Hasta $1,000 de multa en LA para vendedores ambulantes sin permiso
La medida se se aplica para quienes ofrecen comida; se busca cuidar la salud de los clientes durante la pandemia
Caridad Vázquez ha sido vendedora ambulante de comida por más de 15 años en Boyle Heights pero desde el brote del coronavirus, no ha podido trabajar.
Cuenta que tenía la esperanza de poder vender pronto, después de escuchar que el condado de Los Ángeles comenzaba a reabrir.
No obstante, se le informó que debía conseguir un permiso de salud del condado. De no hacerlo, se le multaría con hasta $1,000 cada día por violación del reglamento y correría el riesgo de tener un delito menor en su historial.
La multa no es nueva, pero se aplica más ampliamente durante la pandemia para garantizar que los vendedores de comida cumplan con las pautas sobre el manejo, preparación y entrega de alimentos.
Los vendedores de alimentos en el condado angelino necesitan hasta cuatro permisos. Se incluye una licencia comercial y un permiso de vendedor, ambos gratuitos. Pero también necesitan un permiso de venta ambulante que cuesta casi $300 y el permiso de salud, que puede costar hasta $900.
El problema con éste último certificado, es que para los vendedores ambulantes —como Vázquez— es imposible obtenerlo “porque su estación no califica”, dijo Maribel García, asociada de desarrollo económico de Inclusive Action, una organización no lucrativa que trabaja con las comunidades necesitadas.
Según el Código de Alimentos Minoristas de California, los funcionarios del condado dijeron que no pueden aprobar carritos o mesas para la venta de comida; tampoco califican quienes venden fruta entera en la parte trasera de sus camionetas.
“La ley estatal actual no permite la venta de alimentos en la acera a menos que sea de una instalación de alimentos móvil permitida [por ejemplo, un carrito de alimentos que cumpla con todos los requisitos]”, según un comunicado de la División de Salud Ambiental del Departamento de Salud Pública del condado de Los Ángeles.
“Una mesa instalada no cumple con los requisitos de una instalación de alimentos y, como tal, no puede obtener un permiso de salud”, agrega.
Vázquez dijo que esta regla estricta podría dejarla sin trabajo, ya que ella vende comida en un carrito muy similar a una pequeña mesa sobre la acera.
Agregó que no puede comprarse un carrito autorizado, que puede variar entre varios miles de dólares.
Y, que de adquirirlo, tendría que buscar un comisario para dejarlo por la noche. Eso podría variar en alrededor de $500 por mes.
Autoridades alertan
Los funcionarios del condado dijeron que han estado divulgando la información mediante de las redes sociales para informar a los vendedores sobre las multas y las normas de seguridad.
“Además, los empleados del condado están llevando a cabo actividades de divulgación educativa en las áreas no incorporadas del condado para notificar a los vendedores de alimentos y proporcionar información sobre los recursos que pueden estar disponibles para ellos”, dijo la división por correo
electrónico.
“El Departamento de Obras Públicas también está publicando la señalización adjunta en áreas no incorporadas del condado para notificar a los vendedores y al público”.
La multa de $1,000 se describe en los códigos estatales y del condado relacionados con infracciones de delitos menores. Si se cita al vendedor, puede estar sujeto a una mayor aplicación de la
ley.
La División de Salud Ambiental aseveró que los vendedores de alimentos que cuenten con un permiso de Salud Pública pueden operar siempre y cuando cumplan con los protocolos de distanciamiento social.