Bienvenidos a la nueva normalidad en California
Después de tres meses, las autoridades le dieron prioridad a la economía y han dejado la salud en tus manos
Esta semana se anunció que los casos del COVID-19 en California se han duplicado en solo un mes. Subieron de 64,000 personas infectadas el 9 de mayo a 133,489 el 9 de junio.
Las estadísticas en Los Ángeles no eran más alentadoras, el condado reportaba el miércoles que 1,275 personas se habían infectado en las últimas 24 horas y que 61 habían perdido la vida
Recordemos también que esta misma semana se rebasaron los 2 millones de enfermos en EE.UU. Somos el epicentro mundial del virus con 113,000 muertes, muy cerca de los 117,000 soldados estadounidenses que murieron en la Primera Guerra Mundial.
Encima, Anthony Fauci, director nacional del Instituto de Alergias y Enfermedades Infecciosas, y asesor del presidente Trump, dijo hace unos días que la pandemia del coronavirus era su ‘peor pesadilla’, que en cuatro meses ha devastado al mundo y que está lejos de haber terminado.
Un informe de la Universidad de Harvard indica que el número de estadounidenses, infectados y muertos, se podría duplicar para finales de septiembre. Y en el mundo los expertos consideran esta semana como la peor de la pandemia, con 7 millones de infectados, encabezados por Estados Unidos, Brasil y Rusia.
Y Barbara Ferrer, directora de salud del condado de L.A. advirtió que “aún hay mucho riesgo”. Pero simultáneamente anunció la reapertura de gimnasios, hoteles, arenas, piscinas, museos.
Mientras tanto, un gran número de angelinos nos preparamos para regresar a la calle como si no pasara nada. En todo el condado autoridades y empresarios ultiman los detalles para la gran reapertura de hoy [viernes]. Hasta Disneyland, donde difícilmente se podrían evitar las aglomeraciones, anunció que el 17 de julio abrirá sus puertas.
Posiblemente la peor parte de esta tendencia se la llevarán los trabajadores. Un gran número de los empleados esenciales son de las minorías étnicas. Muchos no tienen seguro. Muchos están en riesgo de enfermar.
El mundo vuelve a la normalidad mientras repuntan los contagios en las comunidades de color. Hasta en el transporte público, muchas personas tendrán que incrementar sus precauciones cuando los buses y vagones del Metro se llenarán de trabajadores con la Fase 3 establecida.
José Ubaldo, vocero de Metro, dijo que la mascarilla es requerida, pero no obligatoria en el transporte. Ubaldo pidió a todas las personas que apliquen su sentido común para mantenerse a cierta distancia del siguiente pasajero.
La Fase 3 no pudo empezar en un peor momento. Se espera que un 70% del mercado regrese a sus labores, al tiempo que se registra un ligero repunte en contagios y muertes reportados.
Las autoridades consideran que “es prematuro” afirmar que ese repunte de víctimas del coronavirus se debe a la reapertura de centros comerciales, playas e iglesias hace unas semanas. Pero el número de víctimas continúa subiendo. Y podría subir aún más con la apertura de nuevos negocios y la gente deseosa de regresar a la ‘nueva normalidad’.
También el reto será para personas de la tercera edad o personas con enfermedades que los ponen en riesgo. Aunque se queden en sus casas, si es que no tienen que trabajar, si un miembro de la familia sale a la playa, a un centro comercial o el gimnasio, esa persona podría llevar el virus al hogar y con ello seguir expandiendo el contagio.
El 19 de marzo el gobernador de California firmó una orden ejecutiva para obligar a los californianos a permanecer en el hogar. Ese día, los medios anunciaban que 40 nuevos casos se habían reportado en el condado de Los Ángeles, y una segunda persona había muerto.
¿Y ahora? El condado anunció 1,275 nuevos casos y 58 muertes en tan solo las últimas 24 horas. Y enfatizó que el 93% de los fallecidos padecía un problema de salud subyacente. O sea que la situación es mucho peor ahora, que le piden a la gente que abra sus negocios y a los que no tienen, que vayan a trabajar, decisión totalmente opuesta a la orden del 19 de marzo.
No se entiende ni hay lógica en los números y las decisiones. La única conclusión posible es que la salud de los mercados y la economía prevalecieron ante la salud de los estadounidenses. Nada les importa más que rescatar a la economía, aunque les cueste la vida a miles de personas.
Es por eso que, por ahora, lo único que les recomendamos es extremar las precauciones en casa, en el trabajo o en los lugares públicos. Siempre usar una mascarilla y tratar de guardar la sana distancia, pero si se están enfermos, por favor, no salgan de casa.
Agustín Durán es editor de Metro de La Opinión.