Qué es la nefrectomía y cuáles son los riesgos de la extirpación del riñón
Esta cirugía es realizada cuando hay tumores renales o daños irreparables
Los riñones son órganos vitales para el ser humano que permiten mantener limpia y equilibrada químicamente la sangre.
Pero por diferentes problemas o enfermedades a veces se requiere de la extirpación de un riñón. Esto no impide el desarrollo de la persona, pues cada vez son más los pacientes que sobreviven y tienen calidad de vida, pese a la falta de uno de estos órganos.
¿Qué es la nefrectomía?
Se denomina nefrectomía a la cirugía en la que se extrae completa o parcialmente un riñón. Dicho procedimiento se realiza cuando el paciente tiene cáncer de riñón, será donante de ese órgano o presenta un daño irreparable.
Esta intervención puede ser radical, donde se extirpa el riñón completo y parte de su estructura como glándulas suprarrenales y ganglios linfáticos, o parcial: cirugía en la que solo se extrae el tejido dañado o contaminado y se preserva el resto del riñón.
Dependiendo del tipo de nefrectomía, el procedimiento puede variar, pero el tiempo estimado de la operación oscila las tres horas.
En el caso de que se trate de una cirugía radical y abierta, el cirujano tendrá que hacer una incisión en la parte baja del abdomen, debajo de las costillas, de entre 20 y 30 centímetros de longitud.
Una vez abierto, se hace a un lado el músculo, la grasa y el tejido. Se cortan las conexiones del riñón con otros órganos y se extrae junto con las glándulas suprarrenales y los ganglios linfáticos.
Para finalizar, se sutura la incisión con puntos y grapas.
Este procedimiento también se puede hacer por medio de laparoscopia y el proceso es similar, pero todos los cortes se realizan a través de herramientas manejadas desde el exterior con cámaras.
¿Cuáles son los riesgos de esta operación?
Como todo procedimiento quirúrgico, esta cirugía presenta los siguientes riesgos: aparición de coágulos que pueden ir de las piernas a los pulmones, infección en la herida o en diversos órganos como los pulmones, el riñón que permanezca en el cuerpo o la vejiga.
Además, se puede desarrollar sangrado, problemas cardíacos o respiratorios. No obstante, esto ocurre en casos limitados.