Libros para conectar
Adriana Monique Álvarez ha sido viajera, especialista en mercadotecnia y la cofundadora de AMA Publishing & Business Consulting
Para seguir el paso de Adriana Monique Álvarez es conveniente tener un mapa cerca. Hace unos meses se asentó en Nueva Orleans con su familia después de haber vivido en México.
Pero esta empresaria, de raíces latinas y cofundadora de AMA Publishing & Business Consulting, tiene muchos más kilómetros y experiencias en su haber que los que separan a estos dos puntos. Álvarez cambió la universidad por la ayuda humanitaria. “A los 19 años empecé a viajar sola”, explica.
Corrían los últimos años de la década de los noventa cuando Álvarez se fue a Myanmar. Un país complicado en el que empezó a trabajar con los niños que vivían en las calles. Ella no conocía mucho del país antes de ir pero alguien le habló de ello y decidió que tenía que ir como voluntaria. Tras ese viaje hizo un entrenamiento en Florida para aprender a vivir en condiciones poco habituales y volvió a comprar un billete de avión con destino a Albania, donde trabajó en orfelinatos.
Kenia, Albania en varias ocasiones y varios países mediterráneos han sido su hogar y el de su familia. Álvarez dice que adora Albania, un país donde tiene amigos y habla su idioma.
Hace casi una década empezó un negocio de mercadotecnia, sobre todo en la red, y daba servicios a negocios no virtuales que estaban muy establecidos por no tenían presencia en Internet con websites, SEO, anuncios de Facebook. Pero en un momento dado explica que quiso evolucionar hacia la consultoría.
Es algo que llegó cuando hace tres años vivía en México. Entonces tenía dos niños con muy corta diferencia de edad entre ellos. “Siempre había sido muy buena en el trato directo con los clientes, había trabajado localmente y atendido a las reuniones pero al tener dos niños en mi regazo tuve que hacer una transición para hacer las cosas en Internet, porque era difícil de otra manera”, explica.
Ahora bien, ¿Cómo?. “Conecto bien en persona pero cómo lo hago en la red?”. Con esta pregunta se fue a dormir un día hasta que se levantó a las 3.00 AM con la respuesta. “Escribe un libro, sobre cómo redefinir el éxito, la vida”.
“Le dije a mi esposo que tenía que escribir y quedamos en que él se quedaba en casa cuidando los niños y yo me iba a un café a escribir durante dos horas hasta que acabara el libro. En tres meses lo acabé”.
Álvarez conectó en la red y con medios sociales con mujeres para que le ayudaran a correr la voz sobre la publicación que coincidió con su cumpleaños y eso le ayudó con ese libro electrónico. Funcionó. Se vendió, “me hicieron entrevistas en revistas, radios y podcasts y me di cuenta del poder que tenía el libro. A raíz de él me contactaron 35 clientes”.
Esta empresaria se dio cuenta del poder que tenían los libros para conectar a personas y decidió que tenía que abrir el camino para que otras mujeres empresarias escribieran y pudieran conectar más profundamente con su audiencia.
Y así evolucionó para empezar la segunda parte de su aventura empresarial. “Contraté a coaches, editores, he buscado la mejor manera de servir a mis clientes”.
Álvarez define a su empresa como una editorial “y creamos formas para que los empresarios cuenten sus historias, que es lo que nos conecta y permiten ver lo que tenemos en común y cómo nos complementamos”. Esta mujer dice que es una pieza fundamental de los negocios por eso ayudan a emprendedores y empresarios (sobre todo se ha centrado en mujeres hasta ahora) a crear libros que se venden bien en poco tiempo.
Los libros contienen experiencias de una empresaria o de un grupo de ellas sobre una temática, la empresa también organiza eventos en los que los autores comparten experiencias. “Es una plataforma de comunicación among entrepreneurs. Es tener canales de comunicaciones a través de libros y conversaciones”, dice la editora de libros como “She made it happen, 15 inspiring stories from female entrepreneurs around the world” y “Trailblazers, 27 female leaders share how they use their gifts to guide others”.
Actualmente tiene la edición de varios libros en sus manos y explica que ha trabajado con 1,200 mujeres en los últimos años entre publicaciones y eventos. Su empresa emplea a 11 personas y tiene unos ingresos que están a punto de pasar “los siete dígitos”.
“Estamos trabajando en 4 a la semana y he trabajado con 1,200 mujeres en los últimos años que están haciendo cosas en este sentido”. La compañía, en la que trabaja con su esposo, está creciendo y ella dice que está en la fase de asegurarse que ella misma no se convierta “en un cuello de botella”, el lugar donde todo se retrasa por que se necesite una decisión.
“Yo no puedo ser el problema, me tengo que rodear de personas con las que estemos bien conectadas para que crezcamos a buen ritmo”. Cuando se le menciona la palabra delegar se ríe. “Yo no puedo hacer todo porque no hay suficiente tiempo en el día y tengo que determinar dónde enfoco mi energía y experiencia porque si me dedico a hacer de todo no llegaré a lo que tengo que hacer”.
“Editores, asistentes, personas especializadas en planificación, ese es el tipo de persona que mi esposo contrata para seguir adelante”, explica. Álvarez describe a sus clientes como personas muy educadas, con estudios universitarios que han conseguido mucho y tienen éxito.
Muchas de ellas son madres. “Y para mí es importante hacerles saber que se puede ser madre, esposa, trabajar en lo que uno quiera y tener el estilo de vida que quiera”.
Tres lecciones
Adriana Monique Álvarez dice que ha aprendido tres cosas al estar al frente de un negocio.
- Mi vida personal ha sido clave en mi éxito profesional. “Es importante tener tiempo con la familia porque me da más fuerza para proyectarme en mis negocios”. En ese sentido da crédito a su esposo con quien se divide el trabajo
- Para tener éxito hay que pensar a lo grande. “Cuando uno no consigue lo que quiere hay que dar un minuto a llorar la idea pero no dejar mucho tiempo para sentirse mal porque hay que analizar qué salió mal. Si se pasa mucho tiempo mal no se llegará donde se quiere llegar.
- Ser feliz con lo que se hace.