Vecina recuperada del coronavirus denuncia acoso para desalojar su apartamento
Asegura que el dueño la hostiga sin importarle que se quedó sin empleo y que apenas salió de la enfermedad
Arely Sotelo denunció que el dueño del departamento que renta en el barrio de Van Nuys de la ciudad de Los Ángeles, la acosa y presiona para que desaloje, aún cuando ella apenas se recuperó del coronavirus y no tiene un empleo.
Además dijo que los vecinos, entre quienes estaba la hija del casero, la agredieron cuando estuvo enferma del COVID-19, por presuntamente no salir protegida.
“Yo sí quisiera dejar el departamento porque ya no aguanto tanto acoso, pero no tengo trabajo ni dinero para mudarme”, dice.
Arely de 50 años de edad, precisa que lleva entre tres y cuatro años que renta un departamento de una recámara en Van Nuys por el que paga 1,400 dólares cada mes.
“Conmigo vivían mi hija, su novio, y mi hijo de 17 años. Ellos ya se salieron porque no resistieron tanto hostigamiento”, cuenta.
Los problemas para esta madre comenzaron el 10 de febrero, cuando el casero le entregó un aviso para desocupar en 60 días. La Opinión tiene una copia de dicha notificación.
Sin embargo, Arely dice que en abril empezó a tener síntomas del COVID-19, dolor de cabeza, huesos, garganta y pecho así como fiebre y tos. “Me hicieron el examen del coronavirus; y el 18 de abril me dijeron que resulté positiva”.
También entregó a La Opinión una copia de la prueba que arrojó que tenía la enfermedad.
Platica que cuando estaba tirada en la cama, víctima de la pandemia, el arrendatario le llamó para recordarle que debía desocupar el apartamento.
“Yo solo le contesté que sí. No tenía ánimos para nada”.
Tres o cuatro semanas después del diagnóstico positivo, Arely regresó a hacerse un segundo examen que reveló que para el 3 de mayo ya no tenía el virus. La Opinión tiene una copia del resultado negativo.
Comenta que a partir de que enfermó, ya no pudo regresar a su trabajo de niñera ni tampoco consiguió pagar la renta del mes de mayo, pero asegura que sí dio la del mes de abril.
Y por recomendación de la clínica donde la atendieron, afirma que tuvo que mandar un aviso a sus vecinos para informarles que estaba enferma del coronavirus.
“Cuando salí para hacer el segundo examen, la hija del propietario y otra vecina, me agredieron a insultos, diciéndome ‘por qué no me estaba protegiendo y los estaba exponiendo’, cuando yo llevaba mi mascarilla”.
El colmo ocurrió la semana pasada cuando relata que tuvo que llamar a la policía, porque el arrendador le quitó las chapas a la primera puerta de acceso a su departamento.
“Casi puedo asegurar que se metió para revisar cómo estaba el departamento. Y me ha estado amenazando constantemente de que ya no voy a poder entrar, y que le haga como quiera”.
Confiesa que se siente toda estresada. “Yo sí quiero salirme porque no quiero vivir aquí con miedo, pero no tengo dinero para pagarle su renta ni para alquilar otro departamento. Si tanto le urge, que me dé dinero para irme. No estoy aquí por gusto”.
Añade que incluso el propietario le cortó la luz del baño y de la recámara hace unos días. “Tuve que mandarles un texto para que la reinstalaran. Puso también un letrero de renta afuera, cuando yo todavía no he dejado el departamento”.
En marzo, debido a la contingencia sanitaria, la ciudad de Los Ángeles autorizó una moratoria a los desalojos de vivienda; y dio a los inquilinos hasta 12 meses para pagar la renta, a partir de que se levante la emergencia por el coronavirus.
La otra versión
Antonio Serna, dueño del departamento donde vive Arely, dice que le pidió el departamento porque es un inquilina que nunca ha vivido en el lugar . “Quienes vivieron ahí era la hija y el yerno. Jamás me quiso dar la información de ellos. Ella vive con su novio, y solo recientemente de madrugada metió un colchón”.
Señala que Arely nunca le ha mostrado ninguna carta de su patrón que indique que se quedó sin empleo ni ningún documento que pruebe que contrajo el coronavirus. Aunque reconoce que hubo una riña con su hija, cuando le dijeron que si estaba infectada, se protegiera.
“Por lo menos me debería dar la mitad de la renta. Se está burlando de nosotros”, dice el casero quien reconoce que sí le removió las chapas de la puerta.
Aumentan las riñas
De acuerdo a un reporte del sitio de noticias Crosstown de la Universidad del Sur de California (USC) Annenberg, los enfrentamientos entre inquilinos y dueños de vivienda de alquiler en Los Ángeles, se dispararon en 300% en los últimos dos meses, debido al desempleo provocado por el coronavirus que ha impedido que muchos no puedan pagar sus rentas.
Daniel M. Yukelson, director de la Apartment Association of Greater Los Angeles, la cual representa a más de 10,000 arrendadores, comentó en una entrevista reciente con este diario, que inquilinos y dueños de vivienda de alquiler están en el mismo barco.
“La crisis del coronavirus nos ha estresado a todos, y nos ha dejado con el temperamento muy corto”.