Las grasas trans aumentan un 75% el riesgo de padecer Alzheimer
¿Te has preguntado sobre las fatales consecuencias del excesivo consumo de grasas trans? Son consideradas uno de los principales enemigos del funcionamiento cerebral y la salud
Mucho se ha hablado de los efectos negativos del excesivo consumo de grasas trans para la salud, son alimentos que se relacionan directamente con un mayor riesgo de padecer delicadas condiciones de salud entre las que se destacan el sobrepeso, la obesidad, la diabetes, la hipertensión y todo tipo de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo estudios recientes comprueban las peligrosas consecuencias que este tipo de alimentos tienen sobre el funcionamiento cerebral, en concreto en todo lo relacionado a la parte “cognitiva”.
¿Qué son las grasas trans?
Es importante entender ¿Qué son las grasas trans? ¿Cómo actúan en el organismo? En su mayoría las grasas de este tipo que más resultan preocupantes son las artificiales, las cuales como su nombre lo indica se crean mediante un proceso industrializado en el cual se convierte el aceite líquido en grasa sólida; a este proceso se le llama hidrogenación y es el que se utiliza para la elaboración de margarinas semiblandas y la manteca.
Además de los evidentes alimentos que contienen este tipo de grasas como son las comidas rápidas y todos aquello que se derive de una preparación frita, las grasas trans se encuentran en gran parte de los productos procesados que consumimos (bollería, galletas, crema de café, alimentos congelados, pasteles, helados, pizza, caramelos, margarinas, entre muchos otros). La industria alimentaria adora integrar este tipo de grasas en sus productos, ya que se destacan por ser su grandioso tiempo de conservación, lo económico de su producción y por supuesto por que intervienen en el sabor y textura de los alimentos.
Lo que sucede en el cuerpo cuando se consumen este tipo de grasas es particularmente interesante, ya que el organismo no es capaz de sintetizarlas y de esto se derivan graves condiciones de salud. El cuerpo no obtiene ningún beneficio del consumo de alimentos que contengan grasas trans y simbolizan un riesgo, ya que son la principal causa del aumento en los niveles de colesterol malo “LDL” y de la disminución del colesterol bueno “HDL” , se acumulan en las arterias y son la principal causa de padecer accidentes cerebrovasculares, se relacionan directamente con la diabetes y la obesidad.
Un estudio revelador:
Un reciente estudio publicado en la reconocida revista Neurology confirma que aquellas personas con niveles altos de grasas trans en la sangre, tienen entre un 50 y 75% mayores posibilidades de desarrollar algún tipo de demencia y Alzheimer.
Dicho estudio demuestra que además de los ya conocidos efectos negativos que tienen las grasas trans sobre el sistema cardiovascular, se demostró que existen secuelas sumamente negativas en el aspecto cerebral-cognitivo. Más de 1,600 hombres y mujeres de origen japonés sin demencia, fueron monitoreados durante un período de 10 años, al inicio del estudio se realizaron en cada participante los exámenes médicos de cajón para medir los niveles de grasas trans en su sangre y se estudiaron sus dietas. Posteriormente los investigadores agregaron factores que también afectan el riesgo de sufrir demencia, entre los que se encuentra el tabaquismo, la diabetes y la hipertensión, derivado de esto descubrieron que las personas que tenían los dos niveles más altos de grasas trans en la sangre tenían entre un 52% y 74% de padecer demencia, en comparación con aquellos con niveles más bajos.
Un aspecto que aumenta la validez de dichos resultados, se encuentra en que fueron basados directamente en los marcadores sanguíneos de grasas trans de cada participante. Es por ello que se aumenta la validez científica de los mismos, según declaraciones del Dr. Richard Isaacson, director de la Clínica de Prevención de Alzheimer en Weill Cornell Medicine en Nueva York.
Si bien estos estudios sirven como un gran sustento para comprobar los devastadores efectos del consumo de este tipo de grasas, también resultan relevantes ya que abren la puerta a nuevas acciones reguladoras por parte de las organizaciones que regulan los procesos en la Industria alimentaria y los Sistemas de Salud en cada gobierno. Tal es el caso de Estados Unidos la FDA (Administración de Medicinas y Alimentos) prohibió el uso de grasas trans en el 2015, desde entonces las empresas recibieron tres años para regular sus procesos y dejar de usarlas.