El FBI vigiló a César Chávez y a otros líderes chicanos, denuncia académico

El interés de la vigilancia por parte de la agencia federal de investigaciones era destruir el movimiento sindical de los campesinos liderado por Chávez, según estudio

El líder sindical estadounidense César Chávez (1927 - 1993) en una foto de la década de 1950.

El líder sindical estadounidense César Chávez (1927 - 1993) en una foto de la década de 1950. Crédito: Hulton Archive/Getty Images

El FBI vigiló al líder campesino César Chávez y a otros representantes del movimiento chicano en las décadas de 1960 y 1970, denuncia un reconocido académico mexicoestadounidense que durante más de 40 años ha recopilado información sobre el tema.

El abogado José Ángel Gutiérrez, profesor emérito de la universidad de Texas en Arlington y quien fundara allí el Centro para Estudios México Americanos, asegura en entrevista que el interés de la vigilancia por parte de la agencia federal de investigaciones era destruir el movimiento sindical de Chávez.

“El FBI no andaba investigando crímenes ni conducta criminal por parte de César Chávez y sus seguidores, estaban haciendo eso como excusa para destruir el sindicato”, dice el académico, autor del libro “The Eagle Has Eyes”.

Chávez cofundó en la década de los 60 el Sindicato de Trabajadores del Campo Unidos (UFW, en inglés), el sindicato agrícola más poderoso del país y desde el que reclamaron mejores sueldos y condiciones para los campesinos.

Uno de los hitos de su lucha sindical fue la huelga de recolectores de uvas de Delano (California), que empezó en septiembre de 1965, se extendió durante años y sirvió para que, por primera vez, los campesinos de diferentes orígenes -filipinos, chinos y mexicanos- se unieran en un frente común.

El libro de Gutiérrez, recientemente publicado, se basa en “miles de documentos” obtenidos por Gutiérrez a través de la Ley por la Libertad de la Información (FOIA).

Y el líder campesino fue uno de los muchos que han sido investigados por el Gobierno federal en la historia estadounidense, asegura el académico al afirmar que tiene “documentos de más de tres docenas de personas y organizaciones”.

Indica que desde 1976, “por disciplina”, busca información y tiene documentos que confirman la investigación del Gobierno a personalidades como el escritor mexicano Carlos Fuentes y grupos como la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), la organización hispana más antigua del país.

“Después de meterme en este campo y de obtener documentos del FBI llegué a la conclusión de que las personas de origen mexicano somos el enemigo histórico del gobierno”, agrega Gutiérrez, quien fuera miembro fundador de la organización de juventud mexicoamericana (MAYO), así como fundador y presidente del partido político de mexicoestadounidenses Raza Unida.

Por ello, para este académico no es nada extraño la vigilancia denunciada este año contra activistas y abogados que defienden los intereses de los indocumentados que esperan en México para pedir asilo en EE.UU., así como los mismos periodistas que cubren las noticias sobre esta materia.

“Ahora es un momento muy crítico en el que tenemos que pensar y reflexionar sobre nuestras acciones, pero eso no significa quedarnos callados”, asegura.

Gutiérrez hará una presentación de su libro el domingo 31 de marzo en la Escuela Elemental César Chávez de Long Beach, en un evento en memoria del líder campesino precisamente en el día que se celebra el Día de César Chávez.

Gutiérrez es uno de los defensores de la idea de que una parte importante del territorio estadounidense como California y Texas que antes perteneciera a México debería volver a manos mexicanas si se tuviera la fuerza política necesaria.

Por ese activismo, asegura, él mismo también ha sido investigado por el FBI y que una vez que logró obtener los documentos a través de FOIA pudo comprobar que “no era paranoia”.

Además de formar parte y liderar diferentes organizaciones de activismo comunitario, Gutiérrez fue nombrado asesor especial a la Presidencia de la Universidad de Texas en Arlington entre 1996 y 1998.

También se ha desempeñado como presidente del Distrito Escolar Independiente de Cristal City, comisionado urbano de esa ciudad en Texas, juez del condado de Zavala, comisionado por Oregón a la Comisión de Comercio Internacional, juez de la ciudad de Dallas y miembro de la Comisión de ética de esa ciudad texana.

Mientras que a Chávez lo vigilaban de cerca, tomaban fotos de las personas que iban a sus reuniones, buscaban huellas digitales, “ahora las cosas han cambiado” y es la gente misma la que está entregando su información.

“Cuando uno hace compras con las tarjetas de crédito, cuando hablamos por teléfono, cuando salimos a la calle y las cámaras entran en todas partes grabando tu imagen y tu voz”, advierte.

“Ahora la juventud no se quita de Facebook y de Twitter voluntariamente están entregando todo lo que hacen y con quién lo hacen y cuántas veces lo hacen y esas son cosas muy serias para el futuro”, dice.

Por ello, su mensaje a los activistas actuales es que deben de “cuidarse” porque seguro van a estar “bajo vigilancia”.

Sin embargo, eso no significa renunciar a defender los derechos.

“Esto es una espada de dos filos: el hecho de que nos estén vigilando no quiere decir que seamos inútiles y no hagamos nada. Si sabemos que nos están investigando, pues no demos toda la información”, recomienda.


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