Refugio para desamparados… ¿y mascotas?
Proyecto de ley del senador Bob Hertzberg alentaría la admisión de personas sin hogar con sus “tesoros”
“Si no me dejan entrar a un refugio con mis ‘niñas’, mejor no voy”, dice Charles Segura —un desamparado de 54 años de edad que vive y pernocta en la esquina del bulevar Whittier y la avenida Hillview, en el Este de Los Ángeles.
Las “niñas” a las que se refiere son tres cachorras: ‘Chiquita’, ‘Boogie’ y ‘Güera’, que le hacen compañía todos los días y duermen con él a la intemperie.
No obstante, la suerte de Charles y sus mascotas podría cambiar drásticamente si el proyecto de ley SB 258 del senador estatal Bob Hertzberg (D-Van Nuys) se hace realidad.
De aprobarse, la medida brindaría opciones de refugio adicionales para las personas sin hogar que tienen mascotas.
No son solo animales
Aunque dicen que el perro es el mejor amigo del hombre, en el caso de Segura el afecto que siente por sus perritas se triplica en cariño, mimos y besos.
“La familia de un niño que vivía por esta zona se iba a mudar a otro estado y no podían llevársela”, contó. “‘Güera’ apenas tenía 3 meses de edad cuando me la regalaron. Ella me da el cariño que no me dio mi padrastro ni mi madre que andaban en drogas; por eso comencé a tomar desde los 15 años; crecí en el barrio solo y mi familia eran los pandilleros”.
Cuenta que ahora está completamente limpio [de la bebida]. “Y así tengo que seguir para poder cuidar a mis tres niñas”, indicó. “Para mí no son solo animales; son mis niñas”.
Igual que Charles, en cualquier noche en California, al menos 130,000 personas carecen de un techo.
De esta cifra, según datos del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de Estados Unidos, el Estado Dorado tiene el porcentaje más alto de personas sin hogar en el país.
Una mascota evita la sensación de soledad
Además de ello, reduce el estrés y la ansiedad, promueve la interacción social y aumenta el sentido de la responsabilidad, según el Departamento Nacional de Salud.
Miles atraviesan la misma situación
Según Pets of the Homeless, la organización encargada de alimentar y brindar atención veterinaria de emergencia a las mascotas de las personas sin hogar, se calcula que entre el 5% y el 10% de los 3.5 millones de estadounidenses desamparados tienen perros o gatos.
Desafortunadamente, a muchas de esas personas en refugios, moteles y programas de asistencia de vivienda no se les permite ir a los lugares de ayuda con animales.
Debido a ello, deciden rechazar el acceso a los servicios porque hacerlo puede requerir que abandonen a su mascota.
En Los Ángeles, solo seis de los 46 refugios en la región permiten animales en el lugar.
“Nosotros sí tenemos permitido que las personas sin hogar vengan con sus mascotas”, dijo a La Opinión Martha Lidia Montoya, de la organización LA Family Housing.
“Solo se les recuerda que entre las reglas que tenemos es que mantengan limpias a sus mascotas, sobre todo cuando hagan sus necesidades”.
¿Qué busca la ley?
La medida SB 258 busca asignar $5 millones en subvenciones que se distribuirían a los refugios para personas sin hogar para brindar —además de un techo— alimentos y servicios veterinarios básicos a las mascotas de la gente sin vivienda.
“El acto de abrir refugios para mascotas puede parecer simple, pero tendrá un gran impacto en el objetivo de reducir la cantidad de personas que duermen en las calles”, dijo el Senador Hertzberg.
“Proporcionar estos recursos para refugios es solo una pequeña forma en que podemos hacer mella en este increíble problema que enfrenta nuestro estado, al mismo tiempo que mejoramos las vidas de nuestros más vulnerables”.
Stephanie Klasky-Gamer, presidenta y directora ejecutiva de LA Family Housing, precisó que ellos —como proveedores de servicios para desamparados— a menudo se encuentran con que las personas sin hogar rechazarán una vivienda puente o vivienda de transición si eso significa dejar atrás a sus animales de apoyo.
“Permitir que haya animales de apoyo en el sitio elimina esa barrera”, indicó. “Eso nos permite mantener la unidad [entre el desamparado y sus mascotas] y sacar a más personas de las calles”.
A la postura de Charles Segura se sumó su amigo Jacobo Guzmán, de 39 años de edad, quien también carece de un hogar. “Yo tengo una hermana, pero ella tiene su pareja y viven en un auto en la calle, No tengo ayuda de nadie, solo de mi amigo Charles que me permite dormir en la calle junto con él”, comentó.
“Cuando llegué a la esquina, las perritas me ladraban mucho pero ahora me quieren y no quiero separarme de ellas”.
Para efectos de la ley SB 258
Un “refugio calificado para desamparados” significa un sitio para personas sin hogar que cumple con tener reglas de conducta y responsabilidad con respecto a las mascotas y sus dueños; proporciona cajas cerca de literas o en un área separada; ofrece alimentos tanto para personas sin hogar como para mascotas y brinda los servicios de un veterinario, incluidos servicios de esterilización y castración.