Educación: la alegría de los niños en los albergues de Tijuana

Un plan de estudios y donaciones de computadoras, ayudan a que la espera para un asilo en EEUU sea menos angustiante

Los menores llevan por ahora clases de computación, matemáticas, inglés  y de español. / fotos: suministradas.

Los menores llevan por ahora clases de computación, matemáticas, inglés y de español. / fotos: suministradas.  Crédito: Cortesía

Stacy Isabel tiene 11 años de edad y desde hace un par de semanas se levanta con mucha emoción cada mañana en un refugio de Tijuana, México, para desayunar, arreglarse e ir a clases.

“Nunca la había visto tan feliz”, dijo a La Opinión Ginna Zelaya —madre de la niña.

“Se despierta contenta porque sabe que un rato después van a comenzar sus clases y ella misma ve que está aprendiendo muy rápido”.

Ambas llegaron a Tijuana desde Honduras hace un año y la madre indica que “esta ha sido la mejor temporada”, ya que Stacy Isabel ya quedó inscrita en un programa en el que aprende lo que hasta hace poco no era siquiera un sueño que practicara: computación, inglés, español y matemáticas.

Una luz en la incertidumbre

Desde que la pandemia llegó a Estados Unidos, las audiencias en las cortes de migración quedaron suspendidas y miles de migrantes como Ginna y su hija quedaron varados en refugios a lo largo de la frontera sin saber cuándo tendrán una siguiente oportunidad.

Ginna dijo que por las clases que toma Stacy Isabel “la espera ya no es tan pesada… Saber que está aprovechando tanto el tiempo, ha sido una bendición”.

Las clases son parte de un proyecto que busca proporcionar a los niños migrantes en la frontera “acceso a una educación que les cambie la vida”, de acuerdo con Tom Wong, de la Universidad de California en San Diego (UCSD), quien tuvo la idea original.

Wong dirige el Centro de Política de Migración Estadounidense en UCSD y hace unos meses encargó a los universitarios una encuesta sobre la situación y las necesidades de los migrantes en los refugios en Tijuana.

La investigación reveló que en la espera prolongada por las peticiones de asilo, la falta de educación de los niños era una de las necesidades más sentidas de las familias.
Stacy cursaba en Tegucigalpa, Honduras, el quinto grado cuando tuvo que huir con su mamá, debido a amenazas.

Durante un año la niña había vivido en un refugio en Tijuana donde tenía al menos albergue, alimentos y seguridad, pero sentía que pasaba el tiempo sin que retomara su educación.

Las menores reciben clases a diario.

Unidos para un cambio

Wong comentó por escrito que “somos testigos de una generación perdida de niños solicitantes de asilo en nuestro patio trasero, porque muchos [menores migrantes] no pueden acceder al sistema educativo en México”.

Pero a mediados de abril, al concluir la investigación, el centro que dirige Wong se asoció con el albergue Espacio Migrante —el único lugar que tiene en el segundo piso el refugio y en la primera planta, un centro cultural.

El plan incluyó al grupo CreatePurpose, que proporciona educación a menores huérfanos y de comunidades vulnerables.

El equipo de universitarios de Wong identificó y adecuó especificaciones tecnológicas; mientras que Espacio Migrante acondicionó un área que se convirtió en una amplia aula limpia y despejada, y CreatePurpose asignó a los profesores.

“Mi centro tenía los recursos, Espacio Migrante tenía el espacio y el deseo de ayudar, y CreatePurpose tenía el plan de estudios”, dijo Wong en declaraciones escritas.

Paulina Olvera Cáñez, fundadora de Espacio Migrante, platicó que el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) entregó el 26 de mayo un lote de 24 computadoras portátiles para iniciar el proyecto.

“Nuestra idea original fue incluir a los niños de otros refugios cercanos, como los de familias centroamericanas en Juventud 2000”, que se ubican a unas tres millas de distancia, “pero se atravesó la crisis de salud y no han podido asistir”.

El plan inició con escasos menores que hay en Espacio Migrante, con maestros especializados de CreatePurpose, quienes enseñan de manera divertida.

A finales de mayo, ACNUR donó 24 computadora para la educación de los menores en la frontera.

Además, un asistente en el refugio está pendiente continuamente por si los profesores en esta etapa de enseñanza remota necesitan algo.

Nick Sandoval, el fundador de CreatePurpose, explicó que “al igual que los niños en orfanatos, los niños que buscan asilo se enfrentan a muchos de los mismos desafíos, sobre todo a la falta de acceso a la educación”.

Pero aún con un grupo pequeño, para Paulina Olvera lo importante es que el proyecto inició y los resultados, a tan solo semanas de empezar, comienzan a verse.

“Ver feliz a Stacy Isabel también me hace feliz a mí”, dijo la señora Ginna Zelaya. “Salimos de nuestro país para escapar en busca de una mejor vida, significa mucho que ella esté aprendiendo así”.

Paulina Olvera comentó que el plan todavía requiere de conectores, cables, routers, porque las computadoras solo se podrán conectar por Internet con cables físicos, sin wiFi.

“Quienes quieran ayudarnos en este proyecto o a las familias migrantes durante la pandemia, todo apoyo es bien recibido”, indicó.

Para hacer alguna colaboración con este proyecto o con las familias en el albergue Espacio Migrante, puedes visitar: paypal.me/EspacioMigranteMXN

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