Coronavirus obliga a cierre de restaurantes en Los Ángeles
No muchos van a lograr sobrevivir a la pandemia debido a la caída de las ventas y el consumo
A la chef Rocío Camacho, la pandemia del coronavirus la orilló a cerrar La Diosa de Los Moles, un restaurante en la ciudad de Paramount en el condado de Los Ángeles, al que le había invertido y dedicado recursos, esfuerzo y tiempo.
“La Diosa de Los Moles tenía tres años. Estaba floreciendo cuando la pandemia ‘nos vino a dar en la torre’ y nos obligó a cerrar”, dice Rocío quien es conocida como La Diosa de Los Moles por su especialidad en la preparación del tradicional platillo de la cocina mexicana.
A finales de junio, Yelp reveló un reporte del impacto económico de COVID-19 en los restaurantes del país. Hasta el 15 de julio, más de 57,000 restaurantes enlistados en su sitio habían cerrado de manera permanente. Pero entre mediados de junio y el 10 de julio, los cierres aumentaron a 72,842.
La clausura de La Diosa de Los Moles en marzo, la obligó a despedir a 20 empleados. “Los gastos eran enormes. La renta del lugar ascendía a casi $10,000”.
Rocío tenía tres restaurantes. Uno alcanzó a venderlo antes de la pandemia y cuando el coronavirus estalló, cerró sus dos restaurantes La Diosa de Los Moles y Rocio’s Mexican Kitchen. Este último en la ciudad de Bell Garden en el condado de Los Ángeles.
Al mes y medio de la pandemia, reabrió Rocío’s Mexican Kitchen solo para comida para llevar y cuando les permitieron funcionar afuera, adaptó los alrededores de su restaurante para poner mesas de patio con sombrillas y colocar barandales.
“Fue muy difícil adaptarse. La venta para llevar era muy poca. La gente tenía miedo de comprar comida”.
Hoy en día – dice – apenas venden el 60% del consumo de antes de la crisis de salud.
“Cuando reabrimos Rocío’s, empecé a trabajar con mis hijos que son cocineros. No había dinero para traer de vuelta a los trabajadores. Nosotros cocinábamos, lavábamos trastes, limpiábamos el restaurante”.
Actualmente trabajan con 10 trabajadores en el restaurante Rocío’s Mexican Kitchen.
Pero aún lamenta el cierre de La Diosa de Los Moles. “Es mucho esfuerzo para crear y abrir un nuevo restaurante. Para decorarlo, traje a un decorador de México. Estaba precioso. Fue mucha inversión que terminó en la calle a causa de la pandemia”.
Y admite que COVID-19 le cambió la vida y la dejó llena de deudas. “Tuvimos que cerrar de un día para otro. El club de cocineros mexicanos del que formo parte en Los Ángeles, nos pusimos a regalar la comida que teníamos guardada, mucha verdura, frijol, maíz. Preparamos y donamos lo que teníamos almacenado. Regalamos comida por dos meses hasta que se nos acabó todo”.
El cierre de negocios y las limitaciones para reabrir ha sido un proceso doloroso para los chefs y dueños de restaurantes.
“Lloramos, sufrimos. Fue un trauma. Gracias a Dios estamos con salud y no sabemos si nos vamos a poder levantar, pero ahí vamos. Es una lucha diaria. Nos levantamos temprano y pedimos a Dios que nos vaya bien. Seguimos echándole ganas como siempre”.
Cierre temporal
Debido al COVID-19, Epifanio García tuvo que cerrar temporalmente uno de sus dos restaurantes EK Valley de comida oaxaqueña establecidos en Culver City en el condado de Los Ángeles.
“Dejé abierto el de la calle Washington en el distrito del arte de Culver City, y cerré el de la calle Sepulveda. No sale para mantenerlo abierto. Las ventas se pusieron muy despacio”, dice.
El restaurante EK Valley de la Sepulveda lo abrió hace apenas un año. Con el de la calle Washington lleva 10 años.
“Lamentablemente en el restaurante de la calle Sepulveda, la banqueta es muy chiquita y no se pueden poner mesas para ofrecer el servicio al aire libre. Espero que en el restaurante EK Valley de la Washington, la Ciudad cierre la calle para fin de mes, y así los restaurantes tengan más espacio para atender al público”.
Cuando la contingencia sanitaria emergió en marzo, Epifanio cerró sus dos restaurantes por dos semanas, pero luego se animó y decidió reabrir uno de ellos, el más acreditado entre la clientela.
“Tengo que estar en la batalla. No voy a tirar la toalla”, dice este emprendedor inmigrante de origen oaxaqueño.
“Estoy atrasado con la renta. El último pago que hice por el restaurante EK Valley de la calle Sepúlveda fue en marzo. En el EK Valley de la calle Washington he pagado lo que he podido”.
Epifanio considera que a todos los restauranteros se le han caído las ventas entre 40 a 50%. “Yo dependía de las oficinas que están en el distrito del arte. Ahora todas están cerradas. La gente está trabajando desde sus casas o están desempleados”.
Y agrega que este año se podía esperar hasta una guerra contra China o el Medio Oriente, pero dice que nadie se imaginó que iba a venir una pandemia a nivel mundial. “Es bien triste, porque de la noche a la mañana se paralizó todo”.
Uno de los restaurantes iconos de la cocina mexicana en Los Ángeles que también se vio obligado a cerrar fue La Fonda de Los Camperos.
Además el chef Juan San Juan cerró su restaurante Gloria’s Pueblito.
Jot Condie, presidente de la Asociación de Restaurantes de California (CRA), dijo en declaraciones a la prensa que cuando el coronavirus empezó, proyectaban el cierre de entre el 20 y 30% de los establecimientos de comida. Pero casi cinco meses después, estima que las proyecciones serán mucho mayores hasta el 30%, y señaló que aquellos que venden alta cocina; y los propietarios independientes enfrentan el mayor riesgo de cerrar.