Cómo continuar con las vacunas infantiles en tiempos de pandemia
Debido a la pandemia, muchos centros de salud no pueden ofrecer las vacunas
En estos tiempos los centros de salud están avocados a atender la crisis que ha generado la pandemia provocada por el COVID-19. En muchos casos, los servicios de asistencia fueron suspendidos, incluyendo el de vacunas infantiles.
Sin embargo, este sigue siendo un control médico fundamental para preservar la salud de los más pequeños. Entonces, ¿cómo podemos continuarlas?
Informarse sobre los centros de salud
Según un artículo de la Asociación Española de Pediatría, en muchos lugares hay restricciones para salir. Por eso es importante informarse primero antes de ir directamente a un centro de salud. En muchos casos, estos están cerrados y están atendiendo casos prioritarios relacionados con la emergencia de la pandemia.
Así que llamar al centro de salud es necesario para saber si está funcionando. En caso de ser así, hay que tomar las previsiones necesarias para proteger a los pequeños. En lo posible, hay que evitar la exposición innecesaria.
Aunque se pueden postergar las vacunas, es posible que haya algún centro asistencial donde se apliquen. Luego, cuando la emergencia pase, es necesario estar atentos para saber cuál será el nuevo procedimiento para implementarlas.
Recomendaciones
Si bien es cierto que para muchas personas, incluyendo los niños pequeños, las vacunas son importantes y necesarias, en estos momentos la prioridad es atender los casos de COVID-19. Por eso es importante mantener la calma.
Consultar con el pediatra es una buena opción para mantenerse informado sobre la situación. Postergar las vacunas no tendrá repercusiones mayores en la salud de los pequeños, y la postergación solo será hasta que pase la emergencia.
La información es importante. Por eso, asegurarse de su procedencia y veracidad es fundamental para no causar zozobra. Por eso, no hay que difundir información que no tenga ninguna fuente confiable.
Por último, proteger a la familia es tarea de todos. Lavarse las manos, evitar contacto físico y respetar las reglas impuestas para proteger a la sociedad pueden ser una gran diferencia entre la salud y la enfermedad. Así que, en estos tiempos, a menos que ocurra una emergencia, lo mejor es tener paciencia y calma.