Fallece Lupita Bojórquez, incansable defensora de la juventud a través del arte
La activista pidió salir del hospital para despedirse de familiares, amigos y conocidos
Lupita Bojórquez falleció ayer martes en su hogar del Este de Los Ángeles, pero se fue con la satisfacción de siempre haber luchado para empoderar a la comunidad latina a través del arte y la cultura, dijeron algunos de sus allegados.
Hoy, tras su muerte, las palabras de agradecimiento por su labor hacen eco en los rincones de la comunidad que fueron tocados por la activista, desde la Supervisora Hilda Solís, hasta comerciantes, alumnos, y padres de familia.
Bojórquez luchó por mucho tiempo con una enfermedad que le fue diagnosticada por los doctores hasta hace tres años, se trataba de la esclerosis lateral amiotrófica (ALS), que la fue consumiendo poco a poco físicamente.
No obstante, y a pesar de los malestares y dolores, la activista siguió al frente de la Casa Cultural Saybrook, el estudio que hace 15 años le asignó la entonces supervisora Gloria Molina para impartir programas de pintura a niños y jóvenes.
Según algunas amistades que no quisieron ser identificadas, Lupita dirigió a sus estudiantes hasta el último momento, hasta que tuvo que ir al hospital, de donde pidió salir para despedirse de su familia, amigos y conocidos en su casa, rodeada de pinturas y obras de arte, como siempre le gustó vivir.
Lupita Bojórquez vivió en el Este de Los Ángeles por 50 años. Desde su llegada en los 70s, se preocupó por la comunidad, por crear un mundo mejor para las nuevas generaciones, por acudir a juntas de vecinos y motivar a los jóvenes a ir a la universidad y a disfrutar del arte.
La activista siempre mostró a los más escépticos, que los considerados “marginados” de la urbe angelina también tienen hambre de cultura, sueños y retos.
“A mí siempre me ha gustado el arte. Me gusta difundir la cultura y empoderar a la comunidad. Encontré una manera de hacerlo en forma fortuita. Todo inició porque veía a muchos vecinitos perdiendo el tiempo en la calle sin un objetivo”, dijo en una ocasión Bojórquez.
Fue así como convirtió hace 16 años el garaje de su casa en un pequeño salón donde impartía clases de pintura a los niños de su vecindario.
A los pocos meses las autoridades del Condado le clausuraron el lugar porque estaba prohibido hacer ese tipo de actividades en una cochera.
Cuando la Supervisora en ese entonces del Condado de Los Ángeles, Gloria Molina, se enteró de la situación, le asignó el salón del Saybrook Park para desarrollar el programa de pintura en lo que actualmente sigue siendo la Casa Cultural Saybrook.
Además de impartir las clases de arte, Bojórquez aprovechó el tiempo con los alumnos para motivarlos a salir adelante y siempre buscar puestos ejecutivos y políticos.
“Afortunadamente me siento bendecida y satisfecha porque muchos de nuestros ex alumnos ya están en la universidad o ya la terminaron”, dijo recientemente.
“Y eso lo que queremos, queremos un futuro más empoderado para esta comunidad que muchos la siguen viendo como el patito feo de Los Ángeles”, siguió. “Tenemos que cambiar esa imagen y demostrar que sí podemos, que el arte es significativo para lograrlo”.
La Casa Cultural Saybrook y la Fundación Casa Cultural Saybrook, con el apoyo de la actual supervisora Hilda Solís, promueve la cultura, costumbres, música y valores de las diferentes comunidades.
La activista organizaba al año eventos como El Día del Niño, el Día de las Madres, el Día de los Muertos, posadas y llevaba a sus alumnos y sus obras de arte a diferentes concursos y exhibiciones.
También se dio tiempo para fundar el periódico comunitario Impulso de Oaxaca, voz de los oaxaqueños y de los residentes del Este de Los Ángeles.
‘Perdimos a una defensora de la comunidad’
La Supervisora Hilda L. Solís lamentó el fallecimiento de Lupita Bojórquez y destacó la gran labor de la activista.
“Perdimos a una defensora de la comunidad latina. Lamentablemente, Guadalupe Bojórquez, quien ayudó a fundar Casa Cultural Saybrook en el Este de Los Ángeles, falleció hoy (ayer), indicó la supervisora. “Guadalupe era una amiga mía y la extrañaré. Era una persona muy especial”.
La supervisora resaltó que Lupita consideraba que todos deberían tener acceso a las artes y también demostró su compromiso por medio de los programas de Casa Cultural Saybrook.
“Guadadupe tenía un gran corazón…, y deja un poderoso legado que no olvidaremos”, señaló Solís.
Nora Estrada es periodista en LA y estuvo con la activista en sus últimos momentos de su vida. En la nota también participó Marilú Meza