California contra Trump: la trinchera ante la crisis climática
El estado se ha enfrentado en diversos ámbitos con la administración federal del actual presidente, pero el tema climático es el más álgido de todos
La crisis climática pasa de puntillas en la agitada campaña electoral que vive Estados Unidos, mientras California sufre los mayores incendios de su historia y temperaturas récord que han impulsado un ultimátum: prohibir la venta de vehículos con motor de gasolina a partir de 2035.
La drástica medida, anunciada hace unas semanas por el gobernador Gavin Newsom, enfrenta al estado más rico y habitado de EE.UU. con el mandatario Donald Trump, quien tras abandonar el Acuerdo de París impidió que California impusiera sus propios estándares contra emisiones contaminantes, durante décadas más estrictos que los del resto del país.
“Todos los presidentes, desde Nixon hasta Obama, demócratas y republicanos, han estado de acuerdo en que California debe aplicar medidas más agresivas porque tenemos más impacto sobre la contaminación. Esta Administración es la primera que no“, dijo a Efe Hector De La Torre, miembro de la agencia California Air Resources Board.
Newsom llevó la decisión de Trump a los tribunales en un capítulo más de la enemistad entre el presidente conservador y la progresista California, territorio que ha hecho del medioambiente su batalla particular durante la carrera electoral, lo que puede influir en el resultado de los comicios en estados clave.
Con más de 40 millones de habitantes y una economía que si fuera independiente estaría entre Alemania y Francia, California se presenta como la abanderada en la lucha contra la crisis climática que el gobierno estadounidense niega desde hace cuatro años.
Para las autoridades de California, donde no gana un presidente conservador desde 1992, la política de Trump es un retroceso en ámbitos críticos.
“Nosotros tenemos una perspectiva que incluye a la ciencia y la evidencia de que el cambio climático es real”, espetó su gobernador a Trump durante un encuentro televisado a mediados de septiembre.
En agosto, los termómetros de Los Ángeles y Death Valley registraron temperaturas récord.
“Empezará a enfriarse, solo observen”, respondió el presidente a los técnicos que pedían que reconociese el cambio climático.
En lugar de una cita entre las autoridades de un mismo país, la conversación parecía una cumbre de dos mandatarios con visiones y culturas completamente antagónicas. La fractura de Estados Unidos en su esplendor.
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