Criminales violentan a México, aún con la pandemia por coronavirus
Los robos, secuestros y asesinatos no cesan en el país que vive una emergencia sanitaria por el COVID-19
MÉXICO – Una periodista baleada en Veracruz, asesinatos violentos con señales de ajuste de cuentas en por lo menos 12 estados del país y feminicidios por decenas se suman a otros crímenes que se cuentan por miles en las últimas horas. Robo de combustible, joyas, aparatos electrónicos; secuestro de niños y fraudes electrónicos.
La delincuencia en México continúa sus operaciones sin cambios en cifras o en tendencias en el perfil de los crímenes a pesar de la amenaza de la pandemia del coronavirus por la cual el gobierno decretó “Estado de emergencia nacional” y contabiliza ya más de un millar de casos positivos y 29 muertes con la consigna presente de “quédate en casa”.
En los últimos reportes del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública detalla se reveló que desde enero desde este año, cuando comenzó la propagación internacional del virus desde China y hasta el corte de marzo pasado, ya con miles de contagiados y sospechosos, la tendencia es la misma: 100 asesinatos por día en promedio.
En enero fueron 93, en febrero 98 y la incidencia en marzo se encaminaba a más de 103 aunque el reporte oficial aún no cierra.
Javier Oliva, analista de seguridad y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México, calculó que la criminalidad en tiempos de COVID-19 tendrá un repunte paralelo al incremento de los contagios, “la delincuencia no se caracteriza por su responsabilidad cívica” frente a nada, enfatiza, y menos cuando hay dinero de por medio.
Entre otras razones, destaca: la pelea por la importación ilegal de los precursores químicos para la fabricación de drogas (principalmente fentanilo) que comienzan a escasear en el sudeste asiático por el cononavirus, la disputa por el poco mercado interno que esté dispuesto a seguir consumiendo en medio de la pandemia, la violencia organizada para la rapiña y venganzas.
“El crimen se muda de una actividad a otra y no lo va a dejar de hacer por la pandemia”, precisa el analista.
Asesinatos violentos
La tarde del pasado lunes, mientras el Consejo de Salud Nacional debatía sobre la necesidad medidas más restrictivas para frenar los contagios, si se podrían suspender los derechos individuales como la libertad reunión y de tránsito implícitas en la declaratoria de emergencia, fue baleada la periodista María Elena Ferral, colaboradora de Diario de Xalapa de la Organización Editorial Mexicana en Veracruz.
Ferral había denunciado amenazas en su contra desde 2016 por parte del exalcalde y diputado local Basilio Picazo a quien se le acusó de otro asesinato: el de Miguel Alfonso Vázquez, exsíndico de Coyutla. “Te vamos a levantar”, le había dicho.
La reportera murió poco después del atentado, casi a la misma hora en que el subsecretario de salud Hugo López Gatell, infomaba que se suspenderían todas las actividades no esenciales y mientras comenzaba el velorio en El Platanal, Michoacán, de una víctima totalmente diferente a las que acaparan la atención nacional.
Verónica MG, de 42 años, no murió por el coronavirus sino por dos bala perdida, según dio cuenta la prensa local, que se escaparon cuando un grupo de sicarios perseguía a Luis Fernando G, de23 años, para asesinarlo en la colonia Loma Bonita, en una de las regiones que grupos criminales se disputan para la extorsión y el cobro de piso.
Ocurrió poco después de que las autoridades municipales de la fronteriza ciudad de Tijuana documentara la muerte de 14 personas en sólo 24 horas, entre ellas, siete mujeres, algunas con violencia sexual y hasta una adolescente por lo que no se descartó violencia intrafamiliar, un delito que va a la alza las recomendaciones de aislamiento doméstico.
