Proyecto de ley federal legalizaría a más de un millón de trabajadores del campo
Es apoyada por legisladores demócratas y republicanos en el Congreso
Desde que Oswaldo llegó de México hace 17 años ha trabajado en los campos de California. “Sería maravilloso si pudiera tener un permiso para trabajar; y más tarde, la residencia. Podría andar más tranquilo sin tanta angustia”, dice este trabajador agrícola del Valle de Salinas en el norte del estado.
Un proyecto de ley que fue presentado a finales de octubre en el Congreso de los Estados Unidos daría a 1.4 millones de trabajadores agrícolas indocumentados, entre ellos Oswaldo, la oportunidad de obtener un permiso de trabajo, evitar la deportación, y en un periodo de cuatro a ocho años, conseguir la residencia permanente.
Carina quien lleva cinco años trabajando en el campo dice que este programa será de mucho beneficio porque no solo la ayudaría a ella sino a su hijo mayor de 18 años quien nació en México y quien por no tener papeles está muy limitado para obtener préstamos estudiantiles para la universidad. “Me dio mucho gusto cuando supe de este proyecto de ley porque como yo, hay muchos trabajadores agrícolas sin documentos que vivimos con muchas limitaciones en muchos aspectos”, sostiene.
La H.R. 4916, Acta de Modernización de la Fuerza Laboral Agrícola es el resultado de varios meses de negociación entre el Sindicato de Campesinos Unidos (UFW) y las principales asociaciones de agricultores del país.
El también llamado programa de legalización de campesinos mediante tarjetas azules fue introducido en la Cámara de Representantes el 30 de octubre por la congresista demócrata de California Zoe Lofgren y el congresista republicano de Washington Dan Newhouse. Como copatrocinadores de la medida están los demócratas de California Salud Carbajal y Jimmy Panetta; y los republicanos Marío Díaz Balart de Florida, Doug LaMalfa de California y Mike Simpson de Idaho.
Leydy Rangel, vocera de la Fundaa mayorción del UFW sostiene que el proyecto de ley beneficiaría también a trabajadores de los viñedos, establos, a sus hijos y cónyuges.
“Muchos de los congresistas republicanos que lo apoyan, nunca antes había respaldado una reforma migratoria”, expone Rangel.
De ser convertido en ley este programa, explica que autorizaría un permiso de trabajo por cinco años a los trabajadores del campo y a sus familias; y se renovaría cada cinco años.
Para calificar para esta ley, los trabajadores deben haber trabajado en el campo al menos 180 días, seis meses, en los dos últimos años. “Lo cual debe probarse con los cheques de pago”, anota. También deberán pagar una cobro por la solicitud, y probar que no tienen antecedentes criminales.
Las opciones para la residencia serían dos, después de haber obtenido el permiso de trabajo: Cuando el trabajador del campo lleva más de diez años de trabajar en la agricultura, podrá solicitar la residencia, cuatro años después de obtener el permiso de trabajo bajo la nueva ley; mientras que si tienen menos de diez años de laborar en el campo, deberá esperar ocho años antes de pedir la residencia.
Rangel dice que el proyecto de ley se mueve rápido en la Cámara de Representantes, y esperan llevarlo a votación del pleno en diciembre.
A nivel federal, se estima que hay 2.4 millones de campesinos, la mitad de ellos indocumentados. “En California estaríamos hablando de 200,000 trabajadores sin papeles”, menciona.
La presidenta de la Unión de Campesinos, Teresa Romero, y la directora ejecutiva de la fundación UFW, Diana Tellefson Torres, comentan que han construido un compromiso sobre temas que anteriormente han impedido que el Congreso apruebe legislación agrícola y otras reformas migratorias.
“La UFW y la Fundación UFW están entusiasmadas con esta legislación que honra a todos los trabajadores agrícolas que alimentan a los Estados Unidos al crear una reforma para que los indocumentados soliciten estatus legal; y tengan un paso para obtener la ciudadanía en el futuro sin comprometer sus salarios existentes y sus protecciones legales”, dijeron en un comunicado.
El presidente de la organización de productores agrícolas de California, Western Growers, Tom Nassif, afirma que el Acta de Modernización de la Fuerza de Trabajo Agrícola atiende dos necesidades críticas de la agricultura: retener a los trabajadores con experiencia y asegurar un flujo confiable de trabajadores huéspedes.
“Mucho mejor aún, después de un periodo de transición, la medida incluye el E-Verify para los trabajadores del campo, y demuestra el compromiso de nuestra industria hacia una solución laboral a largo plazo”, dice.
Añade que este proyecto de ley es solo el comienzo de un proceso que requiere el apoyo de ambos partidos políticos y el presidente.
La medida es apoyada por 24 demócratas y 20 republicanos.
Además mejoraría el programa de visas para la agricultura H-2A para proporcionar más flexibilidad a los empleadores y asegurar protecciones críticas a los empleados extranjeros.
“Esta legislación amplia contiene elementos claves para atender las necesidades de los empleadores y empleados agrícolas de California a través de la nación”, dice Jamie Johansson, presidente del Buró de Agricultores de California, (CFBF).
Añade que la gente que trabaja en las granjas y ranchos son miembros valiosos de las comunidades rurales. “Sus contribuciones a nuestras comunidades y a nuestro sistema de alimentación deben ser reconocidos al permitirles un cambio para obtener estatus legal”, indica.
Y señala que un programa piloto contemplado para los trabajadores H-2A les permitirá movilizarse de rancho a rancho para trabajar, una opción que los productores de California han buscado por largo tiempo. Y por primera vez, esta medida dará visas de trabajadores huéspedes para las operaciones anuales de establos y viveros.
Aunque la mayoría de las asociaciones que representan a los agricultores en el país, están a favor. Algunas como el American Farm Bureau Federation se salieron de las negociaciones argumentando que hay espacio para mejorarla y asegurar que las necesidades futuras de trabajadores sean cubiertas.
A Eugenia González, una oaxaqueña que lleva ocho años trabajando en el campo en el área de Delano, le ha tocado cabildear para que se apruebe esta medida. “Sería increíble que pasaran esta ley. Los campesinos se merecen la residencia. Se la han ganado y se la merecen porque el trabajo del campo no es fácil porque eso vemos que no hay blancos trabajando en los campos. No duran”, dice contenta esta trabajadora agrícola.