Los inesperados secretos que esconde nuestra risa
La risa muchas veces tiene más que ver con la forma con la que nos conectamos con los demás que con los chistes
En septiembre pasado, durante la Asamblea General de Naciones Unidas, el presidente de EE.UU., Donald Trump, afirmó casi sin ruborizarse que su gobierno había conseguido más logros que “ninguna otra administración” en la historia de su país.
De inmediato, en la plenaria de la Asamblea se escuchó una sonora carcajada.
Trump admitió que “no esperaba” esa reacción, pero que estaba bien.
Esta situación es un buen ejemplo de las decenas de razones por las que la gente se ríe. Y que muchas veces no son una respuesta a algo particularmente chistoso.
Reírse es primordialmente una forma de estrechar lazos con otras personas: hay 30 veces más posibilidades de reírse si estamos con otras personas que si estamos solos.
Además, es una reacción universal que no se limita a los humanos: se han documentado escenas de sonrisas en especies animales como los simios e incluso en roedores.
Cuando las ratas juegan entre ellas, algunas veces emiten un chillido distintivo que los científicos han relacionado con la risa.
Es una señal, dicen los investigadores, que emiten estos animales para indicar que están jugando y no se están agrediendo.
Si las ratas pueden mostrar este tipo de comportamiento, no sorprende que los humanos utilicen la risa de una forma más compleja.
Usamos la risa para crear y mantener relaciones sociales. Es una manera explícita de mostrar que nos entendemos con otros, y también funciona para excluir a quienes están fuera de nuestro círculo íntimo.
Este control social y emocional hace increíblemente poderosa la risa, por eso es utilizada -y explotada- de manera política y personal.
¿Por qué nos reímos?
La risa es una expresión no verbal espontánea, como los gritos y los lamentos.
El ruido que hacemos cuando nos reímos es muy similar al gruñido que emiten los simios cuando juegan.
A diferencia del habla, producir este sonido no involucra el movimiento de la lengua, la mandíbula o los labios.
Aunque los científicos no saben aún por qué hacemos este sonido, podría ser porque es uno de los más fáciles de producir con nuestra voz.
A pesar de que la especie se ha desarrollado, el uso de la risa sigue siendo una acción inherente a nuestra naturaleza: los bebés, cuando son muy pequeños y no escuchan y no ven, se ríen cuando se les hace cosquillas.
El uso político
Por lo general son los comediantes los que se quedan con nuestras sonrisas, aunque hay otras personas que utilizan la risa, o tratan de usarla, para sus propios fines.
Pero el humor no tiene que generar divisiones o ser polémico para resultar poderoso.
En 1995, el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton transformó con una carcajada lo que iba a ser una tensa rueda de prensa junto a su colega, el entonces presidente de la Federación Rusa, Boris Yeltsin.
Clinton, con esa risa sonora y sostenida, se comportó como si su colega hubiera sido intencionalmente ingenioso y agudo en su declaración -dijo que la prensa era un desastre- y cambió el tono del encuentro de ambos líderes.
Sin embargo, y esto es clave, Clinton se cuidó de no parecer que se estaba riendo de él, casi como sugiriendo que ambos estaban bromeando.
Otras figuras públicas parecen cultivar una imagen “divertida”, cuando a menudo aparecen como objeto de las mismas burlas y chistes.
Por ejemplo, el exministro británico Boris Johnson fue percibido como gracioso en el programa televisión de humor satírico “Have I Got News For You”, cuando apareció en el set por primera vez en 1998.
Jonhson mantuvo esta imagen de persona divertida durante los años siguientes, lo que lo ayudó a desviar comentarios críticos sobre su gestión como político y alcalde de Londres con chistes y bromas.
Ya fuera que se quedaba atascado en un cable del London Eye o que le hicieran una broma acerca de que nunca llegaría a ser primer ministro, las preguntas difíciles eran desestimadas y su encanto parecía realzarse con el sonido de la risa.
Para todos los días
La risa es también una parte importante de nuestra vida diaria.
Por ejemplo, hace poco le di un golpe sin querer a una mujer cuando estaba cruzando la calle.
Ambas nos reímos, no porque fuera divertido. Nos reímos para mostrar que estábamos bien y que ninguna de las dos estaba lastimada, que yo no había querido golpearla y que ninguna tenía la intención de robarle a la otra.
Esta interacción fue exitosa porque entendimos y usamos la risa de la misma forma y con el mismo propósito.
Estudios basados en la observación indican que la mayoría de las sonrisas vienen de comentarios y frases, más allá de las bromas.
Este tipo de risa de “conexión” se ha refinado durante muchos años de interacción social.
Uno de los estudios que actualmente llevo a cabo indica que la risa que utilizamos para conectar con otras personas se desarrolla durante nuestra primera etapa como adultos y no es sino cuando llegamos a los 30 que nos hemos adecuado totalmente a su uso.
Y eso también depende del deseo de encontrar alguna afiliación: estudios señalan que los adolescentes en riesgo de sufrir cuadros de psicopatía no ven la risa como algo contagioso, como sí le ocurre a otros jóvenes de la edad sin esas limitaciones.
Otro uso clave de la risa es el de ayudar a enfrentar situaciones estresantes.
Hay una investigación que sugiere que las parejas que discuten sobre un tema complicado en su relación con expresiones positivas como la risa, se desestresan de inmediato.
E indica que son más felices en sus relaciones y permanecen juntos por más tiempo.
Sin embargo, esto solo funciona si ambos miembros de la pareja comparten la broma.
Por ejemplo, si una persona se ríe y dice “compro demasiados zapatos” y la otra persona dice sin sonreír “ese es un gran problema y me gustaría que lo resolvieras“, entonces nadie se siente mejor.
La risa funciona no porque sea una suerte de polvo mágico que hace a las personas más felices, sino porque indica que estás lo suficientemente cómodo como para utilizarla como una herramienta para negociar un mejor estado de ánimo entre los dos.
Porque lo esencial, para casi todas las clases de risas, es que nos reímos cuando estamos con personas que nos gustan, pero también cuando nos sentimos físicamente seguros.
Cuándo, dónde y con quién ríes es un indicador muy importante de tu universo emocional.
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