Detienen a varios policías en el caso del salvadoreño que fue enterrado esposado

Se esperan los resultados de la autopsia del cuerpo exhumado

Luis Iván Mejía Bonilla.

Luis Iván Mejía Bonilla.  Crédito: Familia Bonilla | Cortesía

HOUSTON – El caso de un joven salvadoreño que fue enterrado esposado y que presuntamente murió de COVID-19 se sigue investigando y casi todos los días hay nuevos giros.

Un documento del Instituto de Medicina Legal de El Salvador indica que la causa de la muerte de Luis Iván Mejía Bonilla no fue por COVID-19, como presuntamente se les informó a los familiares de la víctima cuando les entregaron el cuerpo para sepultarlo.

Este viernes en una conferencia de prensa se informó que hay varios policías detenidos y que las autoridades esperan los resultados de una autopsia para proceder con la investigación.

En un informe el Fiscal General de la República (FGR). Raúl Melara, afirmó que se encuentran a la espera de que el Instituto de Medicina Legal (IML) le envíe el informe de la autopsia realizada al cadáver de Bonilla, luego de que fue exhumado. Bonilla falleció mientras estaba en detención preventiva en una bartolina de la subdelegación policial de Zacatecoluca, La Paz.

Melara informó que por el caso varios policías fueron detenidos y procesados. A ninguno se le ha entablado cargos.

“Al conocer los resultados de las pruebas practicadas al cadáver procederemos con la investigación”, agregó Melara.

En una llamada telefónica que se hizo posible por los familiares de la Bonilla en Houston, este diario habló con la hermana de Bonilla.

“Lo único que queremos es saber de qué murió mi hermano, primero se nos dijo que fue por coronavirus y el reporte médico dice otra cosa. Solamente queremos saber la verdad”, dijo Lucía del Carmen Bonilla, hermana de Luis.

El documento médico sobre la causa de muerte indica que Bonilla murió de asfixia mecánica por obstrucción de vías respiratorias. A los familiares presuntamente se les dijo que murió de COVID-19.

Familiares de la víctima en Houston denunciaron que el cuerpo de Bonilla fue entregado de una manera muy irregular y que se les instruyó que no abrieran el ataúd.

Los familiares de Luis contaron que al abrir el ataúd el cuerpo presentaba golpes, su rostro estaba ensangrentado y tenía los dientes saltados “como si se los hubiesen querido arrancar”.  Además, Luis todavía tenía las esposas (grilletes) puestas.

La exhumación se ordenó el martes 13 de mayo con la intención de realizar una autopsia y verificar las causas de su muerte.

Bonilla fue sepultado el pasado 6 de mayo, luego de que fuera trasladado al hospital nacional Santa Teresa, de Zacatecoluca, en un auto policial, sin embargo, cuando llegó al hospital ya había muerto.

“Tenemos una investigación abierta sobre la persona que falleció en Zacatecoluca. En un primer momento se manifestó que había fallecido por COVID-19″, afirmó el funcionario Melara a periodistas de diversos medios. “Pero en el reporte médico se establece que fue otra la causa del fallecimiento y no se le hizo la autopsia en el momento necesario y por eso Fiscalía ordena la autopsia; entiendo que Medicina Legal está dentro del proceso de la autopsia y de remitirnos el informe correspondiente a Fiscalía para determinar lo que corresponde”.

Melara indicó que, dentro de la investigación del caso, han recopilado versiones de otras personas que estaban en la bartolina con él (Mejía Bonilla) y que estos manifiestan que él sufrió convulsiones y que por eso había sido esposado y que le habían colocado un cepillo de dientes para que no se mordiera la lengua.

“Son cosas que deben de averiguarse y por eso es importante que nosotros podamos tener el informe de Medicina Legal de la autopsia que se le realizó”, explicó Melara.

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