¿Cómo se relaciona cada fase de la Luna con las emociones?
El satélite natural de la Tierra influye en el comportamiento de cada uno de nosotros
Desde la antigüedad, el ser humano y la Luna han tenido una estrecha relación que va más allá del plano astronómico pues se cree que influye directamente en el comportamiento de cada uno de nosotros. Si bien pareciera ficción que una persona se convierta en lobo con los rayos de luna llena, este mito no está tan alejado de la realidad ya que nuestro satélite natural afecta el estado de ánimo y podría sacar la bestia salvaje que llevamos dentro, aunque no como se muestran en las películas de Hollywood.
Para entender más sobre la influencia de la Luna en nosotros, basta con diferenciar sus fases, la forma en que interfieren en nuestro actuar y cómo podemos beneficiarnos de ellas. En un interesante artículo, Bioguia explicó cómo se relacionan a nuestras emociones.
Luna nueva
La luna nueva aumenta la producción de acetilcolina, una sustancia química que actúa en la transmisión de impulsos nerviosos y está asociada a la memoria y aprendizaje. La neurociencia explica que, por este motivo, durante esta fase las personas se sienten con más ganas de emprender nuevas actividades, estudiar y comenzar un proyecto.
Desde el punto de vista astrológico, esta etapa favorece los negocios, así que es buen momento para cerrar un trato y tomar decisiones importantes.
Cuarto creciente
Esta fase es ideal para concretar los planes que tenemos en mente porque solemos tener ideas más brillantes y lúcidas. La serotonina aumenta en nuestras neuronas y hace que tengamos momentos de introspección por lo que es normal que deseemos estar solos, pero durante este periodo encontraremos solución a muchos problemas.
De acuerdo con la astrología, es un momento perfecto para los planes se desarrollen sin contratiempos y emprender viajes.
Luna llena
Se dice que esta fase es la que tiene más poder sobre las personas, haciéndolas inestables. Por tal motivo, es posible que estemos más alterados de lo normal, inquietos y podrían suceder cosas inesperadas. Y es que según la neurociencia, se libera más dopamina haciéndonos más propensos a la distracción y diversión.
Por otro lado, se cree que durante la luna llena los rituales y hechizos adquieren un poder especial, por lo que es el momento ideal para realizar actividades mágicas.
Cuarto menguante
En este periodo de tiempo, la noradrenalina hace que estemos en estado defensivo como si superamos que algo pasará.
La astrología indica que en esta fase debemos deshacernos de lo que nos molesta, terminar conflictos, encontrar paz, reflexionar y, si lo deseamos, cambiar de trabajo.
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