Un cura entra a Notre Dame en el incendio y salva la Corona de Espinas de Cristo
En medio de las llamas, el sacerdote Jean Marc Fournier entró a la catedral para salvar algunas reliquias
Le père Fournier, aumônier des @PompiersParis, est allé avec des pompiers dans la cathédrale #NotreDame pour sauver la couronne d’épines et le Saint-Sacrement… pic.twitter.com/4IoLVdoJZW
— Etienne Loraillère (@Eloraillere) April 15, 2019
Mientras el incendio devoraba la catedral de Notre Dame la tarde de este lunes en París (Francia), los bomberos y las autoridades civiles y religiosas concentraron sus esfuerzos en evitar que el fuego se propagara a los dos campanarios y en salvar la máxima cantidad posible de objetos y arte invaluable.
Cerca de las 8:00 pm, poco más de una hora después del inicio del incendio, se derrumbó la icónica aguja de la catedral y las autoridades expresaron su temor ante la posibilidad de que se perdiera todo el edificio, incluidas algunas de las reliquias más sagradas de los católicos.
“La mayor parte del tiempo la tarea de los bomberos de París es preservar la vida. [Pero] aquí se trató más bien de salvar todos los artefactos posibles y los que no tratar de resguardarlos”, dijo el teniente coronel Gabriel Plus de la brigada de bomberos de París, según recogió el diario británicio The Telegraph.
Así, un grupo de bomberos decidió entrar al edificio en llamas para salvar todo lo que se pudiera.
Pero el veterano capellán de la brigada de bomberos de París, Jean Marc Fournier, no los dejó ir solos. Y gracias a que llevaba consigo las llaves y los códigos con los que se protegen los artefactos más valiosos, se logró sacar del incendio el objeto más preciado de toda la catedral: la Corona de Espinas, que algunos creen fue la misma que le pusieron a Jesucristo el día de su crucifixión.
“El padre Fournier es un héroe absoluto”, dijo uno de los bomberos a la estación de radio irlandesa NewsTalk. “No mostró temor alguno mientras se dirigió inmediatamente por las reliquias dentro de la catedral y se aseguró de que fueran salvadas”.
Fournier sacó de las llamas el sagrado sacramento, la hostia que representa el cuerpo de cristo para los católicos y el vino que es su sangre. Un bombero extrajo la Corona de Espinas.
Esta reliquia llegó a París en 1238 cuando el rey francés Luis IX la trajo a su regreso de las cruzadas para conquistar Jerusalén. Otros tesoros que se salvaron del incendio son uno de los clavos con que se crucificó a Cristo; un fragmento de la cruz y la túnica de San Luis.
Tras el incendio, el interior de la catedral apareció este martes relativamente intacto, considerando que una porción de la bóveda colapsó frente al altar.
Fournier estaba entre las personas que hicieron una cadena humana para sacar algunos de los objetos más preciosos. Había políticos como el diputado de turismo de París, Jean Francois Martins; fieles de la iglesia y al final de la línea estaba el heroico capellán de la brigada de bomberos.
No era la primera vez que arriesgaba su vida. Fournier había sido capellán del ejército francés durante la invasión a Afganistán a principios de la década pasada. Allí sobrevivió a una emboscada en la que murieron 10 soldados.
En 2015 el sacerdote se volvió a vestir de héroe. Después de los atentados terroristas de París en la sala de conciertos de Bataclan, que dejó 90 muertos, Fournier estuvo entre los primeros en ofrecer consuelo y rezos a los sobrevivientes y sus familiares.