Nativos de ambos lados de la frontera demandan a la administración Trump

Activistas argumentan que la construcción del muro profana lugares sagrados y culturales.

Manifestantes contra el muro.  (Manuel Ocaño)

Manifestantes contra el muro. (Manuel Ocaño) Crédito: Manuel Ocaño | Impremedia

La tribu La Posta demandó al presidente Donald Trump y a los secretarios de Defensa y Seguridad ante la corte federal en San Diego porque, al cavar para poner el muro que prometió el mandatario, los obreros ya han profanado sitios sagrados.

La demanda dice que las obras de construcción del muro han dejado al descubierto restos de antepasados y artículos culturales ancestrales.

En el documento de la corte al que tuvo acceso La Opinión, la banda La Posta de la Misión San Diegueño dice que presenta la demanda a su nombre y a nombre de miembros de su parents patriae, es decir la Nación del Kumeyaay, que se extiende desde Ensenada, México en el sur, hasta el condado de Riverside al norte y al Valle Imperial al este.

“Nosotros advertimos que tomaríamos acción legal si las obras no se detenían y si no se permitía una supervisión cultural del pueblo del Kumeyaay” en la construcción del muro fronterizo de 30 pies de altura, dijo a La Opinión la regidora kumeyaay Cynthia Parada.

La tribu La Posta demandó al presidente Donald Trump y a los secretarios de Defensa y Seguridad. (M. Ocaño)

La tribu La Posta es una de doce que integran la Nación Kumeyaay. Parada dijo que hasta ahora no se ha mencionado la posibilidad de una demanda colectiva pero algunas tribus evalúan si presentan demandas separadas.

La demanda de La Posta es una de varias acciones de la Nación del Kumeyaay para frenar la construcción del muro hasta que el Cuerpo de Ingenieros del ejército integre observadores culturales nativos a las obras.

Las tribus también han protestado pacíficamente y por lo menos en cuatro ocasiones, jóvenes kumeyaay se han interpuesto al paso de maquinaria pesada en madrugadas de julio y agosto.

Las primeras dos ocasiones en que el pueblo del Kumeyaay llegó a protestar a la zona impidió que los obreros emplearan dinamita en sus lugares sagrados. Las cuadrillas trataban de abrir zanja para levantar los pilares de acero de 30 pies de alto.

La demanda fue interpuesta contra el presidente Trump, los secretarios interino de Seguridad, Chad Wolf, y de defensa, Mark Esper, así como contra el teniente general Todd Semonite, comandante del cuerpo de ingenieros del ejército.

El pueblo Kuemyaay ha vivido en la región desde hace 12,000 años, de acuerdo con Thomas Homl, director ejecutivo del Concilio para la Preservación de la Herencia Kumeyaay.


La tribu La Posta es una de doce que integran la Nación Kumeyaay. (M. Ocaño)

La demanda contra el presidente y miembros de su gabinete dice que las tradiciones kumeyaay se prenden por participación y, “si se permite que estos sitios sean profanados, los niños kumeyaay nunca sabrán de estos lugares y se les privará de la oportunidad de entender su herencia cultural y religiosa”.

La reservación La Posta se extiende 3,550 acres tan solo del lado de California, pero sus integrantes están en los dos lados de la frontera.

Se define por senderos y “muchos de estos senderos corren cerca y a través de la frontera entre México y Estados Unidos en los condados de San Diego e Imperial”, dice la demanda.

El pueblo kumeyaay no se opone a que la administración Trump instale el muro, pues el pueblo ya había sido dividido en 1995 con la construcción del primer muro en la Operación Guardián. Pero exige que todo resto ancestral y objeto cultural sea respetado.

En comentarios escritos, Holm advirtió que el gobierno ha asignado a dos patrulleros fronterizos y a un administrador de obreros como representantes ante el pueblo del Kumeyaay, pero sus apreciaciones son erróneas.

Holm dijo a La Opinión que durante una marcha a principios de julio a la zona donde se construye el muro encontró al simple paso, a ras de suelo, restos que le parecieron humanos y tomó algunas muestras.

Se han realizado varias protestas para detener la construcción del muro. (M. Ocaño)

Después envió parte de esas muestras a los patrulleros y el representante de obreros como prueba de que en el sitio hay restos ancestrales, pero los representantes del gobierno respondieron que habían analizado las muestras y concluyeron que era “fragmento de tubería PVC, no hueso”.

Holm llevó entonces parte de las mismas muestras al forense, quien determinó que eran restos de huesos humanos.

También un nativo kumeyaay, Javier Mercado, explicó en comentarios escritos que es propietario de la agencia de monitoreo cultural Lobo Gris desde hace once años y en julio fue enviado para confirmar que el muro se está levantando en zona sagrada.

Mercado dijo que el muro pasa por varias zonas que conservan restos del pueblo kumeyaay y objetos de la herencia nativa americana en la zona. Pero enfatizó que la patrulla fronteriza ignoró sus observaciones como especialista.

El magistrado federal Anthony Battaglia estableció una audiencia para la demanda para fines del mes de agosto.

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