La historia del abuelo de Trump: inmigrante, deportado y víctima de la gripe española
Ni la muerte de su abuelo en la pandemia de 1918 habría sensibilizado al presidente Trump sobre los casi 100,000 muertos que ha dejado el coronavirus en el país
La historia de Frederick Trump, un inmigrante que llegó a Estados Unidos en 1885 a la edad de 16 años procedente de Alemania, que fue deportado de su propia patria por no cumplir con el servicio militar y que murió víctima de la gripe española en 1918, es el reflejo de lo que hoy en día su nieto parece menospreciar: la vida del inmigrante, la muerte en la pandemia.
Es la historia del abuelo del presidente Donald Trump que como inmigrante logró salir adelante en este país hasta fundar un imperio inmobiliario que muchos años después el nieto cómodamente heredó.
Pero para el presidente Trump ese pasado le sería indiferente al implementar políticas que atacan, persiguen y rechazan a quienes como su abuelo vienen a este país en busca de un futuro mejor.
Lo que vivió su antepasado cuando fue expulsado de su patria aparentemente no causa sensación alguna en el presidente que enfáticamente ordena más y más deportaciones que separan a las familias.
Y ni siquiera la enfermedad que mató a su abuelo en la pandemia de 1918 estaría provocando en el presidente cierto grado de empatía por las familias de los casi 100,000 muertos que en Estados Unidos ha dejado el coronavirus, como lo reflejan sus declaraciones de autoelogio: “hemos hecho un grandioso trabajo”, dice con un afán de minimizar el problema mientras el país atraviesa por una de las peores crisis de la historia.
Un pasado indiferente
El abuelo inmigrante
Como muchos inmigrantes en este país que logran salir adelante, Frederick Trump empezó trabajando como peluquero en Nueva York y en el año de 1891, con el dinero que había ahorrado se mudó a Seattle, Washington, y compró un restaurante que también operaba como prostíbulo, según relata la escritora Gwenda Blair en el libro biográfico “Los Trump: Tres generaciones que construyeron un imperio“.
En 1892 se naturalizó como ciudadano estadounidense y dos años después empezó a comprar terrenos en Washington, un estado de reciente creación en el que inició su carrera en bienes raíces y donde la especulación de la tierra le dejó muy buenas ganancias en medio de la fiebre del oro que se contagiaba de California.
Después abrió otro restaurante en Canadá y sus inversiones en la minería lo convirtieron en un hombre adinerado, fue así como en 1901 regresó a Alemania y al año siguiente se casó con Elisabeth Christ con quien regresó a vivir a Nueva York, donde en abril de 1904 nació su primera hija Elizabeth.
Pasaporte para naturalizado
Deportación y muerte
Ese mismo año tramitó su pasaporte para viajar con su esposa e hija a su pueblo natal de natal de Kallstadt, en el entonces estado alemán del Reino de Bavaria, cuyas autoridades lo acusaron de haber emigrado cuando era adolescente para evitar el servicio militar y por lo que le retiraron la ciudadanía.
En febrero de 1905 las autoridades alemanas emitieron la orden de deportación, le dieron ocho semanas para que saliera del país y aunque por varios meses peleó su caso tuvo que abandonar su patria y regresar a Nueva York en junio de ese año. Cuatro meses después nacería su hijo Fred Trump, padre del actual presidente.
El abuelo del presidente Trump murió el 30 de mayo de 1918 un día después de que enfermera de forma repentina mientras paseaba con su hijo Fred. Le habían diagnosticado neumonía, pero resultó ser uno de los primeros casos de gripe española que en esa época causó millones de muertes en todo el mundo.