‘Me tocó ver cómo saqueaban mi negocio’
Dueños de establecimientos latinos sufren pérdidas debido a actos vandálicos el fin de semana
Félix Carroda, beneficiario de la Acción Diferida de los Llegados en la Infancia (DACA), dijo que cuando era más joven y trabajaba como mecánico con su padre conoció el Jiu Jitsu.
Su interés creció tanto, ya que este deporte le enseñó más sobre disciplina, que con mucho esfuerzo él y su socio, Chai Sirisute, inauguraron en 2017 el gimnasio 10th Planet Jiu Jitsu en Long Beach.
No obstante, el negocio no fue solo afectado severamente por la pandemia, sino también quedó en cenizas tras los disturbios de este pasado fin de semana.
“Nosotros nunca nos imaginamos que esto nos pasaría. Pensábamos en robos, en la falta de pago por si no venían suficientes alumnos pero nunca una destrucción total”, indicó el Dreamer de raíces mexicanas.
10th Planet Jiu Jitsu fue uno de varios negocios incendiados el último domingo por la noche, después que decenas de agitadores violentos incendiaran un negocio de ropa adyacente que se propagó por toda la cuadra.
Carroda dijo que esa noche un amigo le mandó un mensaje para decirle que viera las noticias.
“En cuanto vi que era [mi] negocio fue muy feo porque yo estaba en Los Angeles y no podía salir por el toque de queda. Le mandé mensaje a mi socio y él estaba quebrantado”, recordó el Dreamer.
“Nuestro bebé [el gimnasio] que tanto nos había costado levantar estaba en problemas y no podíamos hacer nada”.
Agregó que las imágenes que veía eran surreales y ver su trabajo de años hecho cenizas fue devastador. Al día siguiente llegó temprano y vio el lugar destruido en un 100%.
El gimnasio estaba pautado para abrir nuevamente a inicios de junio. “Cuando lo vi en persona traté de contener las lágrimas”, indicó Carroda.
Icono del centro de Los Ángeles destruido
Oscar Naranjo, dueño de International House of Music —un establecimiento ubicado en el centro de Los Ángeles— es uno de los lugares favoritos para los músicos natos, principiantes y hasta los profesionales.
El hombre contó que el negocio, también conocido como “la casa del perro” por tener una estatua de un perrito en la entrada, estuvo por 60 años sobre la avenida Broadway hasta 2019 cuando ya no pudieron renovar el contrato de arrendamiento.
En septiembre del año pasado, se mudaron unas cuadras atrás, al 821 S. Los Angeles Street.
“Apenas estábamos pasando el caos del cambio con la mudanza y llegó el coronavirus”, dijo Naranjo, quien al igual que muchos otros negocios “no esenciales” se vio obligado a cerrar sus puertas.
Apenas el jueves pasado, tras una reapertura cuidadosa, comenzaron a dejar entrar a la gente a comprar con las medidas necesarias.
Pero poco imaginaba, que el sábado por la noche su negocio sería uno de varios que fueron saqueados por un grupo que supuestamente realizaba protestas en nombre de George Floyd, el hombre afroamericano que murió a manos de la policía en Minneapolis.
“Los que monitorean las cámaras del negocio me llamaron como a las 10:30 de la noche… Me tocó ver cómo estaban saqueando mi negocio. Se veía como echaban los instrumentos a los carros”, dijo Naranjo. “Eso es un sentimiento tan feo, es algo que no se lo deseo a nadie”.
Agregó que llamaron a la policía, quien llegó en casi 25 minutos, pero para ese tiempo el daño irreparable ya estaba hecho.
“Se llevaron todos los acordeones, guitarras y bajos… Tenemos instrumentos de $6,000 y $8,000. Se llevaron mezcladoras de música que son caras”, contó el propietario.
Destruyendo patrimonios familiares
Tanto Naranjo como Carroda dijeron que no les molestan las protestas pero se les hace injusto que haya daños colaterales.
“Cuando hacen esto destruyen el patrimonio de muchas familias, de nuestros empleados. Al afectarnos nos dejan sin nada”, dijo Naranjo.
“Entendemos el enojo [ de la comunidad] pero lo que están haciendo es debilitar nuestra economía, nuestros negocios”.
Ambos dijeron que suena fácil decir que las compañías de seguro se harán cargo de los gastos pero en muchos casos no es así.
Carroda dijo que su seguro del negocio no cubre incendios por lo tanto no recibirá nada. Compañeros y amigos se dieron a la tarea de crear una página en una página GoFundMe para recaudar fondos.
“Pero de todos modos las medallas de prestigio que solo te dan una vez, los cinturones, los certificados. Todas estas cosas sentimentales jamás se podrán recuperar”, dijo Carroda.
Naranjo agregó que aunque pusieron protección en la entrada el domingo pasado, los vandalos intentaron entrar de nuevo pero ese día habían personas adentro cuidando.
Debido a esta situación él no ha llamado a su compañía de seguros para evaluar los daños porque no sabe si ese fue el final o regresarán.
“Los resultados siempre varían de negocio a negocio. Algunos no tienen [seguro], otros tienen cláusulas. Las aseguranzas siempre tratan de defenderse y pagar lo menos posible”, dijo Naranjo. “Es mentira que se hacen cargo de todo”.
Ambos dijeron que pese al daño hecho se levantarán porque como latinos, inmigrantes y trabajadores saben que no les queda de otra.
“Las familias hispanas somos familias sufridas. No tenemos los recursos para quedarnos sentados y lo único que nos queda es seguir buscando cómo salir adelante”, aseguró Carroda.