El reto del Censo 2020 será garantizar la seguridad de la información

Don Juan, un inmigrante de la Ciudad de México que ha vivido en Compton, California, por más de dos décadas, tiene miedo de participar en el Censo 2020 porque piensa que su información puede ser compartida con inmigración (ICE) y eso, lo paraliza.

“Cómo el gobierno nos pide que confiemos en él y que compartamos nuestra información y de toda nuestra familia cuando ellos mismos nos han demostrado que no se puede confiar”, expresó un domingo cualquiera en La Plaza México, un lugar donde muchos inmigrantes de habla hispana, con y sin documentos, asisten cada semana para ir de compras, a la Iglesia o simplemente a dar la vuelta.

Don Juan (nombre ficticio), quien es trabajador de la construcción y en dos décadas ha formado una familia con tres hijos, todos menores de edad, forma parte de esas innumerables familias mixtas, como se les conoce, por tener en el hogar, hijos estadounidenses de padres sin documentos.

El miedo de Juan viene de cuando el New York Times publicó el 7 de julio la noticia de que agencias del Departamento de Motores y Vehículos (DMV) en tres estados (Utah, Vermont y Washington) habían permitido a las autoridades de inmigración consultar su base de datos.

Dicha noticia fue retomada por las agencias de información y los titulares estuvieron en todo el país.

Fue en ese momento cuando se le vino a la cabeza la deportación de su sobrino, quien llevaba unos 10 años viviendo en el país, pero que fue regresado a México por las autoridades de inmigración. Juan piensa que como el joven de 27 años ya tenía su licencia de manejar de California, gracias a la medida AB60 que permite a las personas sin documentos obtener un permiso de manejar, esa pudo haber sido la razón.

¿Cómo llegaron a la casa? Si no nos llevaron a mi esposa y a mí fue de milagro, expresa el inmigrante.

Juan enfatiza que su sobrino no tenía récord criminal o era un vago, simplemente se dedicaba a trabajar y a mandar dinero a México, pero ahora ya se lo han llevado, “sabrá Dios si fue por haber dado todos sus datos al DMV”, expresa.

Obviamente Juan está hablando del gobierno estatal y ahora quien realizará el Censo 2020 será el gobierno federal, pero para el inmigrante no hay distinción y hasta principios del mes de noviembre no sabía si participará en el proceso decenal.

Para el gobierno federal el reto de la seguridad de la información podría resultar el más grande entre las personas sin documentos, después de todo, para ellos poco valen los beneficios que pueda traer el Censo 2020 a la comunidad si ellos piensan que su permanencia en el país se está poniendo en riesgo.

(*) Agustín Durán es editor de Metro de La Opinión.