Compañía de danza Malpaso va por su propio camino

La agrupación cubana tendrá una inusual serie de presentaciones en Los Angeles

Por Victoria Infante - Especial para Impremedia

Actualizado: 29 Mar 2019, 18:31 PM EDT Publicado: 28 Mar 2019, 13:02 PM EDT

Fundar una compañía de danza no es cualquier cosa, y menos en Cuba.

Aun así, dos bailarines y un amante y promotor de las bellas artes decidieron iniciar esta incierta aventura. No tenían nada para crear esta empresa excepto el singular nombre: Malpaso.

“Le pusimos ese nombre porque fue lo único que le auguraron tanto a Osnel Delgado como a Daileidys Carrazana, que se encontraban en el zenit de sus carreras como bailarines”, explicó Fernando Sáez, el amante de las artes en cuestión y quien lidera desde 2012 la compañía junto con estos dos artistas.

El “mal paso”, después de haber sido por años integrantes de la connotada Compañía de Danza de Cuba, significó fundar la primera agrupación independiente de baile contemporáneo en la isla; esto quiere decir que no recibe ningún tipo de financiamiento por parte del gobierno, y como en Cuba no hay una “cultura filantrópica”, su subsistencia es complicada, explicó Sáez vía telefónica, cuyo puesto en la compañía es de director ejecutivo.

Aún así, Malpaso es una de las agrupaciones de danza más vibrantes y reconocidas fuera de la isla, y tendrá una inusual serie de presentaciones este fin de semana en el teatro Wallis. En total, 17 bailarines viajan en esta gira, todos originarios de varios rincones de la isla.

Se trata de artistas con una sólida formación en ballet clásico o danza contemporánea que se unieron a este grupo y que presentarán un programa que incluye coreografías realizadas por Delgado y por Beatriz García, ambos miembros del ensamble; también hay una pieza del fallecido y venerado Merce Cummingham y otra del afamado Ohad Naharin, creador israelita que viajó a Cuba el año pasado para revivir “Tabula Rasa”, una obra que montó hace 30 años.

Una de las razones para fundar Malpaso fue precisamente para que Delgado pudiera ejercer su capacidad de coreógrafo, algo que no le permitían en la compañía de Danza Contemporánea, de la que fue miembro por nueve años.

“Él hizo algunas obras, pero sentía que no tenía el espacio suficiente”, explicó Sáez, quien también fuera director de los programas de teatro y danza de la fundación Ludwig de Cuba; de ahí su relación con los dos bailarines con los que fundó Malpaso.

Esta compañía, con sede en La Habana, tiene además la intención de formar nuevos bailarines. Pero su prioridad es mantenerse a flote y seguir agregando talento. Sus fundadores conciben este proyecto como un centro de colaboración coreográfico que en algún momento tendrá la capacidad de acoger artistas de la danza de todo el mundo.

Pero también busca ser un semillero con un grupo de bailarines sólido y estable.

Porque “no concibo la compañía como una fábrica de danza en la que entran y salen los bailarines”, dijo el director. “Yo creo en el sentido de pertenencia […] Este es un proyecto de vida del que pueden sentir que son parte”.