Fallece matriarca de restaurantes Avila´s El Ranchito

La originaria de Guanajuato murió a los 93 años, a su paso deja décadas de ofrecer delicias mexicanas

Los esposos Ávila llegaron a EEUU en la década de los 50; en esta imagen están junto a sus hijos. / fotos: suministradas.

Los esposos Ávila llegaron a EEUU en la década de los 50; en esta imagen están junto a sus hijos. / fotos: suministradas. Crédito: LA OPINION

Margarita Ávila, o “mamá Ávila”, la matriarca de la cadena de restaurantes del sur de California Avila´s El Ranchito, falleció el pasado martes 5 de febrero a los 93 años.

De acuerdo con Margarita, su hija más joven, ella no solo era el corazón y la sazón del negocio familiar, sino que era una mujer de mucho coraje.

No en vano migró con sus seis hijos a finales de los años 50 para reunirse con su esposo Salvador, quien desde hacía algunos años iba y venía como bracero desde Guanajuato, México, hasta el norte.

Años después él propuso gastar sus ahorros de 2,000 dólares en su primer restaurante, sin tener experiencia alguna en el ramo y ella dijo que sí.

Lo demás es la historia de un negocio familiar como pocos.

Cuando “mamá Ávila” falleció esta semana, estaba rodeada de toda su familia, incluyendo su esposo de los últimos 72 años, Salvador.

Deja a cinco hijos sobrevivientes, 14 nietos y 14 bisnietos. “Somos 45 en total”, apunta Margarita hija.

La cadena de restaurantes, que comenzó en 1966 cuando la familia tenía apenas ocho años de haber llegado al sur de California proveniente de Guanajuato, es una de las mayores historias de éxito inmigrante en la industria restaurantera de California.

De un solo restaurante con cinco mesas de picnic, el negocio familiar fue creciendo hasta formar una popular cadena de 13 locales, propiedad de diferentes miembros de la familia.

Por encima del éxito en los negocios, sin embargo, el legado de “Mamá Ávila” tiene más que ver con el amor que tenía por sus hijos y su familia, explicó la hija más joven.

Avila’s El Ranchito tiene 13 locales, el primero fue el de Huntington Park./ SUMINISTRADA

“Todo lo que ella hacía tenía el objetivo de dar un futuro a sus hijos”, recuerda la benjamina de la familia.

“Por muchos años ella trabajó largos días de 14 horas y no le pesaba en lo más mínimo. Algo que le daba mucha satisfacción personal era la reacción que la gente tenía hacia su comida, su sazón”.

Cuando la pareja abrió su primer restaurante en Huntington Park no sabían nada del negocio y todos en la familia tuvieron que participar, hasta el abuelo Poldo, que lavaba los platos.

“En realidad no tenían miedo, fueron visionarios. Papá dijo, ¿quieres hacerlo? Es mucho trabajo. Mi mamá tenía seis hijos y era ama de casa. Ella sabía cómo cocinar muy delicioso y decidieron tomar el riesgo”, explicó Margarita.

“Somos la historia de los inmigrantes”, agrego´. “Y ella había aprendido a cocinar de mi abuelita, ella amaba la comida”.

Ese amor se siente en los platos y a menudo Margarita escuchaba de sus clientes que sus recetas eran “igualitas a las de sus mamás, [a la de] sus abuelitas”.

Para ella no había un elogio más grande que ese amor por su comida y había clientes que manejaban una o dos horas para ir a comer a la locación original en Huntington Park.

Hoy, la cadena se precia de ser un negocio familiar y local, a pesar de tener locaciones en Corona del Mar, Costa Mesa, Foothill Ranch, Huntington Beach, Huntington Park (el original), Lake Forest, Laguna Beach, Laguna Niguel , Newport Beach, Orange, Santa Ana, San Clemente y Seal Beach.

Margarita Ávila emigró junto a su esposo Salvador desde Guanajuato,México. / suministrada

El ambiente familiar también tiene que ver con los empleados, muchos de los cuales tienen décadas trabajando con ellos. Margarita tenía la filosofía de que los empleados hacen tanto al negocio como la propia comida. Lo mismo los clientes.

Una frase que dijo la matriarca durante la celebración de los 50 años del negocio —y los 70 de matrimonio— refleja el alcance del legado familiar. “Nunca pensé que mi comida le traería una oportunidad y un futuro a mis hijos y nietos”.

Margarita también recuerda el carácter amplio y cariñoso de su mamá, que no solo se extendía a la familia sino a los amigos de nietos y sobrinos. “Aunque ella nunca llegó a hablar inglés, se hacía entender y querer por todo el mundo. Ella tenía ese don natural”.

Los servicios funerarios de Margarita “Mamá” Ávila serán privados..

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