Cinco falsedades en los ataques de Trump al voto por correo, que será clave en noviembre
A pesar de rechazar la práctica en público, el presidente vota por correo
Por Juliana Jiménez J.
El presidente, Donald Trump, amenazó este miércoles con retener fondos federales a Michigan y Nevada por sus planes de expandir la votación por correo en las elecciones de noviembre. Trump alegó que esto fue hecho “ilegalmente y sin autorización” y sugirió, sin mostrar evidencias, que sería usado para cometer fraude electoral.
Varios estados se están preparando para multiplicar hasta 10 veces sus operaciones de voto por correo, dado que hacerlo en persona representa un riesgo de contagio del coronavirus que puede poner la vida en peligro.
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El COVID-19 se transmite en su mayoría por gotas de saliva que se expelen al hablar, toser o estornudar. Esas gotas caen en nuestras manos y con ellas tocamos superficies que otros pueden tocar y a su vez llevarse a ojos, nariz o boca. Eso incluye las superficies de las cabinas de votación, bolígrafos o papeletas, que pueden tocar cientos o miles de personas en un día de votación.
También los espacios cerrados donde se concentre gente, como recintos de votación, presentan un alto riesgo de contagio, han explicado los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).
Pero los esfuerzos por expandir la votación por correo han sido respondidos por Trump con advertencias erróneas de que conllevarán más fraude.
No se están enviando “boletas para votar por correo”
Trump dijo en un mensaje en la red social Twitter que Michigan está enviando “boletas en ausencia” a 7.7 millones de votantes.
Esto no es cierto: los estados le enviarán por correo a todos los votantes registrados una aplicación para votar en ausencia (también llamado votación por correo): no es que enviarán las boletas de votación en sí.
“Se hizo ilegalmente y sin autorización de una secretaria de Estado insubordinada. ¡Voy a pedir que le retengan los fondos a Michigan si quieren seguir este camino de Fraude Electoral!”, añadió el presidente.
También atacó a Nevada: “Piensan que pueden enviar boletas de votación ilegales por correo, creando un gran escenario de fraude electoral en el estado y en EEUU. ¡No pueden! Si lo hacen, yo creo que puedo retener fondos al estado. Perdón, pero no deben hacer trampa en las elecciones”.
Trump luego se corrigió, lo que poco habitual, y borró el primer mensaje. Lo reemplazó por otro igual que añadía “aplicaciones de boletas en ausencia”, en vez de solo “boletas en ausencia”. Nunca se retractó ni reconoció la diferencia.
La secretaria de Estado de Michigan le respondió: “¡Hola! También tengo nombre, es Jocelyn Benson. Y enviamos aplicaciones, no boletas. Al igual que mis colegas republicanos en Iowa, Georgia, Nebraska y Virginia Occidental”.
No se hizo “ilegalmente y sin autorización”
Tampoco es cierto que la secretaria de Estado de Michigan tomara la decisión por su cuenta, “sin autorización” o de manera ilegal.
El 67% de los ciudadanos de ese estado aprobaron que se les enviara esa aplicación o solicitud para votar en ausencia en un referendo en 2018.
Antes de esto, las leyes de Michigan ya permitían votar por correo sin tener que dar una razón para ello (en otros estados sí es obligatorio eso).
El voto por correo no conduce a más fraude electoral
“No hay un fraude electoral generalizado por votar por correo, simplemente no es verdad, no hay datos ni evidencia de que lo haya”, explica Amber McReynolds, una de las principales expertas en este tipo de votación y en elecciones durante un seminario organizado por ProPublica.
En los últimos 20 años, McReynolds y sus colegas han detectado sólo 143 casos de fraude de votación (cuando un votante lo comete).
“Incluso las organizaciones que son citadas usualmente [para apoyar la idea de que hay fraude], como The Heritage Foundation, no tienen ningún tipo de documentación de que exista de manera amplia y arraigada”, agrega McReynolds, quien está al frente del Instituto Vota Desde Casa (Vote at Home Institute) y fue directora de elecciones de Denver (Colorado) por 14 años.
Para McReynolds, los planes de Michigan son algo positivo para los votantes y para fortalecer la democracia y las elecciones en Estados Unidos.
“Es algo que realmente los va a poner en la delantera en términos de prepararse para noviembre, para evaluar lo que los votantes están escogiendo hacer”, dijo, “y creo que es una manera genial de lograr que esta aplicación este disponible para todos los votantes de Michigan, darles esa opción, darles esa información de frente”.
Este tipo de esfuerzos pueden adelantarse al “tsunami de información electoral” que llega a la hora de la elección, asegura McReynolds, porque “ayuda a los oficiales electorales en particular a seguirle el paso a ese volumen [de datos], especialmente cuando se hace temprano”.
Estas iniciativas no son nuevas ni son únicas
Este es el mismo proceso que llevaron a cabo los secretarios de Estado de Georgia, Iowa, Nebraska y Virginia Occidental.
“No estoy segura de por qué Michigan fue atacado de esta manera cuando ha habido otros que han estado haciendo esto”, dice McReynolds. “Sí es extraño que fueran sólo las secretarias de Estado de Nevada y Michigan… Ambas son mujeres, los otros todos son hombres, quizás sea por eso”, añadió entre risas, “pero ellas fueron extrañamente señaladas”.
Trump tiene un apoyo sólido en Georgia, Iowa, Nebraska y Virginia Occidental, pero Michigan se considera un estado péndulo (swing state, en inglés), dividido entre republicanos y demócratas. Son esos territorios donde los candidatos suelen invertir más atención, tiempo y dinero.
Millones votan por correo sin problema desde hace un siglo. Trump es uno de ellos
La votación por correo ha sido legal en Estados Unidos desde hace más de un siglo, cuando se le permitió a los soldados durante la Guerra Civil hacerlo desde los campos de batalla. Desde 1860, cada vez más estados facilitan una práctica que sirve también a los estadounidenses en el extranjero.
[La votación por correo y otros desafíos de elegir un presidente en un año de pandemia]
Trump votó por correo en las primarias presidenciales republicanas de Florida este año, y lo hizo también en Nueva York en los comicios para la alcaldía en 2017 y en las elecciones de medio mandato de 2018.
No es la primera vez que Trump hace falsas acusaciones de fraude electoral
Trump ha impulsado desde hace años teorías conspirativas sobre fraude electoral sin aportar pruebas. Sobre las elecciones que le llevaron a la Casa Blanca en 2016, dijo que tres millones de inmigrantes indocumentados votaron por su rival demócrata, Hillary Clinton, en California.
Trump ganó la mayoría de los votos del colegio electoral, pero Clinton ganó la mayoría del voto popular, con una ventaja precisamente de tres millones de votos. El presidente creó una comisión para investigar este presunto fraude, que se cerró rápidamente sin encontrar evidencia alguna; las autoridades estatales y judiciales tampoco han hallado pruebas de fraude masivo.
Parte de un conflicto partidista
Trump ha criticado en numerosas ocasiones a la gobernadora de Michigan, la demócrata Gretchen Whitmer. El estado se ha convertido en el campo de batalla político además por su respuesta a la pandemia.
Cientos de manifestantes, algunos armados con rifles de asalto, han protestado incluso dentro del capitolio estatal contra las medidas para prevenir el contagio del COVID-19, que, como en la mayoría del país incluyen el cierre de negocios no esenciales. Whitmer ha recibido tantas amenazas creíbles de muerte que han limitado las protestas en el capitolio.
Las últimas encuestas muestran a Joe Biden, el contrincante demócrata de Trump, ganándole por 5.5 puntos en Michigan, según Real Clear Politics.