¿Violencia? ¡Apaga el televisor!
¿Sabe cuántas escenas de crímenes ven los niños antes de tener siete años?
Los medios de comunicación inciden fuertemente en la conducta de los niños, sobre todo en la agresividad, según diversos estudios realizados. Los niños son como esponjas y copian, absorben y aprenden todo lo que ven. Aunque esto es una realidad, si la familia es estable y da una verdadera formación, la influencia puede ser contrarrestada, hasta cierto punto.
El aumento de la violencia en el mundo confirma una vez más que la familia necesita ayuda urgente, pero no se le está brindando. Ese niño expuesto a la violencia de la televisión, los videojuegos, las películas, es casi seguro que no tiene con quién hablar sobre eso, a quién preguntarle, con quién aclarar sus confusiones. ¿Con papá, por lo general ausente y que, cuando está en la casa, casi siempre sigue ausente? Porque, para no ser un padre pintado en la pared, tiene que involucrarse en la crianza de sus hijos, mantener un vínculo fuerte de afecto, amor y solidaridad con ese hijo.
La mayoría de los padres son “padres de domingo”, para llevar los hijos a comer algo o al cine. Incluso los que viven en la casa son padres de pacotilla. Ni qué decir de los divorciados y de los irresponsables (la mayoría de los divorciados se divorcian también de sus hijos).
¿Con mamá, que para lograr que sus hijos coman tiene que trabajar como una esclava y asumir sola todas las responsabilidades que implica un hogar y unos hijos?
No existe una verdadera toma de conciencia de cómo la sociedad está obligada, al igual que el gobierno, a venir en auxilio de estas mujeres y niños. La inmensa mayoría de los hogares tiene una mujer como cabeza de familia, sin embargo, son las mujeres las que menos ganan en el mundo entero, aunque hagan el mismo trabajo que los hombres.
No hay suficientes guarderías para que las madres puedan trabajar tranquilas y estos niños no sean violados y abusados por los antisociales del barrio. Hay niños que tienen que cuidar a otros niños, a algunos los dejan trancados en casa hasta que la mamá vuelva. No hay quién los cuide, ni quién los guíe.
¿Qué demonios de sociedad es esta? ¿Hacia dónde creemos que vamos? Esos niños están expuestos a películas, muñequitos y programas violentos. Los productores de televisión y cine tienen que comer. Díganmelo a mí, que perdí más de un millón de pesos tratando de educar a mi país. Pero hay una verdad como un templo: violencia engendra violencia.
¿Sabe cuántas escenas de crímenes ven los niños antes de tener siete años? La conducta agresiva se aprende. Después no nos sorprendamos de las matanzas en las escuelas. Todos somos responsables, debemos hacer algo, apagar el televisor o cambiar de canal cuando haya violencia. No regalar juguetes violentos. No llevar a los niños a ver esas películas, ni a jugar esos juegos horrorosos… ¡Todos podemos hacer algo, pero ya!