Nuevos aranceles en el comercio con China, nuevas caídas en las Bolsas
El pulso industrial se resiente por la incertidumbre comercial
Apenas hubo noticias digeribles en las primeras horas de Bolsa de la semana para los inversionistas y los muchos algoritmos que en estos momentos procesan electrónicamente las órdenes de compra y venta de valores de acciones.
El martes, tras el feriado del Día del Trabajo, los principales índices del mercado, abrieron con fuertes pérdidas debido a que que las amenazas de más aranceles a los productos importados de China, y las represalias comerciales a este país, se convirtieran en un hecho.
Aunque el presidente, Donald Trump, haya intentado calmar a los mercados por el nuevo frente que ha abierto en su confrontación con China, el recrudecimiento de la guerra comercial está pasando ya factura a la marcha de la economía y la confianza en su continuado crecimiento.
En su extrema sensibilidad, el Dow se dejaba en la mañana hasta 400 puntos aunque al cierre de esta nota moderaba ligeramente estas pérdidas que no obstante eran de cerca del 1.5%. El S&P 500 y el Nasdaq no llegaban a perder el 1%.
EE UU ha empezado esta semana a imponer un 15% en aranceles a importaciones de bienes valoradas en $112,000 millones desde China. Como respuesta, en este país se ha impuesto también un gravamen a las ventas de productos estadounidenses.
La lista de productos afectados incluyen zapatos, textiles y derivados del cerdo, entre otros. Y el 15 de diciembre, si no se ha avanzado en estas negociaciones aún en el aire la última ronda del 15% de aranceles se impondrá en el resto de las importaciones chinas a EEUU.
No hay acuerdo sobre una fecha para que ambos países se sienten a negociar una solución a unas diferencias que están complicando todos los flujos comerciales globales y tampoco sobre la agenda a hablar.
China ha interpuesto una demanda ante la Organización Mundial de Comercio por las acciones de Washington.
Las tensiones comerciales y la rebaja de la inversión empresarial con la que se está llevando la incertidumbre sobre la dirección de la economía global están empezándose a reflejar en los datos macroeconómicos. El Índice de Gestores de Demanda (ISM) manufacturera cayó hasta el 49.1 en agosto, la lectura más baja en tres años.
Por debajo del 50 se interpreta que existe una contracción. Es el punto final a un periodo expansivo que ha durado 35 meses.