La Opinión dice sí a la Proposición 22
Uno de los plebiscitos más polémicos que los californianos deberán votar el 3 de noviembre es la Proposición 22.
Representa la reacción de empresas de transporte de pasajeros como Uber, Lyft y DoorDash contra una ley de la Legislatura estatal que los conmina a contratar a los conductores como si fuesen empleados.
Su postura constituye una reafirmación del actual modelo de negocios por el que existen estos servicios. Un modelo que es también la razón por la cual se han hecho tan populares, con la flexibilidad que pueden elegir los conductores, para muchos de los cuales conducir sus autos con pasajeros pagos es un segundo empleo, de 20 o menos horas semanales.
Implementar la obligación de las empresas a convertir a los contratistas independientes en asalariados parece lógico a primera vista y que ha hecho difícil la decisión para quienes apoyamos los sindicatos en general y a los trabajadores hispanos organizados en particular.
Porque para las empresas no existe la opción de trabajar con empleados asalariados, al punto que podrían abandonar California si eso les es impuesto.
Lo que sucede es que al menos la mitad de los conductores de transporte con base en aplicaciones no quieren o no pueden ser empleados.
Para ellos es un trabajo de tiempo parcial, que efectúan ocasionalmente. Son centenares de miles que se quedarían sin esta fuente de ingresos si no pasa la Prop. 22.
Quienes quieren seguir siendo contratistas independientes, lo hacen porque eso es lo que más les atrae en esa actividad: la flexibilidad.
Deciden cuándo inician su ronda y en dónde y por cuánto tiempo hacerla. Usan y manejan sus propios automóviles y pagan sus propios gastos. Sí, no recibirían los beneficios que corresponden a los trabajadores que se organizan: un salario mínimo y el pago de horas extra, el derecho a recreos y a días pagos de enfermedad.
Eso nos lleva a analizar la Proposición 22, comparando lo que ofrece no contra una supuesta sindicalización de los conductores, que no va a suceder, sino con la situación actual de los conductores, a la que se ofrecen algunas mejoras.
Los autores de la Proposición 22 han agregado a lo que pagan actualmente a los conductores ciertos beneficios como ingresos mínimos, subsidios de atención médica y seguro de vehículos.
Según el analista legislativo de California los conductores ganan actualmente entre $11 y $16 dólares la hora, incluyendo el tiempo de espera y los gastos de rodaje. El salario mínimo en California es de $12 dólares la hora.
Si pasa la Proposición 22, se les garantizará el 120% del salario mínimo local, pero por tiempo manejado, más ciertos gastos y se les otorgará una bonificación para pago de seguro médico para quienes manejen más de 15 horas por semana.
Finalmente, cuatro de cada cinco conductores de estos servicios son hispanos o afroamericanos, y más de la mitad del total son inmigrantes, para quienes constituyen una manera todavía accesible de entrar al mercado laboral mientras desarrollan sus habilidades y buscan oportunidades.
Por todo esto, La Opinión dice sí a la Proposición 22.