Six Degrees: cómo fue y quién creó la primera red social de internet
A mediados de los 90, cuando la conexión internet era por teléfono y pocos tenían correo electrónico, un empresario se propuso relacionar a los usuarios en todo el mundo
Eran mediados de los 90. No hacía mucho, Tim Berners-Lee había creado la World Wide Web, pero la conexión de internet se hacía por teléfono y poca gente tenía correo electrónico. Netscape era el principal buscador.
En esa época, en medio de un boom de las compañías puntocom, un visionario empresario se reunió con unos amigos con el propósito de idear un negocio que aprovechara esta poderosa herramienta de internet.
Lo que Andrew Weinreich creó fue una especie de “directorio electrónico” que conectaba al usuario con sus conocidos y, a su vez, a las personas que estos conocían y así sucesivamente en una progresión geométrica.
Lo llamó Six Degrees (Seis Grados), un nombre basado en la hipótesis que sostiene que cada persona en este planeta está conectada a otra por no más de seis vínculos de relación.
¿Cuál es la teoría de los “seis grados de separación”?
La teoría de los seis grados de separación ha estado en el imaginario popular desde hace años, e incluso llegó a inspirar películas u otras obras.
La frase fue acuñada por el académico estadounidense Stanley Milgram en los años 60, luego de realizar experimentos en los que le pedía a la gente que le hiciera llegar una carta a alguien que solo conociera por el nombre.
La meta era que la carta arribara, eventualmente, a manos de una persona en otra ciudad. El número promedio de veces que la carta pasaba de manos para llegar a estas personas, dijo, era seis.
De ahí los “seis grados de separación”.
En resumen, la teoría sostiene que uno puede ponerse en contacto con otro sujeto a través de una cadena de conocidos no mayor a seis personas.
“Quiere decir que yo puedo encontrar una conexión entre yo y Boris Yeltsin, Bill Clinton, Michael Jordan, los amigos de mis amigos, etc.”, fue como lo describió Andrew Wienreich en 1997, cuando lanzó su producto.
Fichero electrónico de contactos
Antes de empezar como empresario de compañías tecnológicas emergentes, Weinreich era un abogado inquieto con lo que se podría hacer con la web, ya fuera crear un sitio que fuera un depósito de información de algún tema específico o un lugar en el cual se pudiera vender un producto.
“Tenías la sensación de tener el mundo en tus manos. No todos estaban conectados a internet y no todos tenían correo electrónico. Pero se preveía que este sería un sitio donde podrías iniciar una empresa y hacer algo significativo”, manifestó.
Conformó un grupo de amigos con diferentes experiencias -“uno era comerciante, otros estaban familiarizados con programación tecnológica”- y se propusieron reunirse al menos una vez por semana de manera disciplinada para ver si podían generar ideas.
Andrew tenía especial interés en crear una red de contactos con el propósito que un usuario se pudiera encontrar o reunirse con gente que no conoce a través de gente que sí conoce para lograr avanzar profesional o personalmente.
“Está la persona que hace entrevistas en Merrill Lynch (una empresa de inversiones) y con la que podría hablar, si solo tuviera un contacto. O la mujer con la que quiero salir pero no me contesta porque no me conoce. ¿Qué pasaría si tuviéramos un conocido en común?”, se preguntó Weinreich.
Las redes sociales o redes de contacto, sostiene, existieron antes de internet. Las personas buscan a alguien, un médico por ejemplo, a través de alguien que pueda conocer a un médico.
“La gente ha hecho eso probablemente desde el comienzo de la civilización”, explicó a la BBC. “Mi idea fue poder lograr que todo el mundo dejara registro de sus relaciones en un solo lugar”.
En otras palabras, que dejaras en ese lugar tu fichero de contactos onliney, si todos hicieran lo mismo, pudieras ver qué contactos tienes en “segundo grado” a través de aquellos en primer grado. Esa era la idea central detrás de Six Degrees.
“Inevitabilidad”
Andrew Weinreich y su grupo tenían una regla. Si a alguien se le ocurría una idea para un negocio, los otros tendrían la oportunidad de participación -siempre y cuando les gustara lo suficiente- pero tendrían que comprometerse renunciando a sus actuales trabajos.
Pero cuando lanzó su idea no todos se mostraron convencidos. “Renunciar a tu trabajo en ese entonces es lo mismo que ahora. Da miedo. Y, en ese momento en particular, no tenía voluntarios que estuvieran dispuestos a dejar su trabajo”.
Pero Andrew estaba convencido de que había encontrado algo.
“Creo que hay ciertas cosas inevitables. Es que, si no existiera Bill Gates, ¿no tendríamos una computadora en cada escritorio? O, si no hubiera existido Steve Jobs, ¿no tendríamos teléfonos inteligentes?”, remarcó.
