Un jardín orgánico que mejora el estilo de vida de la gente
La Huerta del Valle se ha convertido en un aliado para el bolsillo y la salud de las familias en Ontario.
Hace tres años Lucia Ceja comenzó a buscar mejores opciones alimenticias para sus dos hijos debido a que sufrían muchas alergias. Ella se enteró que la única forma de reducir sus alergias era cambiando su alimentación por comida orgánica.
Así que comenzó a informarse hasta que escuchó acerca del jardín Huerta del Valle.
“Desde que mis hijos comenzaron a comer productos orgánicos ya no tienen las alergias ni infecciones en los oídos”, contó Ceja.
En el jardín comunitario, localizado en la ciudad de Ontario, Ceja aprendió acerca de cómo cultivar su comida y así poder alimentar a su familia de forma saludable y sin gastar mucho dinero.
“Cultivaba todo lo que se nos daba de temporada como brócoli, coliflor, betabel. Todo lo de la temporada ya lo iba conociendo”, aseveró Ceja quien ahora trabaja para un programa de agricultura en Huerta del Valle.
Ella es solo una de un sin fin de historias de personas que se han beneficiado gracias a los alimentos orgánicos asequibles.
María Alonso, fundadora y directora ejecutiva de Huerta del Valle, dijo que el objetivo principal del jardín es que toda la comunidad tenga el acceso a comer comida saludable a un precio asequible.
“Para mi la inspiración fue mi hijo, quien a los 10 años había sido diagnosticado con la enfermedad Trastorno Hiperactividad con Déficit de Atención (ADHD, por sus siglas en inglés), en el año 2010”, contó Alonso.
La preocupada madre de familia se enteró que la comida orgánica podría ser de gran beneficio para su hijo. Sin embargo, el supermercado de comida orgánica más cercano estaba a ocho millas de distancia, y con Alonso y su esposo ganando el salario mínimo, les era imposible poder acceder a esos alimentos.
Mediante la información comunitaria y con estudiantes universitarios, Alonso comenzó su propio proyecto de frutas y vegetales orgánicos. En el 2013 lograron conseguir un espacio de cuatro acres y medio de la ciudad de Ontario para abrir el primer jardín comunitario.
“Ahí creamos los espacios de 10 pies por 20 pies y les cobramos un total de $30 al año, para que las personas puedan tener acceso a agua, semillas, tierra fértil y asesoría”, contó Alonso.
Ella aseguró que las 55 familias que sirven en el jardín comunitario de Ontario están muy agradecidas por el gran apoyo que han recibido, no solamente para comer en forma saludable, sino por recibir información adecuada.
Ella también logró ver el beneficio de comer saludable. Su hijo, quien ahora tiene 19 años, comenzó a tener un cambio inmediato.
“Antes dormía mucho menos. A las 4 o 5 de la mañana se iba durmiendo, pero al cambiar la comida por orgánica, se empezó a dormir a las 11 de la noche o 12 ”, dijo Alonso. “El doctor desde el principio me dijo, ‘si no quieres pastillas cámbiale la dieta’”.
Un proyecto que crece
Alonso dijo que con el tiempo han logrado asegurar siete espacios, seis en el condado de Riverside y en diciembre abrieron uno en San Bernardino con el apoyo de entidades como Kaiser Permanente. El objetivo a largo plazo es que exista un jardín comunitario en cada milla de la región. Esperan poder proveer alimentos nutritivos, frescos, locales y producidos de manera sostenible y solo a través de la agricultura.
“Por ejemplo, Kaiser me reta a que le consiga 25 familias y yo le doy 60”, dijo Alonso, demostrando que la gente si esta interesada en mejorar su salud si es a un precio asequible.
Los jardines comunitarios están abiertos al público y sus frutas y verduras orgánicas también están a la venta a bajo costo.
Para saber más acerca del jardín Huerta del Valle y sus aliados visite: https://www.huertadelvalle.org/es-index.html