¿Por qué “El Chapo” Guzmán no será condenado a la pena de muerte?
El mismo acuerdo que permitió extraditarlo a Estados Unidos también estableció que no puede recibir la pena capital
El jurado declaró este martes a Joaquín “El Chapo” Guzmán culpable de los 10 cargos en su contra como líder durante un cuarto de siglo del sanguinario cartel de Sinaloa. No sólo introdujo toneladas de drogas en Estados Unidos, sobornó a políticos y ordenó asesinatos, según relataron testigos durante los casi tres meses de juicio, también apaleó, baleó y quemó a dos hombres, y enterró vivo a otro después de tirotearle.
¿Por qué entonces la pena máxima a la que puede condenarle el juez el próximo 25 de junio es la cadena perpetua?
¿Por qué no la pena de muerte, la inyección letal, que se reserva en las cortes federales para los culpables de asesinato o crímenes de droga?
Guzmán fue capturado por primera vez el 9 de junio de 1993 en un hotel de Tapachula por el Ejército guatemalteco. Fue extraditado, juzgado y condenado en México, donde siguió al frente del cartel desde prisión. Al tiempo, fue procesado también en Estados Unidos, y la justicia mexicana abrió el camino a su deportación, pero el 19 de enero de 2001 escapó de la prisión federal de Puente Grande escondido en un carro de ropa sucia y ayudado de un empleado.
Fue capturado el 24 de abril de 2014, pero logró escapar de nuevo el 11 de julio de 2015, en esta ocasión de la prisión de máxima seguridad de El Altiplano y con un túnel de una milla de longitud que avergonzó a las autoridades mexicanas y aceleró su extradición tras volver a arrestarlo el 8 de enero de 2016 en el corazón de Sinaloa.
El Chapo, que era buscado por varias cortes federales, fue extraditado a Nueva York el 19 de enero de 2017, pero el mismo tratado que permitió enviarle a Estados Unidos también proscribió que pudiera recibir la pena capital.
Firmado en 1978, este acuerdo estipula que, “cuando la ofensa por la que se requiere la extradición sea castigable con la pena de muerte bajo las leyes de quien la pide pero las leyes de a quien se le pide no lo permitan, podrá ser denegada a menos que se asegure que no se impondrá y, si se impone, no se ejecutará”.
El artículo 22 de la Constitución mexicana prohíbe “las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes” y otros castigos. Así, antes de extraditar a El Chapo, el Gobierno mexicano dijo haberse asegurado de que no sería condenado a muerte en Estados Unidos.
Guzmán, de 61 años, pasará así probablemente el resto de su vida en una cárcel de alta seguridad, encerrado en una celda de aislamiento 23 de las 24 horas del día, aislado del exterior y rodeado de terroristas.