Sueño de cosmetóloga truncado por el coronavirus
El cierre de su negocio, la reapertura y el tener que volver a cerrar han puesto a una emprendedora contra las cuerdas; ahora solo pide al gobierno que apoyo a los pequeños negocios.
Aurora Dueña llegó a Estados Unidos de Guadalajara, México, en el 2001 con el sueño de abrir un salón de belleza. Después de años de esfuerzo y sacrificio, en el 2015, la inmigrante logró su sueño abriendo “Haute Cuts” en Eagle Rock, CA. Ahora, el coronavirus amenaza con destrozar todos sus logros.
Aurora recuenta que cuando llegó a los Estados Unidos, trabajó muy duro para obtener su licencia en cosmetología y finalmente, no solo la obtuvo, sino que abrió su propio salón.
“A pesar de que era un negocio que ya estaba establecido, trabajé duro para cambiar y recuperar la imagen del salón”, expresa. “Hice una revisión completa y diseñé mi salón como lo imaginé.”
No obstante, la inmigrante y emprendedora, dice que fue “devastador” tener que cerrar su negocio en el mes de marzo, cuando el estado obligó a los salones de belleza, o negocios no ‘esenciales’ a cerrar sus puertas a causa de COVID-19.
“En ese momento tuve que ingeniármelas para mantener a flote mi salón. Tengo un alquiler y facturas que pagar”, explica. “Intenté varias solicitudes de préstamo, incluido el préstamo conocido como el PPP, pero solo pude ser aceptada para un préstamo de $3,000. Eso apenas fue suficiente para cubrir solo un mes de renta”.
Aurora relató que fue muy frustrante y desalentador ver que el negocio por el que luchó tanto y le invirtió tanto, ahora se veía amenazado a causa de la pandemia.
“Es mi medio de vida y es mi pasión hacer lo que hago, pero ha sido muy difícil emocional y económicamente pasar con tanta inseguridad”, enfatiza todavía con la inseguridad debido a que no sabe cuando podrá volver abrir su negocio.
Pero la inmigrante no se dio por vencida y, a pesar de la incertidumbre, ella empezó a preparar todo en su salón para la re-apertura.
“Tuve que invertir mucho tiempo y dinero para asegurarme de seguir las pautas estatales, del condado, y de la ciudad sobre cómo abrir de manera segura. “Pasé semanas preparándome”.
El 1 de junio, Aurora por fin pudo abrir su salón. Pero, ella dice, “solo pude trabajar por un corto tiempo porque dos semanas después recibió el aviso de que los salones de belleza tenían que volver a cerrar.
Una semana después, el 20 de junio, recibió otro aviso que podía abrir al aire libre. Lamentablemente, el salón de Aurora no está localizado en un área donde le permite trabajar afuera.
“Por ahora, no sé cuánto tiempo durará el nuevo cierre. Tengo que seguir pagando mis facturas, revisar las noticias diariamente y prepararme para abrir una vez más.”
Ahora Aurora solo pide que el gobierno estatal y federal brinde más ayuda en forma de estímulo económico y préstamos que ayuden a negocios pequeños, en particular la industria de cosmetología que se ha visto gravemente afectada por los constantes cierres causados por la pandemia.