“De lo perdido, lo que aparezca”. la nueva exposición de arte que alista el gobierno de AMLO
La muestra artística será inaugurad este 28 de agosto
México.- Por primera vez, el público podrá conocer íntegramente la colección de arte forjada para la exResidencia Oficial de Los Pinos durante el mandato presidencial de Carlos Salinas de Gortari.
Dispersas entre los inmuebles que conforman Los Pinos -convertida por esta Administración en centro cultural- o dentro de una bodega, las 33 piezas, obra de artistas como Francisco Toledo, Manuel Felguérez, José Luis Cuevas, Beatriz Ezban y Rodolfo Morales, sólo fueron reunidas cuando se presentó el acervo, a finales de 1993, en el salón López Mateos del entonces recinto presidencial.
“Cada Administración ponía las que le gustaban; las otras se embodegaban; todo es referencial, porque no hay registros”, explica Rodolfo Rodríguez Castañeda, curador de la muestra que será inaugurada el 28 de agosto en la casa Miguel Alemán, con el título De lo perdido, lo que aparezca.
Es conocido igualmente que obras incómodas, tras recibirse, se habrían guardado en bodega, para no exhibirse, hasta ahora.
“Algunas no gustaron. La de Rafael Coronel, por ejemplo, La violencia y la intolerancia, no gustó, parece que por los muertos que tiene”, relata Rodríguez Castañeda.
El nombre de la muestra, a sugerencia del pintor Francisco Toledo y de la Secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, alude a los objetos que habrían desaparecido de Los Pinos, entre ellos los cuadros pertenecientes a la referida colección, como se temió al principio de este Gobierno; sólo siete estaban expuestos cuando se abrió la ex Residencia Oficial como espacio cultural, el pasado 1 de diciembre.
“No encontrábamos el resto de las obras, pero aparecieron todas en la bodega de la Presidencia, en Constituyentes. Estábamos en transición”, aduce Homero Fernández, director administrativo del Complejo Cultural Los Pinos.
Frausto señaló el pasado jueves, en entrevista con la periodista Carmen Aristegui, que ni los objetos que deberían integrar el menaje de Los Pinos ni las artes decorativas se han hallado.
“Si yo quisiera montar una mesa de Estado con una vajilla y un mantel, como se montaban antes, sería imposible”, dijo.
La búsqueda de las obras de arte fue solicitada en una carta pública el pasado 4 de diciembre, suscrita por Toledo, Sergio Hernández e Irma Palacios, cuyas creaciones forman parte de esta colección y quienes pidieron a la Secretaría de Cultura información sobre ésta.
Tras localizarse en Constituyentes, la colección -que revisaron y limpiaron especialistas del INBA- se instaló en Palacio Nacional, donde se prevé retorne al culminar la muestra, señala Fernández.
De lo perdido, lo que aparezca inaugura la casa Miguel Alemán como recinto para exposiciones y actividades relacionadas con el arte y el poder, anuncia Fernández.
“Se dedicará al análisis del arte y el poder y albergará visiones de curadores, pensadores y creadores vinculados con esto”, detalla.
Esta vez, la pauta de exhibición responde, sobre todo, a los espacios de la casa Miguel Alemán, por la dimensión de las piezas, indica Rodríguez Castañeda.
Por ejemplo, Los volcanes, del pintor Nishizawa, mide 4 por 3 por metros. Es una de las siete que permanecían en Los Pinos cuando abrió sus puertas al público.
Aunque Salinas proponía que la colección de arte de Los Pinos creciera en los siguientes sexenios para no depender del acervo que prestaba el INBA a la Residencia Oficial, las siguientes Administraciones no prosiguieron la iniciativa.
Recurrieron no sólo a museos del INBA, sino también a fondos artísticos colección de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para “decorar” habitaciones y salones oficiales.
Esta práctica acabó en Los Pinos afirma Fernández.
“No es nuestro estilo”.