Notario que se hace pasar por abogado provoca deportación de madre e hija
Otra hija que no fue deportada por traer a su bebé en manos, lucha contra reloj para que no le pase lo mismo
LOS ÁNGELES – Kelly y su hermana Jerely Alvarenga eran menores de edad cuando su madre pidió asilo en los Estados Unidos para las tres, pero cuando un juez se los negó y confiaron la apelación del caso a un notario que se hizo pasar por abogado, la familia fue separada.
“Mi mamá y hermana fueron deportadas por ICE (Servicio de Migración y Aduanas) el 22 de enero de este año”, dice Kelly.
A ella, el ICE le dio un mes para que decidiera qué hacer con sus dos hijos nacidos en el país. “Me pidieron que regresara a sus oficinas con un boleto de avión de regreso a Honduras”.
Kelly, su madre Jenny Lee Rosa y su hermanita Jerely Abigal Alvaranga pidieron asilo en 2014, tras entregarse en la frontera y un largo recorrido entre Honduras y Texas.
Platica que huyeron de Honduras porque su madre era dueña de una “pulpería” como se conoce en Honduras a los abarrotes o pequeños supermercados, donde era constantemente objeto de amenazas por los pandilleros que le exigían el pago de una cuota fija por dejarla trabajar.
“Yo tengo 22 años, mi mamá 39 años y mi hermana 14. Tenía como 16 años cuando llegamos a este país”, recuerda.
Kelly dice que después de cuatro días de detención por parte de ICE, las dejaron libres. “Nos venimos a vivir a Los Ángeles porque aquí están mi abuela materna y una hermana”.
Fue aquí donde Kelly dio a una luz a sus dos hijos, Michael quien ya anda en los cinco años y Johany de siete meses de nacida.
Un abogado en migración tomó su solicitud de asilo y les consiguió un permiso de trabajo. “Después ya no nos quiso ayudar porque dijo que el caso estaba muy difícil”, comenta.
En 2015, un juez falló en contra de su petición de asilo. En 2016, contrataron al notario Carlos Lewis, dueño de la compañía J&NEnterprises. “Él nos dijo que era abogado, y le pagamos para que metiera una apelación del caso de asilo. En 2017, le pedimos que presentara una petición familiar para mi mamá, ya que mi abuelita es residente permanente”, explica.
Cuando en enero de este año, el ICE citó a la madre y sus dos hijas, les informaron que no había ninguna apelación al caso de asilo ni petición familiar. “El notario nos engañó. Solo nos sacó dinero e hizo que deportaran a mi mamá y a mi hermanita. Si hubiera sometido la petición y la apelación, hubiéramos podido demostrar que teníamos un caso pendiente ante migración y evitado su deportación”, dice.
Dos días después de ser citadas por ICE en el centro de Los Ángeles, su madre y hermana fueron deportadas. “A mi me dieron un mes para salir, y me pusieron un brazalete de monitoreo electrónico. No me deportaron porque llevaba a mi bebé de seis meses en mis brazos. Mi hijo más grande estaba en la escuela”.
Cuando los agentes de ICE se llevaron a su madre y a hermanita, y ella se quedó sola con su bebé, dice que sintió que el mundo se le venía encima.
“Siempre habíamos estado juntas. Nunca, nunca nos habíamos separado”.
Días después, y tras hablar con al menos 15 abogados que no quisieron tomar su caso, se encontró con Frances Arroyo, una abogada en inmigración quien sí aceptó ayudarla.
“Lo primero que hicimos fue apelar a la Corte del Noveno Circuito y conseguimos un paro temporal de deportación que la protege mientras la apelación está pendiente”, explica la defensora.
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Demanda contra notario
Al mismo tiempo, la abogada Arroyo presentó una querella por practicar leyes sin autorización contra el notario Carlos R. Lewis ante el Departamento de Asuntos del Consumidor del Condado de Los Ángeles para que se le investigue, lo detengan y lo lleven a juicio.
“Me dicen que la oficina de Lewis está completamente llena de personas en busca de un alivio migratorio porque él se hace pasar por abogado”, precisa.
La experta certificada como abogada de migración, dice que esperaran a que el caso del notario llegue a una corte criminal, para en base a eso, solicitar una Visa U que el gobierno de EE.UU. entrega a las víctimas de crímenes.
“En este caso, Kelly, su madre y hermana fueron víctimas de un delito que se llama engaño y fraude. Para su familia vamos a seguir insistiendo en el asilo, y si ganamos la apelación, podemos regresar a su familia. Algo muy difícil, pero lo estamos intentando”, dice.
Y agrega que van a luchar con todas las herramientas legales disponibles para que Kelly se quede aquí.
La lección de Kelly
La abogada Arroyo dice que la regla número uno para evitar fraudes de migración es revisar con la Barra de Abogados si la persona realmente es abogada, y si lo es, verificar que no tenga demandas y quejas en contra.
“Es muy importante que esté calificado para practicar leyes en migración, y revisar en Internet los comentarios sobre su trabajo”, dice,
Además es importante, observa, tener acceso a hablar con el abogado de migración, y no solo con su asistente o secretaria.
“Los abogados deben ser expertos en leyes de migración certificados por la Barra de Abogados de California. En Los Ángeles solo hay 82 como expertos certificados que significa que que han pasado un examen, visto cientos de casos y cuentan con altos estándares de ética”.
Sobre los notarios, explica que es más difícil reportarlos. “Lo que la gente no sabe es que muchas veces cobran igual que un abogado de migración. Sus errores le cuesta a los inmigrantes sus sueños y esperanzas al ser separados como es el caso de Kelly”, dice.
Con la voz entrecortada por la emoción, esta joven madre hondureña afirma que su mayor anhelo es reunirse de nuevo con su madre y hermana. “Yo lo que quiero es justicia. Ellas no son criminales. En Honduras están corriendo peligro. No pueden ni salir por miedo a que les pase algo”, afirma.
Este diario contactó a las oficinas de Carlos Lewis, y está en espera de su reacción ante la querella presentada en su contra.