Alrededor del 17% de los adultos mayores de 65 años han reportado dolores de cabeza más de dos veces al mes. Para las personas propensas a las migrañas, el tratamiento de primera línea suele ser una clase de medicamentos llamados triptanos, que reducen la inflamación y contraen los vasos sanguíneos.

Pero estos deben recetarse con precaución para cualquier persona que ya tenga una enfermedad cardíaca, presión arterial alta u otros factores de riesgo.

Los opioides no han demostrado mejorar los síntomas de la migraña y pueden hacer que los triptanos sean menos efectivos, dice Alan M. Rapoport, MD, profesor clínico de neurología en la Escuela de Medicina David Geffen de UCLA en Los Angeles.

Si tienes dolor sordo por tensión, el tipo más común de dolor de cabeza, de una o dos veces al mes, puedes tratarlo con un analgésico de venta libre, como el ibuprofeno o el acetaminofeno. El ejercicio o la relajación también pueden ayudar.

Pero si tomas estos analgésico con más frecuencia, por ejemplo, todas las semanas, consulta a tu médico. Las personas que se auto recetan más de dos veces por semana pueden desarrollar dolor de cabeza por el uso excesivo de medicamentos, dice Rapoport.

Para dolores de cabeza frecuentes de cualquier tipo, la investigación ha encontrado que las terapias complementarias, como la acupuntura, el masaje y el biofeedback, pueden ser eficaces en algunos casos.

Dolor en las articulaciones

De las personas mayores de 65 años, más del 55% de los hombres y casi el 70% de las mujeres pueden tener artritis. La forma más común es la osteoartritis, donde el cartílago en las articulaciones se descompone, causando dolor, hinchazón y problemas para moverse.

Pero la investigación ha demostrado que, en general, los opioides no deben usarse para tratar la osteoartritis; los daños potenciales superan los beneficios.

En su lugar, intenta envolver una bolsa de hielo en una toalla y aplicar sobre el área afectada por hasta 20 minutos a la vez; el frío puede ayudar a aliviar el dolor agudo de las articulaciones.

El naproxeno parece ser el analgésico oral más efectivo para el dolor en las articulaciones, pero no lo uses por más de una semana sin consultar al médico. El yoga, el tai chi y la natación también pueden ayudar.

Si estos pasos no te ayudan, considera usar un NSAID de receta tópica. Pero piensa dos veces antes de usar diclofenaco (Voltaren y genérico), que se ha relacionado con un mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.

También puedes ayudar a disuadir los brotes de osteoartritis tratando de mantener un peso saludable. La investigación ha demostrado que, para quienes tienen sobrepeso u obesidad, perder peso puede ayudar a reducir el dolor y la inflamación.

¿Puede ayudar el CBD?

El cannabidiol, o CBD, es un compuesto químico que proviene de la marihuana o de su primo, el cáñamo (hemp), pero que no hace que los usuarios se sientan intoxicados (high). Este compuesto se encuentra en aceites, cremas, tinturas, vapores y más, y el CBD a menudo se promociona como una panacea para una variedad de afecciones de salud, incluido el dolor crónico.

Sin embargo, si bien el CBD parece ser un antiinflamatorio, que en teoría podría ayudar a aliviar el dolor, “está sobrevalorado en este momento”, dice Donald Abrams, MD, especialista en cáncer y practicante de medicina integrativa en el Hospital General y Centro de Trauma Zuckerberg en San Francisco.

Un informe coescrito por Abrams en 2017 sobre los beneficios médicos del cannabis encontró que, si bien había pruebas de que el cannabis o la marihuana pueden aliviar el dolor en los seres humanos, no hubo ninguna buena investigación que se centrara específicamente en el CDB. “Necesitamos ver evidencia firme de que su uso tiene beneficios y que sea seguro”, dice.

Y dependiendo del estado en el que vives, los productos de CBD pueden no ser legales o reglamentados, por lo que es posible que no obtengas lo que pagas.

Esto es especialmente cierto para los productos que se venden en línea: un estudio de 2017 en JAMA encontró que solo el 26% de los productos de CBD comprados en línea contenían la cantidad del compuesto reclamado en sus etiquetas.

Nota del editor: Este artículo apreció en la edición de enero de 2019 del boletín Consumer Reports on Health.

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