¿Por qué se produce la parálisis del sueño?
Se trata de un problema o trastorno que sucede al menos una vez en la vida
Al menos un 60% de las personas han experimentado la parálisis de sueño en alguna ocasión. Pero, ¿en qué consiste? Se trata de despertar y no poder mover ciertas partes del cuerpo, como los brazos y piernas, o el cuerpo entero, y en ocasiones va acompañado de alucinaciones.
¿Por qué se produce la parálisis del sueño?
Según el periodista Jordi Sabaté, en un artículo para el portal El diario, hay una serie de mitos y leyendas sobre la parálisis de sueño. La tradición popular se refiere a ella como algo paranormal, donde los muertos se suben sobre los vivos. Sin embargo, la evidencia científica demuestra lo que en realidad sucede.
Se trata de un trastorno del sueño conocido como parasomnia. Lo que sucede es un desfase momentáneo cuando comienza la fase REM del sueño, que conlleva una actividad cerebral mayor, y la relajación total de los músculos. Esta fase termina al despertar.
Así, puede suceder que, cuando comienza esta fase de sueño profundo, con el cuerpo totalmente relajado, haya un pequeño despertar y la persona sea consciente de lo que sucede, pero no puede controlar su propio cuerpo. Esto es lo que causa la parálisis.
En cuanto a las alucinaciones, estas se producen precisamente porque se está en una etapa donde se producen los sueños, y las alucinaciones no son otra cosa sino los residuos de las cosas que han pasado durante el día, y en este estado semiinconsciente, lo que se percibe es totalmente irreal, aunque puede asustar.
Causas de la parálisis del sueño
La parálisis tiene una duración de unos cuantos segundos a unos 3 minutos. Este trastorno se produce debido a la mala gestión del sueño provocada por el estrés, los viajes largos o el trasnocho.
También es producto de la narcolepsia, un trastorno o enfermedad que hace que las personas se duerman durante el día debido a problemas emocionales. Así, cuando van a dormir, pueden tener un episodio de parálisis.
Este problema en realidad no es tan frecuente como se piensa. Si es persistente, hay que evaluar los hábitos de descanso y mejorarlos. De esta forma, no solo desaparecerán, también repercutirá positivamente en el cuidado de la salud.