Ahora en casa ponemos un pequeño altar’

Hasta hace poco, quienes desconocían la verdadera tradición del Día de los Muertos tenían ideas equivocadas de su significado. Algunos pensaban que se trataba de celebrar la muerte, magia negra, brujería o rituales extraños.

No fue hasta la película Coco, que se estrenó en 2017, que se hizo una invitación para conocer más acerca de la forma de honrar la vida de nuestros seres queridos después de la muerte.

Coco, ganadora de dos Oscars en 2018, mostró de manera colorida y agradable que el Día de los Muertos en sí es una celebración de la vida y no un momento de tristeza.

Por eso, es común ver en los altares comida, bebida y artículos favoritos de los seres queridos fallecidos para que los puedan disfrutar durante esta festividad.

Desde hace unos días, en lugares tradicionales —como el Mercado del Este de Los Ángeles— las personas llegan a todas horas del día para comprar las decoraciones y artículos que utilizarán en sus altares del Día de los Muertos.

Martha Padilla, una de las vendedoras de estos artículos, concordó que gracias a la película Coco más personas empezaron a comprar los artículos para sus ofrendas ahora que ya saben el verdadero significado.

“Creo que esta tradición no había muerto pero sí [estaba] abandonada… Después de la película Coco todo se elevó nuevamente”, indicó la mujer, que ha vendido por cuatro años en el “Mercadito”, como le conoce a este lugar tradicional del este angelino.

Padilla dijo que le agrada ver a los niños pequeños comprando artículos para sus ofrendas. “Me gusta que la tradición vaya creciendo y que uno como padre sea quien le enseñe esto a los más chicos”, aseguró.

Seguir las costumbres

Por lo general, un altar del Día de los Muertos lleva la foto del difunto y sus alimentos favoritos; además de flores, agua, copal [resina aromática], velas y papel picado, entre otras cosas.

Y aunque en algunos hogares se acostumbra a poner alimentos reales, otros optan por figuritas de plástico y artesanales para evitar incidentes.

Raúl Atayde, uno de los compradores que se esmeraba por escoger los mejores artículos para su altar, dijo que para él es vital compartir con sus hijos de 8, 6, 4 y 3 la misma tradición que él tanto disfrutó a esas edades.

“Quiero que vean que esto es parte de nuestra historia, nuestros ancestros… Quiero que aprendan más”, señaló y concordó que para sus hijos, la película Coco también desató mayor interés en ellos.

Atayde dijo recordar que cuando era niño iba con sus padres de visita a Jalisco, México y ahí veía cómo sus familiares celebraban la tradición.

“Para mí era una de las mejores visitas en octubre y noviembre porque íbamos al cementerio a visitar a los familiares”, contó. “Ahora en casa ponemos un pequeño altar”.

Otra compradora, Magali Virgen aceptó que por mucho tiempo no supo de qué se trataba la celebración.

Incluso —según confiesa— pensaba que se trataba de algo relacionado con una religión no muy agradable.

Pero ahora que ya tiene más conocimiento, es ella es quien se ofrece para comprar las máscaras de calaveritas que utilizarán sus hijos.

“Cada año vamos a un lugar donde celebra esta tradición”, dijo la mujer mientras escogía sus artículos.

La mejor imagen, en el peor momento

Blanca Araceli, actriz y fundadora del Centro de Artes Tierra Blanca, recalcó la importancia que tuvo Coco en un momento crucial para los mexicanos en Estados Unidos.

“Cayó en 2017 cuando el presidente [Trump] acababa de hacer sus comentarios negativos [hacia los mexicanos] y fue como darle un golpe con guante blanco al demostrar nuestra bonita tradición”, dijo Araceli, quien dio voz al personaje de Emcee, la presentadora del show de talentos en el filme.

“Es una película muy bien hecha, sin clichés. Cambió la perspectiva de muchos”, agregó.

Araceli dijo que tanto así fue la buena reacción del público que hasta en su centro de artes, las madres de familia que en el pasado no querían dejar ir a sus hijos a bailar durante las celebraciones del Día de los Muertos ahora son las primeras en apuntarse.

“A la gente se le quitó ese mal entendido de que era una celebración a la muerte o era brujería”, explicó.

No obstante, el mensaje de Coco ha sido tan positivo que Araceli asegura que hasta otras etnias, como los americanos, italianos, japoneses y coreanos, han adoptado la celebración.

Recalcó que la tradición aunque agradable, es real y pidió que no nos olvidemos de los “espíritus chocarreros”.

“Como a veces cuando ya nos vamos y no encontramos las llaves de la casa o del carro… Es cuando decimos que hay un espíritu chocarrero [andante] en la casa y nos hace travesuras”, contó Araceli.

“Por eso es bueno ponerles un trastecito con su camotito o comida y ya se van contentos”.

Eventos de celebración

A partir de este fin de semana se estarán llevando a cabo varias celebraciones gratis para festejar a nuestros seres queridos fallecidos.

En la Placita Olvera comenzando el 26 de octubre al 2 de noviembre se llevará a cabo una procesión y novenario todas las noches a partir de las 7 p.m. Habrá danzantes aztecas, presentación de la danza de la muerte, altares en exhibición y pan dulce y champurrado gratis.

En el centro de Los Ángeles se celebrará el “Downtown Día de los Muertos” del 26 de octubre al 3 de noviembre donde se estarán exhibiendo más de 35 altares en el Grand Park y el Music Center Plaza. Cada día tendrán actuaciones de artistas locales y grupos comunitarios.

Y en la Plaza México de Lynwood el 2 y 3 de noviembre se llevará a cabo la celebración del día de muertos con un festival que comienza al medio día.

Habrá concurso de altares, música, exposición artesanal, premios, la lectura del libro Coco por Blanca Araceli y la presentación de la película “Cuilli & Macuilli”.