Particularmente las últimas dos semanas han llamado la atención por los repuntes de violencia en el Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Chihuahua, Baja California y Ciudad de México. Los únicos estados donde no se tiene reporte de crímenes son: Aguascalientes, Baja California Sur, Nayarit y .Yucatán
Los analistas consideran que el panorama de violencia que México arrastraba antes del coronavirus tendrá aún más retos. Jorge Sánchez, director de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros, consideró que la seguridad nacional se debe preparar además para ver fábricas cerradas, aerolíneas y pequeños negocios en quiebra y hospitales saturados,
“Sin duda alguna habrá más violencia por la frustración que esta crisis va a generar: es probable se frene la modernidad como la hemos conocido”.
A río revuelto…
El llamado se hizo a través de las redes sociales y decenas de jóvenes respondieron con violencia. Grupos de entre 50 y 80 muchachos quienes, armados con tubos, pistolas y palos atacaron centros comerciales. No se llevaron arroz, frijoles, tortillas o carne. Mucho menos verduras o cereales. Ni siquiera el papel de baño por el que han llegado a los golpes en algunos países.
Robaron aparatos eléctricos como pantallas, equipos de sonido, celulares y computadoras antes de huir en medio de escaramuzas que incluyeron bombas de humo para confundir a los vigilantes privados en varios municipios del Estado de México sorprendidos por la agresión.
Otros actos se replicaron en la Ciudad de México con un denominador en común: el botín dista de las necesidades básicas para hacer frente al COVID-19 y se explica mejor como avaricia como en el ultimo fin de semana de marzo que la secretaría de seguridad ciudadana reportó el hurto de 40 relojes de una tienda Sanborns del Centro Histórico.
Por este tipo de atracos, diputados hicieron un llamado al gobierno a “poner castigos ejemplares” para evitar que se aproveche la emergencia de salud para generar miedo y delinquir.
“Exigimos mano dura contra quienes están cometiendo estos delitos”, dijo Noria Arias, legisladora del Partido de la Revolución Democrática.
Una petición similar realizó la organización Alto al Secuestro después de una serie de denuncias porque el delito sigue en pie. En Cuernavaca, Morelos, a 90 kilómetros de la Ciudad de México, una niña fue secuestradan en la calle por un a pareja. El padre, al darse cuenta, emprendió una persecución que terminó con el asesinato de uno de los presuntos criminales.
De acuerdo con testimonios periodísticos, el padre liberó a la hija de cuatro años, pero deberá enfrentar un proceso judicial por tomar la justicia en sus propias manos en un acto que no suele ser el común de las reacciones de los familiares quienes, regularmente, deben pagar por la liberación de los suyos.
“Seguimos con problemas en el tema del secuestro a pesar de la emergencia sanitaria”, dijo Isabel Miranda de Wallace, fundadora de la organización. “Esperemos que el combate al delito no se deje de lado ante la crisis que estamos viviendo”.
Fraudes online
En tiempos del coronavirus, la manera en la que los delincuentes llegan a los usuarios suele ser a través de mensajes de WhatsApp o correos electrónicos suplantando la identidad de organismos internacionales o nacionales, españoles o italianos.
Con esta advertencia, BBVA lanzó recientemente una campaña en contra de los fraudes que usan el miedo al nuevo virus para que los usuarios hagan clic en un mensaje o enlace. “Es un nuevo “malware” que la delincuencia ha bautizado como coronavirus”.
Para su distribución, un grupo de ‘hackers’ ha creado un sitio web suplantando a la de utilidades de Windows, WiseCleaner. Esta utilidad limpia y desfragmenta el disco duro, y estos días muchos usuarios aprovechan para hacer mantenimiento de sus equipos personales.
Cuando el programa malicioso se ejecuta, intentará descargar una serie de archivos de un sitio web remoto. Cuando se ejecuta el archivo, el ‘malware’ intenta robar las ‘cookies’ y las credenciales de inicio de sesión de los navegadores web, programas de mensajería, VPN, FTP, cuentas de correo electrónico, cuentas de juego y otros servicios.
“Es importante mantenerse alerta ante cualquier mensaje sospechoso”, advirtió.
Para evitar ser víctima de este tipo concreto de fraude, recomendó no abrir correos relacionados con este tema a no ser que se esté completamente seguro de su veracidad así como verificar el remitente de los correos y, si hay dudas, buscar confirmación por otro canal, como el teléfono.