Uno de cada cuatro trabajadores ha solicitado ayudas del desempleo
2.13 millones de trabajadores se unieron al desempleo la semana que acabó el 23 de mayo
La semana que acabó el 23 de mayo 2.13 millones de trabajadores solicitaron por primera vez el seguro de desempleo. Es decir, pese a que los estados están empezando a abrir sus economía se sigue destruyendo empleo.
Mark Hamrick, analista senior de Bankrate explicaba en un comunicado por la mañana que esta es una de las pruebas de que la economía se mantiene “virtualmente en la unidad de cuidados intensivos”.
Esta es la décima semana en la que las peticiones iniciales de ayuda al desempleo sigue siendo millonaria aunque es la octava consecutiva en la que la tendencia se mantiene a la baja.
Por comparar, el año pasado en estas mismas fechas 218,000 trabajadores solicitaban este beneficio.
Desde que empezó la pandemia algo menos de 41 millones de trabajadores se han visto forzados a solicitar esta ayuda monetaria a falta de un puesto de trabajo debido a las medidas de cierre de la economía para combatir el avance del COVID-19. En total, prácticamente uno de cada cuatro trabajadores.
La progresiva apertura de la economía junto con el hecho de que algunos de los despidos eran temporales está, no obstante, ayudando a rebajar la necesidad de estas ayudas a lo largo del tiempo. Las solicitudes continuadas de desempleo, las de personas que llevan al menos dos semanas solicitando el seguro de desempleo se han ido rebajando y hace dos semanas había 21.05 millones de personas que cobraban esta ayuda.
Desde Oxford Economics se recuerda que esta cifra es volátil, por cómo la reportan los estados, y viene con una semana de retraso. Los economistas de esta organización recuerdan otra perspectiva, durante la semana que acabó el 9 de mayo había tres veces más personas cobrando esta ayuda que en el peor momento de la Gran Recesión de 2008.
Se espera que en las próximas semanas se vaya rebajando estas cifras con la continuada apertura de los negocios y actividades. Es algo que está ocurriendo pese a que en muchos estados la curva de contagios y fallecidos no se ha dado la vuelta hacia abajo o está repuntando.
El desempleo en abril afectó al 14.7% de la población activa y al 18.9% de los latinos. Oxford Economics calculaba que con los datos que se tienen ahora se puede aventurar que haya otros seis millones de desempleados más en las estadísticas del Bureau de Trabajo y que la tasa se quede en el 20%.
El PIB, peor de lo estimado
La economía de EEUU cerró el primer trimestre del año peor de lo inicialmente estimado y no se espera una recuperación inmediata de ello, más bien un escenario peor entre abril y junio.
Según las cifras revisadas de la evolución del PIB la contracción entre enero y marzo fue del 5% y no del 4.8% que se calculó por el departamento de Comercio hace un mes.
Las inversiones de las empresas han sido peor de lo que se contabilizó antes y ha profundizado la caída.
Las ganancias corporativas han caído a un ritmo anual de 8.5% dado el colapso en ventas y facturación. Es un territorio complicado este para muchas empresas y de hecho Adam Ozimek, economista jefe de Upwork compartía en un tuit la idea de que si en este momento están desapareciendo aún millones de empleos no es solamente porque haya despidos temporales sino porque algunas empresas están cayendo y cerrando o rebajando su actividad.
Cambios en el PPP
A pesar de que las cifras del deterioro son incontestables en Washington el paquete fiscal Heroes Act sigue atascado en el Senado.
Donde hay más avances es en algunos de los ajustes que se están haciendo al PPP, el Paycheck Protection Program que son créditos de bajas tasas para pequeñas empresas parcialmente perdonables.
El primero de estos ajustes es que se han transferido $10,000 millones para Instituciones Financieras de Desarrollo Comunitario o CDFI. Estas organizaciones son las que más cerca están de los micronegocios y los que pertenecen a empresas lideradas por minorías e inmigrantes.
El segundo de los cambios llega de mano de los plazos del PPP. Se amplia la cobertura original del préstamo de ocho a 24 semanas y el plazo para recontratar a trabajadores hasta finales de año. Son dos extensiones que permiten que una mayor parte del crédito no se tenga que devolver.