Medio siglo de desigualdad: antes era por la guerra y ahora por la pandemia

La Moratoria Chicana alzó su voz de protesta en 1970 por el servicio selectivo de soldados latinos; hoy los caídos son los trabajadores esenciales

Cientos se reunieron ayer en East LA. / fotos: Jorge Luis Macías.

Cientos se reunieron ayer en East LA. / fotos: Jorge Luis Macías. Crédito: Impremedia

“Esta es nuestra tierra. Esta es nuestra lucha”. “Somos un pueblo sin fronteras”. “Raza sí, guerra no”. “Raza sí, Trump no”. “Liberen a nuestros niños de las jaulas”. “Alto a las deportaciones. ¡Ya basta!”.
Estos fueron algunos mensajes presentes este sábado, donde centenares participaron del 50 aniversario de la Moratoria Chicana.

Hace medio siglo, más de 30,000 activistas se reunieron y marcharon en el Este de Los Ángeles para darle vida al Movimiento Chicano en contra de la cruenta Guerra de Vietnam (1955-1975), donde Estados Unidos sufrió 58,159 bajas y más de 1,700 desaparecidos. Entre ellos unos 8,000 estadounidenses de origen mexicano.

Cincuenta años después, cientos de sobrevivientes de aquella guerra, activistas, políticos y líderes sindicales se congregaron para organizar una ruidosa caravana de vehículos que desfiló ayer a lo largo del bulevar Whittier, desde la ciudad de Pico Rivera hasta el Parque Rubén Salazar, (antes Parque Laguna), en pleno corazón del este angelino.

“Yo tenía 24 años. Era un organizador que llamó a la conciencia de los estudiantes universitarios del país”, recordó Rosalio Muñoz, coordinador del Comité Nacional de Moratoria Chicana (NCMC).

“En Vietnam nuestra raza y los afroamericanos estaban muriendo al doble; nos usaron como carne de cañón… Las mujeres decían, en ese entonces: ‘Queremos a nuestros hijos, no héroes’”.

Muñoz, hoy de 74 años, fue el personaje que hizo una declaración de conciencia en torno al servicio selectivo de soldados para aquella guerra. Lo hizo un 16 de septiembre, día en que se celebra la Independencia de México.

“Declaro mi independencia al Sistema del Servicio Selectivo y acuso al gobierno de Estados Unidos de América de genocidio contra el pueblo mexicano”, expresó.

“Específicamente, acuso a todo el sistema social, político y económico de Estados Unidos de crear un embudo que envía a jóvenes mexicanos a Vietnam para que los maten y maten a hombres, mujeres y niños inocentes”.

“Rubén Salazar, Presente!” “Viva Rubén Salazar” escribieron también los orgullosos chicanos, quienes se identificaron con el reconocido escritor de Los Ángeles Times por sus artículos sobre los derechos civiles y contra la brutalidad policial.

Hacia el final de aquel 29 de agosto de 1970, Salazar -que se encontraba en el Silver Dollar Cafe- murió por el lanzamiento de un bote de gas lacrimógeno contra el lugar por parte de un agente del Sheriff.

(De izq. a der.) Rosalio Muñoz, Lupe Carrasco y Jorge H. Rodríguez presentes este sábado.

“Rubén Salazar era una buena persona; después de reportar en Vietnam vino al Este de Los Ángeles y quería mejorar la educación para nuestro pueblo. La gente lo amaba”, dijo Jorge H. Rodríguez, de 67 años, uno de los marchistas originales de la Moratoria Chicana.

“Aquel día caminó junto a mi mamá, Isabel Rodríguez, platicó un poco con nosotros y se tuvo que ir porque andaba reportando… Después nos dimos cuenta de que lo habían matado y eso me afectó mucho porque lo conocimos como ser humano, activista, reportero, director de noticias… Nunca ha habido un reportero con tantos hue…como él”, agregó.

Recordaron al periodista Rubén Salazar, quien murió, durante las manifestaciones en 1970.

Y, así como hace cinco décadas hicieron reclamos contra la desigualdad social, la carencia de oportunidades educativas y por el respeto a la dignidad de su comunidad, los chicanos repitieron su mensaje ayer frente a la ausencia de cambios sustanciales, en los que se incluye a la comunidad afroamericana y el movimiento Black Lives Matter (BLM).

“Tenemos que pelear por la próxima generación de latinos y no olvidar a nadie de nuestra gente, a todos los niveles”, dijo a La Opinión, Ron Herrera, presidente de la Federación Laboral del Condado de Los Ángeles, AFL-CIO.

“La desigualdad la vemos más claramente con la pandemia [del coronavirus] que ha puesto al descubierto el sufrimiento de los trabajadores esenciales”.

En efecto, además de laborar en condiciones de alto riesgo para su salud y su vida, cifras oficiales del Departamento de Salud del condado de Los Ángeles indican que, al 28 de agosto, de 238,458 casos de COVID-19, los latinos están sobrerrepresentados con 82,422.

En cuanto al número de muertes, entre el total de 5,732 fallecimientos, los decesos de latinos suman 2,727.

La concentración pidió igualdad y un alto a las deportaciones y violencia policial.

“Hay que seguir luchando contra el símbolo del pensamiento racista que personifica Donald Trump”, dijo Lupe Carrasco, organizadora de la caravana. “Para eso tenemos que estar todos unidos”.

“Yo vi a muchos muertos en Vietnam; yo no quise pelear y me encerraron seis meses en confinamiento solitario en Okinawa, Japón”, dijo JoséSánchez, de 67 años.

Su amigo Ray Andrade, de 72 años recordó que élparticipó de aquella gran manifestación de la Moratoria Chicana porque estuvo en el Ejército de EE.UU., en Vietnam y se dio cuenta de que esa nación “no nos había hecho ningún daño, pero mi propio país sí lo hizo con nosotros”.

“Cuando regresamos de la guerra nos llamaban ‘pigs’ [cerdos] y ‘greaser’ [bola de grasa]… Eran palabras que a todos nos dañaron; por eso exigíamos dignidad y respeto”.

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