“Esos empresarios aceleraron dramáticamente las tendencias. Pero lo que aceleraron eran procesos inevitables. Hay que tratar de anticiparse a estas inevitabilidades y tratar de pensar dónde encontrarlas”.
Ya existían lugares online donde los usuarios podían chatear pero la innovación del planteamiento de Andrew era la idea de generar conexiones basadas en los perfiles que los mismos usuarios podían crear.
“Coeficiente viral”
En mayo de 1996, estableció la empresa matriz Macroview y en enero de 1997 lanzó Six Degrees en el legendario edificio Puck, en Manhattan.
Así fue como se lo explicó a los congregados ese día: “El desafío es construir una comunidad, el desafío es encender una llama. Este es un servicio que pueden usar para hacer sus vidas más eficientes. Pero, al igual que comprar una libreta de direcciones, si no le añades nombres es inútil”.
Durante el lanzamiento, el equipo envió correos electrónicos a los presentes solicitando que se uniera a la red social.
Uno de estos mensajes podía decir: “Nicky, Andrew te menciona como su colega o como su amistad”, catalogando la relación. Después pedía que confirmara la relación y añadiera a otras personas.
“Hoy en día, recibes un mensaje y maldices el spam que llega a tu correo electrónico. Pero cuando nosotros empezamos, los buzones del correo electrónico no estaban inundados. Te entusiasmaba cuando te llegaba un mensaje“.
Lo que realmente se buscaban es si la red tenía un “coeficiente viral”, comenta Weinreich, si un mensaje engendraba un mensaje solamente o más de uno. En los primeros días estaban añadiendo gente al ritmo de uno por uno hasta que, de repente, vieron un incremento.
Obstáculo técnico
“Estábamos en todo el mundo. Recuerdo visitando Suecia y teníamos una gran número de usuarios allí”, recordó Andrew a la BBC. “No nos promovíamos directamente a la gente. Lo que hacíamos era permitir que innovadores informáticos invitaran a otros innovadores informáticos a participar”.
Quien se uniera a Six Degrees podía crear un perfil propio, ver los perfiles de sus amigos, enviarles mensajes o buscar servicios como fontaneros o médicos en su zona que estuvieran vinculados a sus contactos.
Habían crecido rápidamente. Tenían más de tres millones de miembros, pero había un problema. El sitio no tenían fotografías.
“Imagínate una red social sin fotos. Había ilustraciones, pero no había fotografías de la gente, no había álbumes de imágenes”, reconoció Andrew.
Cuando se lanzó Six Degrees, a finales de los 90, la mayoría de la gente no contaba con fotografías digitales de ellos mismos. Los usuarios propusieron enviar por correo postal una foto de ellos para que fuera escaneada e incluida en sus perfiles, pero el mecanismo necesario para escanear millones de fotos de los usuarios y asociarlas a sus cuentas estaba fuera de sus posibilidades.
Aunque dice que le hubiera gustado resolver ese problema, Andrew vendió SixDegrees a finales de 1999, por US$125 millones, unas semanas antes del colapso de la burbuja de las puntocom, cuando cientos de empresas quebraron.
Cambios dramáticos
La industria de las redes sociales pasó a estar dominada por Facebook, que tiene miles de millones de usuarios que pueden añadir innumerables fotos, videos, hacer transmisiones en vivo, etc.
“En ese momento, no creo que hubiera podido prever los cambios dramáticos en toda esa industria: por ejemplo, que todo el mundo tendría la capacidad de importar imágenes digitales”, señaló.
Tampoco que todos tendrían una conexión de internet mucho más rápida, que los portales serían más baratos y que, varios años después de vender la empresa, habría más teléfonos con cámaras que cámaras solas. Pero Andrew Weinreich se muestra filosófico al respecto.
Alega que todos esos fueron cambios externos a su empresa y que el éxito no solo depende de las acciones que se tomen como empresario.
“Es como cuando estás en tu tabla de surf en el mar esperando a que lleguen las olas y en general crees que tu éxito depende de cómo te desempeñes en la tabla, pero hay un elemento completamente diferente que está fuera de tu control basado en cuándo las olas van a venir, qué tan grandes serán y dónde está tu tabla”.
Sin embargo, el emprendedor se muestra “satisfecho de vender cuando lo hicimos”.
“Obviamente, si supiera entonces lo que sé hoy, me gustaría imaginar un mundo en el que hubiera podido continuar”.
La red social SixDegrees original cerró finalmente en diciembre de 2000. Aunque ha habido diferentes sitios con el nombre desde entonces.
En cuanto a Winerich, el emprendedor continúa creando empresas tecnológicas que incursionan en diferentes campos, desde citas online a páginas web de análisis.
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