¿Cómo pueden limpiadoras y empleadas domésticas volver al trabajo con seguridad durante la pandemia?
La protección al coronavirus puede suponer gastos añadidos para estas trabajadoras que el empleador debería solventar
Las limpiadoras y empleadas domésticas se exponen a un gran riesgo de contraer el coronavirus al ir a trabajar a diferentes hogares donde, al ser espacios cerrados, se concentran los gérmenes de quienes viven allí.
Para reducir la exposición de sus trabajadoras, los empleadores deben poner a su disposición mascarilla y guantes, abrir las ventanas para airear la casa al máximo, resolver los retos que pueda suponerle el transporte y ofrecerle licencia por enfermedad remunerada.
“Los trabajadores esenciales que están en contacto frecuente con otras personas son lo que tienen más posibilidad de enfermarse, no sus clientes”, tal y como indica Shan Soe-Lin, profesora de la Universidad de Yale a The New York Times.
Tanto para las limpiadoras de hogar como para los técnicos de reparación y otras actividades que no requieran contacto humano, lo ideal es estar solas en la casa donde trabaja y mantener abiertas al máximo todas las puertas y ventanas para mejorar la ventilación, indica Linsey Marr, científica de aerosoles en Virginia Tech.
Si estas personas no pueden abandonar la vivienda, tendrían que permanecer en una habitación separada o en una parte de la casa en la que no se vaya a desarrollar el trabajo para evitar el contacto físico entre personas.
Es importante llevar guantes y mascarilla todo el tiempo que esté en la casa, excepto cuando la actividad que se esté desarrollando lo impida. Los guantes evitan llevarse las manos la cara tras haber tocado una superficie contaminada.
Los empleadores también deben informar a sus trabajadores si tienen profesiones de riesgo y ser honestos con su estado de salud, así como con el resultado de las pruebas de coronavirus. Una buena comunicación en ambas direcciones hará que todos estén más seguros.