Las 7 cosas que suceden en el cuerpo al comer más fibra
Comer suficiente fibra no sólo es clave para una digestión regular, es un nutriente fundamental para bajar de peso, disminuir el colesterol alto, previene la aparición de cálculos renales y la diabetes
Desde siempre uno de los temas más importantes en una correcta nutrición es la fibra y aunque en algunas ocasiones puede llegar a ser algo repetitivo, la realidad es que se trata de un elemento fundamental para garantizar una buena salud y vitalidad en todo el organismo. Por supuesto que la fibra adquiere una especial relevancia en todo lo referente a la salud digestiva e intestinal, sin embargo consumir las cantidades adecuadas vas más allá de un buen proceso digestivo y una correcta eliminación de los desechos; es esencial en otros aspectos vitales para la salud.
Lo que sucede es que muy pocas personas cumplen con los requerimientos diarios de fibra y esto a la larga se deriva en diversas condiciones que deterioran la salud y causan enfermedades. Según las pautas dietéticas en Estados Unidos los adultos deben de consumir entre 25 y 30 gramos de fibra al día, es importante asegurar esta ingesta a través de alimentos naturales (no de suplementos). La realidad es que una persona promedio consume entre 10 y 15 gramos de fibra por día, estas cantidades se quedan bastante cortas en comparación con lo que realmente necesita el organismo.
Existen dos tipos de fibra la soluble y la insoluble, ambas juegan un papel importante en una digestión sana y tienen diferentes cualidades para combatir enfermedades. Como su nombre lo indica la fibra soluble, es aquella que tiene la capacidad de disolverse en agua y forma una especie de gel que actúa como una esponja en la unión de ácidos biliares ricos en colesterol, los cuales son eliminados como desechos; es por ello que es el tipo de fibra que ayuda a reducir los altos niveles de colesterol y se encuentra en alimentos como la avena, , guisantes, legumbres como los frijoles, cebada, manzanas y zanahorias.
Por su parte la fibra insoluble es la responsable de acelerar el tránsito intestinal, ayuda a mover los alimentos a través del tracto digestivo, se podría decir que es una especie de escoba que limpia el tracto intestinal y esto aporta volumen en las heces y facilita su evacuación. Se encuentra en alimentos como el salvado de trigo, harina integral, nueces, frijoles, papas, verduras crucíferas y de hoja verde.
Las dos variantes de fibra son esenciales para el buen funcionamiento del aparato digestivo, adicionalmente se relacionan con otros excepcionales beneficios medicinales de los que vale la pena hablar:
1. Reduce el colesterol y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares
Asegurar la correcta ingesta de fibra dietética es clave para regular el colesterol, esto se debe a que la fibra tiene la capacidad de arrasar con estos lípidos que se alojan en las arterias y el torrente sanguíneo. Es clave en la prevención de enfermedades cardíacas, infartos y derrames cerebrales. Iniciar el día con un buen tazón de avena y consumir las porciones adecuadas de frutas y verduras, es la mejor manera de ir eliminando el exceso de colesterol malo “LDL” y aumentar los niveles del bueno “HDL”.
2. Menos diabetes
La fibra es un nutriente clave en el control de la diabetes, esto se debe a que ayuda a descomponer los carbohidratos más lentamente y esto permite que los niveles de azúcar en la sangre aumenten gradualmente. Es importante saber seleccionar de manera correcta los carbohidratos que consumimos, evitando los granos simples o la pasta que se absorben muy rápido y optar por el consumo de granos enteros e integrales como es el caso de la quinoa, las legumbres, los derivados de harina integral y la avena.
3. Ayuda a bajar de peso y es clave para mantener un peso saludable
Sin un buen consumo de fibra en la dieta diaria el camino de bajar de peso se hace mucho más complicado, la realidad es que es un nutriente fundamental para la correcta eliminación de los desechos y grasa corporal. También la fibra se relaciona con un poder saciante que evita comer en exceso y la ansiedad por comer, por otra parte los alimentos ricos en fibra como es el caso de los granos enteros son mucho más bajos en calorías que los alimentos ricos en grasa y harinas refinadas. Su correcto consumo ayuda a ralentizar el proceso de digestión, mejora la absorción de los nutrientes y promueve una sana pérdida de peso.
4. Reduce el riesgo de padecer cálculos renales
Es indispensable asegurar una buena salud renal entre los principales consejos se encuentra beber suficiente agua, limitar el consumo de sodio y tener un peso saludable. Sin embargo diversos estudios han comprobado que aumentar el consumo de fibra dietética en la dieta también es importante, esto se debe a que los alimentos ricos en fibra como es el caso de las frutas y las verduras ayudan a que la orina sea menos ácida y crean un ambiente mucho más hostil para que se formen las dolorosas piedras en los riñones.
5. Asegura una buena y regular digestión
Por supuesto que uno de los aspectos medicinales más importantes de la fibra se relaciona con la salud digestiva, sobre todo resulta clave para asegurar la regularidad en la digestión y este es el aspecto más importante para prevenir el estreñimiento crónico y eliminar las condiciones estomacales más comunes como la inflamación, la distensión abdominal y el exceso de flatulencias. A la vez la fibra es un gran aliado para mejorar la calidad de la flora intestinal y mejorar el funcionamiento del colon.
6. Aumenta los niveles de energía
La fibra no es un nutriente que proporcione calorías como tal, no brinda energía de esa manera. Sin embargo al mejorar el proceso de digestión y hacer más lenta la absorción de glucosa en el torrente sanguíneo, de manera automática se evitan los picos de azúcar que son los responsables de deteriorar la energía y hacernos comer más, esto viene acompañado de sentimientos de fatiga crónica, apatía y alteraciones en el estado de ánimo.
7. Piel radiante
Un buen consumo de fibra beneficia el funcionamiento de absolutamente todo el organismo, depura y limpia el organismo ayudando a eliminar toxinas. Esto se relaciona directamente con una piel radiante y sana, ya que desintoxica la piel desde adentro y se purifica. También es un buen aliado para desinflamar cualquier tipo de afección cutánea como el acné, eczema y la psoriasis.